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miércoles, 29 de mayo de 2013

Distintos caminos, un mismo objetivo

     A pesar de su distinto origen filosófico, temporal y espacial, sin duda existe un fuerte nexo de unión entre las comunidades de transición, la corriente de pensamiento político, económico y social favorable a la disminución controlada de la producción económica con el objetivo de establecer una nueva relación entre el ser humano y la Naturaleza, y también entre los propios seres humanos, conocido con el nombre de "decrecimiento"; y los informes del Club de Roma, relacionados con los límites al crecimiento e interesados por la utilización de técnicas capaces de duplicar el bienestar con la mitad de los recursos naturalesMás con menos.

      Todos ellos parten del supuesto de que la calidad de vida no debe de estar ligada a un consumo incontrolado de recursos naturales, por razones de especie (felicidad del ser humano distinta de la felicidad de un animal domesticado) y razones ligadas a las características del planeta Tierra, que nos ofrece unos recursos no renovables y otros renovables, que se "convierten" en no renovables cuando son consumidos a velocidad mayor que la velocidad de renovación a través de los ciclos naturales, tales el caso del agua potable, la tierra fértil, los bosques, los océanos ...

    Los decrecentistas hacen hincapié en el hecho de que al disminuir la producción económica, además de evitar o disminuir el empeoramiento medioambiental, reducirá el tiempo de trabajo y las personas tendrán más tiempo para dedicar a la familia, a los amigos, a pensar sobre las cosas que les interesa, a disfrutar de la vida, ...

     Rob Hopkins indica: "Necesitamos un nueva economía que funcione para la gente y para el planeta. Enpezamos con una respuesta directa al cambio climático y al pico de petróleo, y afecta ahora a todo lo que llamamos "resiliencia" desde lo local". (Según el diccionario de la RAE,  resiliencia es la "capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas")

     Por último,  todos ellos indican que no podrá hacerse nada sin tener en cuenta a los países del Sur, por motivos de empatía y, en caso extremo, de egoísmo.

     En un primer momento, se puede pensar que las comunidades de transición son como las comunas de los hippies. Acerca de este tema Luis García San Miguel (1929-2006), que fue catedrático de Filosofía del Derecho, en su obra La sociedad autogestionada: una utopía democrática (1972, Seminario y Ediciones S. A. Madrid, pág. 40), indica que "los hippies, como los antiguos epicúreos, son tolerados por los aparatos estatales, sin duda porque no ven en ellos un peligro real. Les permiten cultivar su jardín".

     Pero ¿qué puede suceder cuando su número aumente considerablemente?  Desde mi punto de vista, es muy difícil predecir; lo que es seguro es que los partidarios del actual sistema económico no permanecerán impasibles.  De momento, están convencidos de su poder de persuasión a través de la propaganda (ahora, neuromarketing o uso de los resultados de la neurociencia) para conseguir que el ciudadano (en realidad, súbdito) siga consumiendo, al mismo tiempo que ellos se enriquecen.

     Recuérdese lo que Crzezinsky escribió en 1968: "... millones de ciudadanos incoordinados (...) personalidades mágnéticas y atractivas, (...) para manipular las emociones y controlar la razón". Pero, ¿han captado esas "personalidades magnéticas y atractivas" el impacto, sobre los "ciudadanos incoordinados", de la actual crisis, una crisis clasificada como ecológica y de valores, además de económica?

domingo, 26 de mayo de 2013

Comunidades de transición

     La utilización, por parte de la industria, de la técnica conocida como fractura hidráúlica (fracking) es, sin duda, un grito desesperado para alargar la etapa del uso masivo del petróleo, como fuente de energía.

     ¿Se está pensando en alguna solución que no sea la de los optimistas económicos?  Según los optimistas económicos, es decir, quienes dirigen el actual sistema económico, la solución pasa por poner un precio, tanto más elevado cuanto sea más escaso el recurso.  Esto significa condenar a muerte a muchos seres humanos.

     La verdadera solución tiene que venir de los ciudadanos. Necesitamos organizarnos para que todos puedan poseer los bienes y servicios imprescindibles, no solo por egoísmo, sino, principalmente, por humanidad, por empatía. Independientemente de quienes hasta ahora hayan consumidos la mayor parte de los recursos naturales, la solución o es para todos o no será.  No cabe duda de que si no cubrimos las necesidades de todos, nos autodestruiremos.

     En un artículo periodístico, se comenta cómo Rob Hopkings, profesor de la Universidad de Kinsale (Irlanda), abordó, en 2005, junto con sus alumnos, el tema de cómo la sociedad podía adaptarse al cambio climático y funcionar sin necesidad de petróleo. De este trabajo, que recibió el nombre de Plan de acción de descenso de energía, surgió lo que ahora se denominan "Comunidades de Transición".

     El concepto de "Comunidades de Transición"  se ha extendido rápidamente: ya son cientos de pueblos y ciudades, en gran número de países,  reconocidas oficialmente como comunidades de transición.

     A este tema dedicó una entrada, Preparando la transición. Comunidad, Antonio Turiel, autor de www.crshoil.blogspot.com.  El ella indica: "Las comunidades son asociación de individuos dispuestos a cooperar en pro de un bien común. Una comunidad no es una comuna, ya que cada individuo tiene su trabajo y sus bienes; pero sí que es un entete de cooperación, en la cual cada uno está dispuesto a ayudar a sus vecinos que tengan dificultades, sabiendo que los demás harán lo mismo el día que los problemas tengan nuestra propia cara. Por otro lado, una comunidad es una entidad necesariamente local; en la escasez de energía, el transporte a largas distancias de personas y mercancías será escaso, incluso la implantación de la ley por un Gobierno distante cientos de kilómetros es harto improbable, ...".

     ¿Qué se puede hacer para empezar a crear una comunidad de transición en el lugar en que se vive?  Según Antonio Turiel, poco a poco. Con paciencia. Intentándolo. No redescubrir la rueda. Ver lo que se ha intentado y saber qué funciona y qué no; en este sentido visitar la web de Transition Network.

     En una entrada anterior, Algunos gobiernos cambian de rumbo, Antonio Turiel indica que, en 2010, "el Gobierno organizó un encuentro con la industria para discutir sobre el riesgo de que el cénit de producción de petróleo pueda llegar en los próximos años".  A esa conferencia fueron invitados dos miembros de la red de Ciudades de Transición (Transition Network)

     NOTA. Las dos entradas del blog crashoil.blogspot.com se pueden consultar en http://oilcrash.net/media/pdf/TheOilCrash_2010-2011.pdf.

martes, 21 de mayo de 2013

Tasa de Retorno Energético (TRE)

     En más de una ocasión he recordado en este blog el hecho incuestionable de que nuestro planeta constituye un sistema cerrado y que, por lo tanto, constituye un límite al crecimiento económico predicado por el vigente sistema económico.  Ante esta evidencia la Organización Mundial de Comercio (OMC) y el Banco Mundial, así como trabajos publicados en influyentes libros, periódicos y revistas de orientación empresarial indican que tal límite no debe preocupar porque gracias a la capacidad creativa de los seres humanos surgirán técnicas cada vez más eficientes. Son los que Thomas Homer-Dixon denomina optimistas económicos.

     En conexión con este problema ha surgido el concepto de Tasa de Retorno Energético (TRE), definido como el cociente entre la energía que proporciona una fuente (por ejemplo, un pozo petrolífero submarino) y la energía que se tiene que gastar para conseguirla. Cuando se recupera tanta energía como la que se invierte, esa Tasa es igual a 1 y el sistema deja de tener sentido como fuente de energía.

     A pesar de la importancia de este concepto, sucede que nuestras técnicas de extracción, en realidad, no han buscado nunca la optimización de la TRE: en la explotación de carbón, gas y petróleo lo único que se pretende es aumentar la producción, es decir, la cantidad de energía neta extraída por unidad de tiempo.

     Como ejemplo de la total ausencia de sabiduría, que caracteriza al actual sistema económico, el autor del blog http://crashoil.blogspot.com indica que para la extracción de carbón se lleva años utilizando las minas a cielo abierto: despiece de una montaña desde su cima, a base de dinamita y excavadora. Lo importante es mantener un elevado  nivel de producción, aunque sea  a coste de un gran consumo de energía, es decir, de una disminución de la TRE. Un ejemplo análogo lo constituye la técnica conocida como fractura hidráulica (fracking) para posibilitar o aumentar la extracción de gas y petróleo del subsuelo. Se inyecta a presión una mezcla de arena y agua que contiene hasta 500 productos químicos para, así, fracturar las láminas de pizarra en el subsuelo para liberar y extraer las pequeñas burbujas de gas. En el proceso se arruina un recurso (la pizarra ya fracturada ya no se puede usar, ni siquiera para extraer más gas), se contamina el acuífero y, en algunos casos, se produce ligera sismicidad por el deslizamiento de las placas de pizarra. Nada de la inteligencia a que aluden los optimistas económicos: fuerza bruta y "caiga el que caiga".

    Lo único que, hasta ahora, se le ha ocurrido al vigente sistema, al que, como ya se ha dicho hasta la saciedad, solo interesa el crecimiento económico, es utilizar a seres humanos para aumentar la TRE, mediante su reducción a condiciones de práctica esclavitud.  Basta observar la degradación de las condiciones de trabajo en multitud de minas, no solo de materias primas energéticas.

     En realidad, para ver hasta qué punto es inhumano el sistema, no hace falta hablar de la Tasa de Retorno Energético (TRE), ni de la extracción de materias primas, es suficiente observar la actual insistencia, en la Unión Europea, en la reforma de las leyes laborales como requisito para empezar a crecer económicamente y así, dicen, salir de la crisis.

NOTA. Como ejemplo del total desinterés por buscar técnicas más eficientes puede consultarse las entradas relacionadas con el informe del Club de Roma, Factor 4. Cómo duplicar el bienestar con la mitad de los recursos naturales:

 http://pildoras-para-pensar.blogspot.com.es/2012/05/mas-con-menos.html,

 http://pildoras-para-pensar.blogspot.com.es/2012/05/duplicar-el-bienestar-con-la-mitad-de.html y

http://pildoras-para-pensar.blogspot.com.es/2012/05/eficiencia-en-el-uso-de-recursos.html.

jueves, 16 de mayo de 2013

¿Ciudadanos integrales o esclavos?

     En un artículo periodístico he leído, recientemente, que a mediados del siglo pasado, el sociólogo y economista Alfred Marshall (1842-1924) creó y definió el concepto de "ciudadano integral". Para ser un ciudadano integral, dijo Marshall, hay que ser triplemente ciudadano: ciudadano civil (las libertades clásicas, expresión, reunión, pensamiento...); ciudadano político (poder elegir a los representantes que solucionen los problemas comunes, políticos, y poder presentarse a las elecciones); y ciudadano social o económico (tener unos estándares mínimos de vida y protección por el mero hecho de ser personas. así nació el Estado de Bienestar).

     Europa ha sido la parte del mundo que más se ha acercado a este concepto de ciudadano integral.      Sin embargo, la crisis actual ha hecho que, en estos momentos,  en algunos países de la Unión Europea un persona solo pueda ser -con limitaciones- ciudadano civil, pero no ciudadano político ni ciudadano social.

     En la actualidad, una persona de la UE no es un ciudadano político porque aunque pueda elegir a sus  representantes para resolver ciertos problemas  y pueda  presentarse a las elecciones para actuar de representante, en la práctica, no sirve para nada, porque existe un grupo no-democrático, el FMI y dos fieles amigos, conocido como la troika, que decide lo que el país tiene qué hacer o no hacer para resolver los problemas  que surjan. Hasta tal punto manda que, en un determinado momento, llegó a sustituir a los representantes democráticamente elegidos por personas de su confianza: Lucas Papademos en Grecia y Mario Monti en Italia. Mariano Rajoy no hace mucho dijo en el Congreso: "los españoles no podemos elegir, no tenemos esa libertad".

     Además de eso, una parte cada vez mayor de europeos no son ciudadanos sociales o económicos porque no disfrutan de "los estándares mínimos de vida y de protección" por el solo hecho de ser personas -vivienda, salud, educación, alimentación ...). La troika ha decidido que la prioridad es salvar al sistema financiero por encima de cualquier otro tipo de prioridades.

     En conclusión. Las personas, nacidas en la UE, de momento hasta ahora, solo pueden ser ciudadanos civiles, en cuanto que pueden expresarse con libertad, pueden reunirse para intercambiar puntos de vista y, sobre todo, puede pensar, aunque algunos intentan educarle para que no piense y entretenerle para que no tenga tiempo para pensar.

      Sin embargo, si el ciudadano europeo es capaz de hacer uso de las capacidades que le confieren su condición de ciudadano civil y, sobre todo, no se deja adormecer por cantos de sirena, y con ello conseguir llegar a ser el ciudadano integral que definió Alfred Marsall.  Es importante reflexionar, pensar, sobre la realidad en que se vive, porque la negación de la realidad conduce a personas, sociedades y países a ser dependientes, es decir, a ser esclavos, como pretenden quienes únicamente piensan en enriquecerse sin límites.    El que, en el futuro, el ciudadano europeo sea un ciudadano integral o un esclavo, depende de lo que decida el actual ciudadano civil.

lunes, 13 de mayo de 2013

Especulación

     A estas alturas nadie duda del decisivo papel que, en esta crisis, están jugando los especuladores:  operadores financieros, agencias, corporaciones y personas acaudaladas.

     El principal objetivo de cualquiera operación especulativa es la búsqueda de ganancias apostando por un acontecimiento futuro. La especulación ha tenido lugar en todos los tiempos y en todos los lugares, pero nunca ha alcanzado la dimensión y características de la actual especulación financiera, posible gracias a la total libertad de que gozan los capitales y favorecida por los adelantos en las técnicas de la información y de la comunicación.

     Muy importante es destacar que las especulaciones financieras conducen a un enriquecimiento personal de los que protagonizan la operación y produce efectos devastadores sobre la economía real.  Basta poner sobre la mesa las consecuencias para la población de los constantes ataques de los mercados sobre la deuda soberana de algunos países europeos.

     Según Joaquín Estefanía (Hij@, ¿qué es la globalización?, Aguilar, págs. 50-51), "uno de los casos en los que se ha visualizado mejor la impotencia de las administraciones ante el libre juego de los mercados de capitales se dio en México, en los años 1994 y 1995". Tuvo lugar la "primera crisis económica del siglo XXI". "México quedó en la ruina y aumentaron extraordinariamente los desempleados y la pobreza".

     Juan Torres, en la campaña formativa organizada en el seno de la Universidad de Valladolid, indicó que el funcionamiento del vigente sistema económico refleja unos determinados intereses y son un golpe de Estado para mejorar la situación de los grupos sociales con más dinero y poder a costa del resto de los ciudadanos y del planeta.

     George Soros es un especulador muy potente, sin escrúpulos. que, a diferencia de lo que es habitual no ha ocultado esta actividad, quizás porque emplea en actividades filantrópicas el dinero ganado en las especulaciones. Además es autor de varios libros en los que señala la necesidad de poner límites al capitalismo global. Por ello ha sido acusado de contradicción entre teoría y práctica. "No hay contradicción -dice-. Como especulador respeto las reglas del juego y procuro sacar el máximo partido de mis inversiones, mientras que como ciudadano considero que el capitalismo es imperfecto y lucho por mejorarlo. [...] Me sirve para financiar ciertas ideas en las que creo. Tengo más dinero del que necesito para mi uso personal, pero para ayudar a los demás necesito incrementarlo". (Joaquín Estefanía, Diccionario de la nueva economía, Círculo de Lectores, pág. 336)

     Dice Estefanía, en el primero de los libros citados que, en la Gran Depresión, "los gobiernos pasaron a controlar los capitales, con el objeto de evitar las salidas de dinero que acababan desencadenando las dificultades de los países"  ¿Qué se está haciendo ahora?

sábado, 11 de mayo de 2013

Corrupción

     Según los psicólogos, son muchos los factores que inciden sobre los niveles de corrupción, algunas facilitándola y, otros, debilitándola. Uno de las más importantes es el tipo de sociedad. En una sociedad en el que la ética está ausente de la economía y en la que, además, se ha convertido en mercancía toda actividad humana, en una sociedad cuyo sistema económico concibe el ser humano semejante a una máquina de calcular costes y beneficios buscando las máximas ganancias, no es extraño que florezca la corrupción. Los ciudadanos, contagiados por el sistema, tienden a considerarse a sí mismos como seres egoístas que buscan el beneficio propio por encima de cualquier otra consideración.

     Un día o unos días antes del derrumbe del edificio de ocho plantas que, en Bangladesh, albergaba a varios talleres de confección de ropa, el inmueble fue objeto de inspección. ¿Quién sobornó a los inspectores?  Basta un regalo entregado discretamente por un intermediario. Estamos rodeados por sobornos y corrupciones, en su mayoría protagonizados, precisamente, por aquellos que deberían servir de ejemplo.

     No se trata solo de corruptos, es que el vigente sistema económico lleva en su interior la semilla de la corrupción.  Una consecuencia de la ausencia de ética en la economía, lleva a la idea de que la economía debe funcionar sin ningún tipo de regulación, libre mercado. Por mucho que las empresas hablen de autorregulación y digan eso de "solo pensamos en usted", ¿quién puede creer que, en ausencia de leyes adecuadas, un determinado grupo social va a obrar en beneficio de la sociedad?  A pesar de todos los intentos, son contadas las empresas que han aceptado cumplir con el código de Responsabilidad Social, que, en realidad, solo pide que se considere a los  trabajadores como personas,  no como mercancía que conviene comprar al menor precio posible; y que, en su actividad, tenga en cuenta el medioambiente.

     Ahora atravesamos una profunda crisis cuyo origen se encuentra en un sector financiero no regulado, que ha llevado a cabo, en busca de mayores beneficios, operaciones no adecuadas. Y ¿cómo nuestro sistema económico está resolviendo el problema? Como lo ha resuelto en ocasiones anteriores: aplicando lo que llama programas de ajuste estructural, en esencia, programas de austeridad.  Programas de austeridad porque consisten en obligar a los gobiernos a reducir su gasto, es decir, no solo suprimir todos los servicios públicos, sino también vendiendo todo lo que sea vendible.Programas que únicamente sufren el sector de la población con menor poder adquisitivo y cuida tocar a las grandes fortunas.

     ¿Hemos pensado, despacio, lo que eso significa? 

    

lunes, 6 de mayo de 2013

Bangladesh y necesidad de un nuevo sistema economico

     El traslado de los talleres de producción de las empresas occidentales del sector textil a los países más pobres se inició en los años ochenta. En su mayoría estos talleres se instalaban en zonas especiales, denominadas "zonas de procesamiento de exportaciones" o "zonas industriales de exportación", zonas delimitadas en las que se produce solo para exportar y en las que, en ausencia de sindicatos, tanto adultos como niños, trabajan en condiciones de esclavitud y régimen policial.

     Todo ello con el aplauso del Banco Mundial que, en algún caso, llegó a dar dinero para la creación de una de esas zonas (caso de Honduras). Según el Banco Mundial ello proporciona, además de considerables ganancias económicas a las grandes empresas occidentales, puestos de trabajo para el país donde se ubican estas zonas.  El objetivo es el crecimiento económico, tanto en los países ricos como en los pobres. Un 6 % de crecimiento económico, llena de orgullo al gobierno de Bangladesh: el sector textil supone el 70 % de las exportaciones y el 17 % del PIB.

     En todas las circunstancias, los integristas de mercado razonan de la misma manera. Conviene recordar que el Banco Central Europeo (BCE), en su boletín correspondiente al mes de agosto último (año 2012), aconsejaba a los países europeos -más que consejos eran obligaciones- "reducir  el salario mínimo"  y "relajar las leyes de protección laboral".

     El sistema está obsesionado por la competitividad. Para aumentar el crecimiento económico hay que exportar, y para exportar hay que ser competitivos, no importan ni las personas ni el medio ambiente, solo el importa el Producto Interior Bruto (PIB). Todo lo anterior con el agrvante de que un mayor crecimiento económico solo en muy contadas excepciones lleva a un mayor bienestar de la población. (En este blog se han citado los gobiernos de Kerala y Butan).  Para el sistema, el crecimiento económico es un fin en sí mismo, no un medio para mejorar la vida de las personas.

     El sociólogo Enrique Martin Calvo ha indicado que la solución pasa por convertir la actual crisis, provocada por los mercados financieros, en una verdadera crisis del sistema; conversión que es de esperar que conduzca al nacimiento de un nuevo modelo de sociedad. Gil Calvo considera que, en estos momentos, esta solución es utópica porque requiere un cambio de mentalidad, que él considera algo lejana. Urge que esté confundido Gil Calvo y existan muchas personas que estén trabajando en este sentido.

jueves, 2 de mayo de 2013

Ganadores, perdedores y responsables

     Cuando he señalado al vigente sistema económico como último responsable de tragedias como la que ha tenido lugar en Bangladesh, se me puede acusar de "echar balones fuera", tratar de eximir de culpa a los gestores de las fábricas. Nada más lejos de mi intención; a pesar de lo cual considero necesario explicar las características del sistema económico: no se puede cambiar una situación injusta si no se tiene toda la información.

     He señalado al actual sistema económico, porque concibe la economía como incompatible con la ética.  En la vida económica, a lo sumo, la ética ejerce una función cosmética, es decir, a crear una buena imagen, favorable o atractiva para el consumidor (un "engaña bobos").

     Esta incompatibilidad está presente en todas las normas de funcionamiento de las instituciones internacionales en las que se apoya el actual sistema económico y da lugar a multitud de comportamientos no-éticos como el de los gestores de las fábricas textiles que se han hundido en Bangladesh. ¿Acaso la OMC, sabiendo que esas tragedias son consecuencia de algunas de las normas de sus estatutos, ha señalado la necesidad de cambiar ciertas cosas?  En más de una ocasión, la ONU ha advertido a la OMC que las personas están por encima del comercio. ¿En cuántos casos la OMC ha tenido en cuenta esas advertencias?

     Ante la observación de que no es aceptable tal y como van las cosas, cabe preguntar: ¿qué razón o razones han provocado el cambio desde los orígenes éticos de la economía hasta la actual concepción no-ética de la economía?

     Sin entrar en muchas consideraciones históricas, considero acertado decir que el origen reside en una determinada concepción del ser humano, por un lado, filosófico y, por otro, religioso. Parecía "natural" y moralmente justificado el "afán de lucro", entender a las personas como individuos egoístas racionales, calculadores de desventajas y beneficios, carentes de sentimientos -las tanta veces mencionadas "máquinas de calcular", modelo social de "elección racional"-.

     La economía deja de ser una ciencia social e histórica para someterse a un proceso de formalización y matematización, es decir, empieza a usar complejos modelos matemáticos, como si fuera una ciencia experimental tal como lo es la física.  A lo largo de este proceso se ha producido una creciente absorción de actividades y fenómenos, en principio, no estrictamenre económicos (no-de-mercado) por parte de la economía. Esta absorción constituye un problema social.

     El premio Nobel de Economía, Amartya Sen, en su libro Sobre ética y economía, mantiene que "la naturaleza de la economía moderna se ha visto empobrecida sustancialmente por el distanciamiento que existe entre economía y ética (Jesús Conill, en una conferencia ya citada).

     Pero experimentos en neurociencia han puesto de manifiesto quelas personas, incluso cuando desarrollan actividades económicas, no se comportan como "máquinas de calcular": junto con razón tienen sentimientos.

     Se hace necesario, es urgente, adaptar la ciencia de la economía y las instituciones internacionales  a la nueva situación. Sin embargo, por egoísmo, avaricia e, incluso, incompetencia e insensibilidad, siguen funcionando como la han hecho hasta ahora.  En estos momentos, son los ciudadanos los responsables de obligarles a cambiar, en definitiva, a no eximirse, ni evadirse de las correspondientes responsabilidades en la vida personal e institucional. Además de ganadores y perdedores, hay responsables.