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jueves, 10 de octubre de 2024

Paz, justicia e instituciones sólidas ¿Por qué es importante?

      Para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible son necesarias sociedades pacíficas, justas e inclusivas. Las personas de todo el mundo no deben temor a ninguna forma de violencia y tienen que sentirse seguras a lo largo de su vida, independientemente de su origen étnico, religión u orientación sexual.

     A fin de avanzar en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, necesitamos instituciones públicas eficaces e inclusivas que puedan proporcionar educación y asistencia sanitaria de calidad,

¿Qué hay que hacer para lograrlo?

     Para  lograr la paz, la justicia y la inclusión, es importante que los gobiernos, la sociedad civil y las comunidades trabajen juntos para poner  en práctica soluciones duraderas que reduzcan la violencia, hagan justicia, combatan eficazmente la corrupción y garanticen en todo momento la participación inclusiva.

     La libertad para exponer las propias opiniones, en privado y en público, debe estar garantizada. Las personas deben de poder participar en el proceso de adopción de las decisiones  que afectan a su vida. Las leyes y  las políticas deben aplicarse sin ningún tipo de discriminación. Las controversias deben resolverse mediante sistemas de justicia y política que funcionen bien.

     Las instituciones nacionales y locales deben rendir cuentas y tienen que prestar servicios básicos a las familias y las comunidades de manera equitativa y sin necesidad de sobornos.

¿De qué forma me afecta este objetivo en el lugar donde vivo?

     Los delitos que amenazan los cimientos de sociedades pacíficas, incluidos los homicidios, la trata y otros tipos de delincuencia organizada, así como las leyes o las prácticas discriminatorias, afectan a todos los países. Incluso las democracias más consolidadas del mundo se enfrentan  a enormes dificultades en su lucha contra la corrupción, la delincuencia y la violación de derechos humanos en sus propios países.

¿Cuál sería el costo de no adoptar medidas ahora?

     La violencia armada y la inseguridad tienen un efecto destructivo  en el desarrollo de un país, que afecta al crecimiento económico y que suele provocar agravios persistentes entre las comunidades. 

     La violencia en todas sus formas, tiene un efecto generalizado en las sociedades. La violencia afecta a la salud, el desarrollo y el bienestar de los niños, así como a su capacidad para prosperar y provoca traumas, y debilita la inclusión social.

     La falta de acceso a la justicia, implica que los conflictos queden sin resolver y que las personas no puedan obtener ni protección ni reparación.. Las instituciones que no funcionan con arreglo a la ley son propensas a la arbitrariedad y al abuso de poder y tienen  menos capacidad para servir servicios públicos para todos.

     La exclusión y la discriminación no solo violan los derechos humanos, sino que también causan resentimiento y animosidad, y pueden provocar actos de violencia.

¿Qué podemos hacer?        

     Interesarnos realmente por la actuación de nuestro gobierno. Concienciar a nuestra propia comunidad sobre la realidad de la violencia y sobre la importancia de construir sociedades justas, y determinar de qué manera podemos contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible en nuestra vida cotidiana.

     Ejercer nuestro derecho a exigir que los funcionarios electos rindan cuenta de su actuación.  Ejercer nuestro derecho a la libertad de información y compartir nuestra opinión con los representantes electos.

     Impulsar el cambio –promover la inclusión y el respeto hacia las personas de diferente procedencia, origen étnico, religión, género, orientación sexual y opinión- . Juntos podemos ayudar a mejorar las condiciones para lograr una vida digna para todos.  

(Fuente: https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/wp-content/uploads/sites/3/2017/01/Goal_16_Spanish.pdf)

 

domingo, 29 de octubre de 2023

Objetivo de Desarrollo Sostenible 16

     El Objetivo de Desarrollo Sostenible 16 (ODS 16) es "promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar el acceso a la justicia para todos y crear crear instituciones eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles".

     Sin embargo, en la actualidad, las guerras son muchas. Normalmente se lucha por adueñarse de un trozo del planeta Tierra en que vivimos. 

      En primer lugar, conviene recordar que la especie humana, junto con otras muchas otras especies animales y vegetales, habitan el planeta Tierra. El planeta Tierra es nuestro mundo y nosotros sus ciudadanos.

     Así lo entienden muchas personas. Adela Cortina, catedrática de Ética de la Universidad de Valencia, es autora de un libro titulado «Ciudadanos del mundo». Albert Einstein, y Bertrand Russel hasta Jesús Monsterin y Marta Nustam consideran que ya es hora de diseñar una alternativa cosmopolita adecuada a las nuevas y futuras circunstancias que garanticen la paz mundial.

     Séneca dijo «No he nacido para un solo rincón, sino para el mundo». Mientras Thomas Paine, un político estadounidense del SXVIII, afirmaba: «Mi patria es el mundo, mi familia la Humanidad».

     Multitud de experimentos han puesto de manifiesto que el ser humano es empático, social y solidario; algo que nunca ha aceptado el sistema económico-social. Pienso que fue ese sistema el que introdujo el concepto de nación tal como tenemos ahora. Naciones que luchan para tener un trozo mayor del planeta Tierra en que vivimos.  

     Conviene recordar que la especie humana, junto con otras muchas otras especies animales y vegetales, habitan el planeta Tierra. El planeta Tierra es nuestro mundo y nosotros sus ciudadanos.Así lo entienden muchas personas. Adela Cortina, catedrática de Ética de la Universidad de Valencia, es autora de un libro titulado «Ciudadanos del mundo». Albert Einstein, y Bertrand Russel hasta Jesús Monsterin y Marta Nustam consideran que ya es hora de diseñar una alternativa cosmopolita adecuada a las nuevas y futuras circunstancias que garanticen la paz mundial.

     Séneca dijo «No he nacido para un solo rincón, sino para el mundo». Mientras Thomas Paine, un político estadounidense del SXVIII, afirmaba: «Mi patria es el mundo, mi familia la Humanidad».

      Los «ciudadanos del mundo» piensan en grupos cada uno con una lengua, religión y color que solo aspiran a ser cada vez más humanos (proceso de humanización) y ayudarse los unos a los otros. Como especie capaz de pensar y dotada de empatía somos responsables de intervenir cuando algunos se comporten de forma inadecuada, es decir, como no pertenecientes a la especie humana.

     En cuanto a la responsabilidad recuerdo que en 1993, cuando abrió sus puertas el Museo Internacional del Holocausto en Estados Unidos, el escritor y premio Nobel de la Paz, Elie Wiesel, afirmó que aquel museo era una institución sobre la responsabilidad moral y la responsabilidad política. Según distintos observadores, Wiesel no se refería a la responsabilidad de los culpables concretos del desastre, sino de la ciudadanía ante el desastre. Algo que, con anterioridad, había expuesto el eminente psiquiatra y filósofo alemán Karl Jasper en la Universidad de Heildelberg durante los cursos de enero y febrero del semestre de invierno de 1945-1946 y que se ha recogido en un texto titulado «El problema de la culpa» (1998).

     Karl Jasper tuvo el inmenso valor de preguntarse en voz alta lo que casi todo el mundo mascullaba para dentro: ¿Eran todo los alemanes culpables de las atrocidades del régimen nazi? Es lógico pensar que el régimen de Hitler no podría haber funcionado con la voluntad de un individuo solo: la mayoría de la población debió colaborar con él, unas veces de forma activa y otras de forma pasiva.

     Según el eminente psiquiatra y filósofo alemán: «Hay una solidaridad entre hombres que cada uno es responsable de todo el agravio y toda la injusticia del mundo, especialmente de los crímenes que suceden en su presencia y con su conocimiento. Si no hago lo que puedo para impedirlo, soy también culpable". Todos los ciudadanos tenemos la responsabilidad de no precipitarnos como sonámbulos en una catástrofe (guerras) evitable cuyas consecuencias están pagando miles de personas, entre ellos, niños inocentes.

     En estos momentos somos responsables de que nuestros gobiernos apoyen a uno de los dos contendientes y no digamos fuerte y claro NO A LA GUERRA.