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sábado, 31 de octubre de 2015

Un mundo al revés. Caso de Volkswagen

     Las variables económicas no son -no deben ser- más fuertes que el sentido de lo humano.
     Sin embargo, en el caso de Volkswagen han primado los aspectos económicos sobre los humanos. Por eso la expresión  "un mundo al revés", más cuando el caso de Volkswagen no es un hecho aislado, sino muy frecuente en un mundo dirigido por un sistema económico-social inhumano.
     En Estados Unidos, un estudio dirigido por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) con participación de expertos de la Universidad de Harvard han calculado, entre otras cosas, el número de muertes prematuras debidas a los vehículos diésel vendidos en ese país y el el número de personas que de seguir así morirán entre 10 y 20 años antes de tiempo.
     ¿Cómo ha actuado la Unión Europea?  Ha modificado el sistema de medición de las emisiones, implantando, como se hace en Estados Unidos, un sistema de "medidas en condiciones de circulación por carretera, y no en laboratorio como hasta ahora". Volkswagen había colocado un software que detectaba cuando se estaba en el laboratorio y daba una cantidad de emisiones menor de las que tenían lugar cuando circulaba por carretera.
     En cuanto al establecimiento de límites para las emisiones, en el periódico El País de 29 de febrero, se decía: ""Bruselas proponía activar un plan con cierta dureza para limitar las emisiones de nitrógeno de los coches, las más contaminantes y las que han levantado una polvareda por el caso Volkswagen. tras la denuncia de trucaje en los controles de emisiones por parte de Estados Unidos (...), los Estados miembros y Bruselas acordaron finalmente un plan más permisivo, con límites y plazos menos exigentes ante el redoble de tambores de la industria, cuya presión ha tenido eco en los países que albergan fábricas del sector.
     Greenpeace lamentó que la Unión Europea vaya a permitir a los coches diésel contaminar el aire con "el doble"  de los límites acordados de sustancias tóxicas. "Los Gobiernos europeos están efectivamente recompensando a los tramposos", dijo el consejero de política energética de la organización ecologista, Jiri Jerabek, quien agregó que "plegarse a la presión de la industria automotriz le está costando a la gente su salud y está dañando el medio ambiente".
     ¿Qué razón o razones existen para que los Gobiernos europeos  hayan reaccionado así? Solo existe una razón, que no ocultan los medios de comunicación: la contribución de Volkswagen al crecimiento económico del país donde está ubicada. Ya he mencionado en más de una ocasión, que el imperante sistema económico-social tiene un dios, el crecimiento económico; un dios ante cuyo altar hay que sacrificar, para que no entre en cólera, el planeta Tierra y todos los seres vivos que en ella habitan, a excepción del 1%.
     Hasta tal punto eso es cierto que, debido a que China es el principal comprador de coches Volkswagen, para mantener o aumentar el crecimiento económico, en este caso de Alemania, interesaba celebrar una reunión con los "altos ejecutivos de la compañía en el gigante asiático encargados de los acuerdos comerciales con empresas locales". En conclusión, Alemania consideró necesario ayudar: "el nuevo jefe de Volkswagen se unirá a la delegación alemana, encabezada por Angela Merkel, que esta semana visita China". (El País, 26 de octubre)
     Todo lo acontecido con Volkswagen es un claro ejemplo de que estamos en un inhumano mundo al revés.

martes, 27 de octubre de 2015

¿Qué ha pasado con la Organización Mundial de Comercio?


     La Organización Mundial de Comercio (OMC) empezó a funcionar el 1 de enero de 1995. Hasta ese momento del comercio internacional se encargaba el GATT (en español, Acuerdo General sobre Tarifas Aduaneras). En realidad, la OMC se creó a instancias de grandes empresas multinacionales que deseaban aumentar su cifra de negocio: el comercio es el medio privilegiado para obtener ganancias económicas. Para aumentar esas ganancias, el sistema convirtió en mercancías cosas que no son de mercado, como los servicios públicos que satisfacen derechos humanos.
     A pesar de lo que se dice en sus estatutos, la OMC siempre ha evitado el voto en la toma de decisiones. Dominados por los lobbies de las empresas multinacionales, el poder estaba concentrado EE. UU., la UE, Japón y Canadá, los cuatro países miembros más ricos.
      La OMC se regía por una serie de Acuerdos que se asemejan mucho a lo que sabemos del TTP y TTIP.  Los tribunales internacionales previstos en estos Tratados parecen idénticos al Órgano de Solución de Conflictos o Diferencias de la OMC, cuyas sentencias eran de obligado cumplimiento.
     Las personas que se manifestaron en Berlín decían: "El TTIP  es antidemocrático y representa una amenaza para la calidad de la alimentación y el medio ambiente".  En relación con la calidad de la alimentación se puede citar el rechazo de la Unión Europea a comprar carne de ternera engordada con hormonas que  le ofrecían  Estados Unidos y Canadá. El Órgano de Solución de Diferencias, basándose  en el Acuerdo sobre Medidas Sanitarias y Fitosanitarias, fallo a favor de estos últimos países y sancionó a la Unión Europea. Entonces Bruselas encargó la realización de diversos estudios que probaron que una de las hormonas, la 17 estradiol, es cancerígena. Pero, no se  corrigieron los perjuicios ocasionados por la sanción.
     Otro Acuerdo de la OMC era el Acuerdo sobre obstáculos Técnicos al Comercio. Estos obstáculos podían ser  de naturaleza económica, cultural o medioambiental. En relación con estos últimos se puede citar la postura de la OMC respecto a la ley que prohibía la importación de atún pescado con redes que masacraban a millones de delfines. Para la OMC esta ley era un obstáculo técnico al comercio de atunes.
     En más de una ocasión la OMC ha intentado la aprobación de un Acuerdo que, en esencia, suponía limitar la capacidad de un Gobierno para dictar normas medioambientales, Por ejemplo, sea una instalación petrolífera ubicada en un determinado país. Si un nuevo Gobierno decide dictar una nueva ley que prescriba la  instalación de unos filtros, esa empresa puede presentar una demanda contra ese Gobierno, porque el cumplimiento de la ley la obliga a realizar inversiones no previstas que harán que sus beneficios económicos desciendan.
     La oposición al TTIP que se votó en el Ayuntamiento de Barcelona se basaba en que ese Tratado constituía un peligro para los servicios públicos. El Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS)  de la OMC se refería a la privatización de todos los servicios públicos, es decir, su consideración como mercancías de las que únicamente podían gozar los que tuvieran dinero suficiente, a pesar de que se refieran a derechos humanos.
     El Premio Nobel, Joseph E. Stiglitz, en el libro y capítulo ya citados, mencionaba los problemas creados por las patentes de los medicamentos, incluidas en el TTP y TTIP. Este problema ya existía en el Acuerdo sobre Propiedad Intelectual relacionada con el Comercio (ADPIC) de la OMC.
     La  última Reunión Ministerial de la OMC se celebró en 2005. Esta Reunión fracasó porque Estados Unidos, acompañado por los otros tres países ricos, se negó a eliminar las subvenciones agrícolas que concedía a sus grandes empresas, a pesar de que esas subvenciones estaban prohibidas en el Acuerdo sobre Agricultura. Con estos antecedentes no cabe duda que el objetivo del TTP y TTIP es sustituir a la OMC.
     Como decía Susan George, politóloga francesa, en su libro Frente a la razón del más fuerte (2005,30), "No queremos suprimir el mercado, pero tampoco queremos que el mercado tome todas las decisiones".

viernes, 23 de octubre de 2015

Barreras no arancelarias

     Indiqué en la entrada anterior que con los TPP y TTIP se pretendía incrementar el comercio y la inversión mediante "la reducción de aranceles y otras barreras comerciales". Esas "otras barreras comerciales" o "barreas no arancelarias" son, en estos momentos,  las más importantes porque "los aranceles ya son bajos en todo el mundo".
     Las barreras no arancelarias están relacionadas con las normativas que posee casa país para proteger a los trabajadores, a los consumidores, a la economía y al medio ambiente, y que a menudo han sido aprobadas por los Estados respondiendo a las exigencias democráticas de sus ciudadanos.
     Se aspira, según dicen, a una armonización de las normativas". Como indica el Premio Nobel Joseph E. Stiglitz, en el libro citado en la entrada anterior, "por supuesto, podría obtenerse la armonización de las normativas mediante el refuerzo de las normas y llevándolas a los máximos niveles de exigencia en todas partes", pero "cuando las grandes empresas piden una armonización, lo que en realidad quieren es una espiral descendente." Ello sería bueno para los empresarios, que podrían así ver aumentados sus beneficios económicos, pero "habrían grandes perjudicados, a saber, todos los demás".
     Añade Stiglitz que "existen indicios de que las empresas están  están decidiendo cómo canalizar su dinero hacia diferentes países en función de dónde poseen una posición legal más sólida en relación con el Estado". A eso se refiere la palabra "inversión" . El aumento de la inversión en un país tendrá graves consecuencias para los ciudadanos de ese país, consecuencias que se intentarán ocultar con la expresión "crecimiento económico".
     Solo el hecho de que las correspondientes negociaciones son secretas es suficiente para que los ciudadanos no permitan su aprobación. Pero hay algo más. El tribunal o tribunales internacionales destinados a resolver posibles conflictos. Las grandes empresas acudirán a esos tribunales no solo frente a "expropiaciones injustas, sino también por el presunto descenso de sus beneficios potenciales como consecuencia de la regulación".
     Existen otras cláusulas nocivas. Además del ataque a los servicios públicos, Stiglitz indica que si bien "Estados Unidos se está esforzando por disminuir el coste de la atención sanitaria, (...) el TTP -y lo mismo el TTIP- dificultaría más la introducción de genéricos,  y por tanto, haría subir el precio de las medicinas. En los países más pobres, no se trata solo de mover dinero hacia las grandes empresas: miles de personas morirían de manera innecesaria".
     Hay más y con esto termino por ahora. "Una posible lectura de los documentos filtrados de las negociaciones hacen pensar que el  TTP - y el TTIP- facilitaría a los bancos estadounidenses la venta de derivados arriesgados en todo el mundo, preparando quizás el terreno para la misma clase de crisis" que hemos sufrido recientemente. No hace falta saber en qué consisten esos derivados, basta con recordar la llegada del FMI y su mandato de austeridad para rescatar a los bancos y su insistencia en llevar a cabo reformas estructurales.

     NOTA. Lo hasta ahora filtrado de las negociaciones del TTP y TTIP parece copiado -y, a veces, ampliado- de los Acuerdos por los que se rige la OMC. En la próxima entrada intentaré analizar esas similitudes y dar una idea del porqué de esos Tratados.

jueves, 22 de octubre de 2015

Tratado para el Comercio y la Inversión entre la UE y EE. UU.


     El País, 11 de octubre, Manifestación en Berlín contra el Tratado ente la UE y EE. UU.
     "Decenas de miles de personas (...), se manifestaron ayer en el centro de Berlin contra el proyecto de acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y Estados Unidos, conocido como  TTIP por sus siglas en inglés ..."
     "La movilización contra el tratado entre la UE y EE. UU., que se negocia desde 2013, llega justo cuando el gran acuerdo comercial en el que participa el país estadounidense, el Acuerdo de Asociación del Pacífico (TPP, por sus siglas en inglés) avanza, lo que hace pensar que también el acuerdo europeo puede comenzar a desbloquearse."
     "... salieron a la calle porque consideran que el TTIP es antidemocrático y que representa una amenaza para la calidad de la alimentación y el medio ambiente. Temen, además, que el acuerdo puede socavar la regulación local, al conceder a comités internacionales de arbitraje la autoridad para fallar sobre disputas alemanas. La protesta, bajo el lema  por un comercio mundial justo. (...) "Estamos aquí porque no queremos dejar el futuro en manos de los mercados y queremos defender la democracia" señaló Michael Müller, presidente de la organización Amigos de la Naturaleza.
     Con anterioridad, el 3 de octubre, según el mismo periódico, "el Ayuntamiento de Barcelona votó el día anterior, 2 de octubre, "declarar la capital catalana contraria al TTIP, el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones entre la Unión Europea y Estados Unidos. (...) La oposición se fundamenta "en defensa de los servicios públicos básicos para la solidaridad y la redistribución social". Otras 50 ciudades españolas han realizado declaraciones semejantes.
     El Premio Nobel de Economía, Joseph E. Stiglitz, en su libro La gran brecha. Qué hacer con las sociedades desiguales (2005, Taurus) dedica a este tema el capítulo "Del lado malo de la globalización" (295-301). El profesor Stiglitz  pasa revista al Acuerdo de Asociación del Pacífico (TPP), cuyas negociaciones empezaron en 2010 con el "objetivo, según el Representante de Comercio de Estados Unidos, de incrementar el comercio y la inversión mediante la reducción de aranceles y otras barreras comerciales entre los países participantes" y señala que las negociaciones "se han estado llevando a cabo en secreto, lo que nos obliga a depender de borradores filtrados para adivinar cuáles puedan ser las cláusulas que se proponen".  Todo igual de lo que está sucediendo con el TTIP. Un inaceptable ataque a la democracia.
     Pero no se trata solo de un ataque a la democracia. Dice Stiglitz que "en función  de las filtraciones -y de la historia de los acuerdos en pactos comerciales anteriores- es fácil inferir la forma del TPP en conjunto, y no pinta bien. Existe un riesgo real de que beneficie al estrato más delgado y más rico de la élite estadounidense y global a expensas de todos los demás."

    NOTA: Continuaré con este tema porque es muy importante hablar, no de la reducción de aranceles, sino de esas otras barreras comerciales, que ha indicado el Representante de Comercio de Estados Unidos.
   

lunes, 19 de octubre de 2015

Preocupaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI)

     En relación con la celebración en Lima (Perú) de la Asamblea Anual del Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial se han publicado en los periódicos una serie de noticias que conviene analizar.
     En primer lugar, .en sus declaraciones el FMI ha puesto de manifiesto su obsesión por el crecimiento económico, tanto a nivel nacional como mundial, crecimiento económico que concibe como un fin en sí mismo, por ejemplo, en ningún momento ha indicado si el aumento del crecimiento económico puede reducir las actuales desigualdades. A continuación, tres ejemplos:
     1. "Los expertos del FMI pronostican que Colombia crecerá a lo largo de este año un 2,5%, una cifra que mejorará algo al año que viene, hasta llegar al 2,8%." (El País, 7 de octubre)
     2,  "El pronóstico empeora levemente para Alemania (un crecimiento del 1,5% en 2015) y Japón (0,6%),  países exportadores a los que afecta que China compre menos". (El País, 7 de octubre)
     3. "... los analistas del Fondo observan un freno en el comercio global". (El País, 11 de octubre)
      Muy interesante me parece lo que se puede leer en la noticia del 9 de octubre,  Lagarde limita a "baches en el camino"  el frenazo de China. Para salvar esos "baches", Lagarde, máxima responsable del FMI, insta, "como es habitual en las recomendaciones del Fondo, que se persevere en las reformas estructurales . (...) El FMI pide a China acelerar las reformas para crecer".(18 de septiembre). (A este respecto, conviene recordar que en todos los países en los que se han aplicado, estas reformas han conducido a una gran desigualdad y deterioro de los servicios públicos.)
     Por otra parte, según los economistas del FMI, un aumento del crecimiento económico lleva aparejado un descenso de la tasa de desempleo. Se necesitará un mayor número de trabajadores para, por una parte, producir y, por otra, para consumir.  Esa es la razón que justifica la expresión "modo de vida esclavo", empleada por algunos críticos del sistema. En primer lugar, el ser humano no ha nacido para solo trabajar y consumir, y, segundo los recursos naturales son limitados y no permitan un ilimitado crecimiento económico.
     En relación con la tasa de paro, en una noticia (El País, 7 de octubre) se puede leer: "El Banco Mundial  advierte: la creciente presión que sufren los mercados de trabajo en Latinoamérica, donde se empieza a  observar un alza de las tasas de desempleo...". En un principio, debo confesar que no me gusta la expresión "mercado de trabajo" porque supone considerar el trabajo asalariado una mercancía (un mercado de frutas - un mercado de trabajo) y recuerda el mercado de esclavos. La advertencia del Banco Mundial responde a las bases sobre las que se apoya el sistema, recogidas en la que fue mi primera entrada (31 de mayo de 2011). En esa entrada reproducía lo que dice el Premio Nobel de Economía Joseph E. Stiglitz en su libro El malestar en la globalización. El fundamentalismo del mercado supone que los mercados funcionan perfectamente y que la demanda debe igualar a la oferta. En el caso de los mercados de trabajo si hay paro se deben reducir los salarios, a no ser que sufran "presión"  por parte de los políticos o los sindicatos, como parece sucede en Latinoamérica. El Banco Mundial no dice que siguiendo ese criterio habrá muchos trabajadores incapaces de salir del círculo de la pobreza,
     Según la prensa, esos son los problemas que preocupan al FMI y el Banco Mundial, dirigentes del actual sistema económico-social. No podemos seguir por ese camino, sus indicaciones conducen al suicidio de la Humanidad

jueves, 8 de octubre de 2015

Guerra y cultura de paz

     ¿Es posible terminar con las guerras?  Luis Garitano, catedrático de Economía y Estrategia en la London School of Economics, en un artículo publicado en El País del 4 de octubre último (suplemento Negocios) y titulado ¿Por que se producen los conflictos?, indica: " Desde el punto de vista racional, la guerra persigue objetivos de la política cuando se estima que las ganancias superan a las pérdidas potenciales." "La investigación académica muestra que racional, o irracionalmente, es fácil producir escaladas y conflictos".
     Este profesor pone el ejemplo de la guerra de Vietnam. "EE. UU. no lucha en Vietnam porque le interese aquel territorio lejano lo suficiente como para perder 60.000 soldados, sino porque intenta mostrar a los soviéticos que con ellos no se juega y así establecer una reputación que proteja a Europa.  La acción no se justifica en sí misma, sino por el deseo de cambiar las acciones futuras del contrario", y señala que los ejemplos en casos no bélicos son muchos".  El problema reside en que, en casos bélicos, durante el juego de mata a muchos seres humanos y se causan graves deterioros medio ambientales.
     ¿Quién no encuentra que estas consideraciones una explicación de lo que, en buena parte, según los medios de comunicación, está sucediendo en la actual guerra en Oriente?
     Tiene un gran interés destacar que todo el artículo se refiere a comportamientos racionales, o irracionales. Es muy importante porque el imperante sistema económico-social defiende la creencia de que el ser humano responde al modelo de elección racional, es decir, que se comporta como una máquina de calcular, que no toma ninguna decisión antes de haber calculado costes y beneficios.  A pesar de que este modelo está inscrito en nuestra cultura hasta tal punto que pocos se atreven a dudar del egoísmo individualista del ser humano; este modelo no está avalado por ninguno de los resultados obtenidos en Psicología y Neurociencia, y ha sido criticado duramente por personalidades como el Premio Nobel Amartya Sen.
     En 1968, Garret  Hardin, biológo, escribió un ensayo que tuvo un gran impacto en todo el mundo, La tragedia de los Comunes. En este ensayo, Hardin puso de manifiesto que cualquier bien común, gestionado por seres humanos que respondan al modelo de elección racional, desaparecerá. Entre los bienes comunes de la Humanidad, unos son materiales como el aire y el agua limpios, la pesca, los bosques, la tierra fértil, ..., y otros no materiales como el conocimiento y la paz.
     Mientras nos consideremos pertenecientes al modelo de elección racional, las guerras, los conflictos bélicos, no terminarán hasta que no hayamos destruido la nave espacial Tierra.
     El Premio Nobel de Economía de 2009 fue concedido a los doctores Elinor Ostrom y Oliver E. Williasom. En el caso de la doctora Elinor Ostrom, el premio le fue otorgado por su enorme aporte sobre la gestión de los bienes comunes a nivel internacional.
     Las enseñanzas de Elinor Ostrom pueden contribuir a alcanzar un mundo en paz. La dificultad reside en la necesidad de modificar nuestra actual cultura, la necesidad de cambiar nuestro sistema de valores.

NOTA. A principios de 2012 publiqué una serie de entradas sobre bienes comunes de la Humanidad, La tragedia de los Comunes y Elinor Ostrom, así como de las neuronas espejo y el hecho de que de modo sutil, pero activo, hay grupos que determinan las normas culturales que conviene que prevalezcan en la sociedad.

miércoles, 7 de octubre de 2015

Industria armamentística

     En el periódico El País del 24 de septiembre último, he leído una noticia en la que se indica: "Dada la creciente inestabilidad de la zona, y especialmente en Libia, Egipto ha decidido rearmarse y Francia se ha convertido en gran proveedor. En febrero, ya vendió a El Cairo 24 cazabombardeos Rafale, una fragata y misiles". Según el titular de la noticia: "Francia vende a Egipto los dos navíos que negó a Rusia".
     ¿Qué motivos tiene Francia para convertirse en proveedor de armas? Un motivo podría ser defenderse de posibles ataques: motivo improbable, principalmente, porque entonces no las vendería. Otro motivo está relacionado con el objetivo principal del imperante sistema económico-social: el crecimiento económico. A pesar de la situación en que se encuentran muchas personas, debido a la solución a la crisis financieras aplicada, el FMI únicamente habla de crecimiento económico. Y entre las distintas formas de elevar el crecimiento económico se encuentra la fabricación y posterior venta de armas. Para disimular, algunos hablan de creación de puestos de trabajo. Puestos de trabajo manchados de sangre.
     Jeremy Rifkin, en su libro La civilización empática. Carrera hacia una conciencia global en un mundo en crisis (2000: 539), dice:
     El problema del PIB  [parámetro de medida del crecimiento económico] es que únicamente mide el valor total de la suma de bienes y servicios generados durante un período de doce meses, pero no distingue entre aquellas actividades económicas que realmente mejoran la calidad de vida de la sociedad y aquellas negativas, que empeoran dicho estándar. En el PIB se contempla todo tipo de actividades, incluida la construcción de cárceles, la ampliación de los cuerpos policiales, el gasto militar [fabricación y posterior venta de armas], el gasto que acarrean las tareas de limpieza de la contaminación [entre ellas, la contaminación ocasionada por las guerras], ..."
     Federico Mayor Zaragoza, que fue Director General de la UNESCO y, en la actualidad, es presidente de la Fundación Cultura de Paz, no se cansa de repetir en su blog que "cada día se gastan más de 3.000 millones de dólares en armas y gastos militares al tiempo que mueren de hambre unas 20.000 personas, la mayoría niñas y niños de uno a cinco años de edad".
     En la misma línea, Carmen Alborch, en su libro Libres. Ciudadanas del mundo (2004: 327), escribe: "La estimación aproximada del coste de la provisión de agua potable y sanidad para los seres humanos y para otras especies animales es de veinte mil millones de dólares: menos que el gasto correspondiente a armamento durante quince días; sin embargo, la mitad de la población de nuestro planeta carece de tales recursos". En otra parte del mismo libre, Carmen Alborch lamenta que no se tengan lo que llaman "daños colaterales": el terror de una niña  frente a las bombas, la pierna mutilada de un joven obligado a combatir, etcétera.  ¿Cuánto valen?
     La solución al problema de los refugiados que huyen de las guerras es evitar las guerras y esas no se evitan vendiendo armas. Desde ese punto de vista, debemos de reconocer que el hambre en los países del Tercer Mundo ha sido fabricada por los occidentales, y estamos obligados a buscar las mejores soluciones al problema. Algo análogo a lo que sucede con las guerras de que huyen los refugiados.

domingo, 4 de octubre de 2015

Volkswagen

     En el actual sistema económico-social no debe extrañar que una empresa, en este caso Volkswagen, haya instalado "en los coches un programa informático que detectaba cuándo se estaban midiendo las emisiones y generaba resultados engañosamente bajos. (Paúl Krugman, El fin de la guerra contra las normas, colaboración en el periódico El País de 27 de septiembre último)
     En esa misma colaboración periodística, este Premio Nobel recoge otros fraudes en empresas, aunque, para evitar protestas, indica la posible existencia de "empresarios honestos".A pesar de la posible existencia de excepciones, hay que tener en cuenta que los dirigentes del imperante sistema económico-social son fundamentalistas del libre mercado, es decir, para ellos los mercados funcionan perfectamente si no están sometidos a ningún tipo de regulación, interferencia o, como dice Krugman, normas. Ello lleva a situaciones delirantes. Krugman señala que Bush (un fundamentalista del libre mercado) propuso "suprimir las normas relacionadas con la eliminación de las cenizas de carbón, un subproducto de las centrales térmicas que contiene mercurio, arsénico y otros contaminantes que causan problemas de salud graves. ¿Les parece a ustedes que controlar este riesgo es una medida arbitraria o sin sentido?"
      ¡Cuidado con el Acuerdo Transatlántico! Personas o grupos interesados indican que su firma supondría una rebaja de regulaciones que protegen los derechos de los ciudadanos en ámbitos como el trabajo o el medio ambiente.
     Los mercados de capitales funcionan sin ningún tipo de regulación. En 1978 el Premio Nobel de Economía, James Tobin, propuso un impuesto a las transacciones financieras para, en sus propias palabras, "echar un poco de arena en los engranajes bien aceitados de la especulación financiera". Para el sector financiero eso suponía una interferencia en su funcionamiento y, hasta ahora, han fracasado todos los intentos realizados en este sentido, a pesar de los graves problemas que causa una especulación financiera.
     En la categoría de interferencias el sistema incluye la ética. De aquí la imposibilidad de que las empresas firmen unas normas de Responsabilidad Social, aunque, siendo conscientes de que ""la ética vende" haga algo para no perder clientes.
     En una entrada publicada, el 29 de mayo de 2012, mencioné una conferencia impartida en la universidad de Valladolid por el profesor de Filosofía Moral en la Universidad de Valencia, Jesús Conill Sancho. El título de la conferencia fue El horizonte ético de la economía.  En esa conferencia, el profesor Conill dijo que la separación entre ética y economía "ha sido fruto de un haz de decisiones y de acuerdos internacionales" y que por ello es necesario "detectar puntos neurálgicos y proponer alternativas viables". (Esta conferencia está recogida en el libro Francisco Javier Peña Echeverría (coord.) (2003): Ética para la sociedad civil. Valladolid. Universidad de Valladolid, Secretariado de Publicaciones e Intercambio Editorial).
     En la colaboración periodística indicada, Krugman escribe: "Resulta que, en el mundo empresarial hay personas que harán lo que sea, incluso permitir que muera gente con su fraude, con tal de ganar dinero. Y necesitamos una reglamento eficaz que controle esa clase de conducta, especialmente para que los empresarios íntegros no estén en desventaja cuando compitan con otros menos escrupulosos".

viernes, 2 de octubre de 2015

¿Para qué la educación?

     En un reciente artículo periodístico (El País, 30 de septiembre último) se indica: "La OCDE alerta de que España no prepara bien a los jóvenes para el mercado". En el cuerpo del artículo se señala: "De hecho, la conexión de los estudiantes con el mundo laboral es lo que ha centrado más reformas educativas en los países desarrollados".
     Primera pregunta. ¿Es misión de la educación preparar para el mercado laboral?  Suponiendo que los, ahora, jóvenes son necesarios para el mercado laboral, ¿no supone eso la formación de esclavos? Esclavos en el siglo XXI y en los países desarrollados.
     Pero hay más. El trabajo, que podrían hacer esos jóvenes, puede ser realizado por robots.  ¿Por qué la OCDE dice necesitar "una educación que mire al futuro laboral"?
      ¿Cuál debe ser la misión de la educación?  Edual Carbonell, prestigioso arqueólogo, antropólogo, geológo y paleontólogo español de extraordinario prestigio internacional, señala la necesidad de una educación esté dedicada desde los primeros años de escolarización a mejorar y potenciar la conciencia crítica y operativa, a convertir el conocimiento en pensamiento, es decir, a dar la posibilidad de aprender y actuar de forma humana. El conocimiento sin pensamiento es patrimonio de los ordenadores.
     Este tipo de educación permite acelerar el "proceso de humanización", algo, en estos momentos, muy necesario para hacer frente a la crisis sistémica que atravesamos. Según todos los estudiosos, la crisis financiera va acompañada de una crisis ecológica y una crisis de valores. Tres crisis íntimamente relacionadas entre sí.
     Según Carbonell, "en el mundo hay gente más humana que otra. Pero, en estos momentos, estamos rodeados  de primates poco humanizados, entre ellos muchos de los que tienen gran poder político, que son apoyados por grandes masas sociales que los vuelven muy peligrosos. (...) Aún persisten conductas más propias de los  homínidos que de los humanos", (www.lasexta.com/entrevista/, consultada el 30 de septiembre de 2015)
     Esta circunstancia es realmente peligrosa. Carbonell afirma que "en el tercer milenio nos haremos más humanos o, quizás, no tengamos la oportunidad de sobrevivir". Esta afirmación es análoga a la de Jeremy Rifkin, "Quizás la cuestión más importante a la que se enfrenta la Humanidad es si podemos lograr la empatía global a tiempo para salvar la Tierra y evitar el derrumbe de la civilización" (En la Introducción de su libro La civilización empática. La carrera hacia una conciencia global en un mundo en crisis, 2010).O idéntica a la que, empleando el lenguaje de la teoría de los juegos, indican la perentoria necesidad de empezar a practicar juegos de suma no cero. "La única manera de ganar es con un cambio de valores, del egoísmo individual al altruismo del bien común".