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domingo, 12 de mayo de 2019

El hambre cotiza en Bolsa


Sucedió a raíz de la crisis financiera de 2008, pero no fue hasta 2011 cuando se empezó a hablar de ello,  cuando el 4 de septiembre de ese año (en El Pais) se pudo leer un reportaje  antes publicado en el periódico Der Spiegel.
En ese trabajo se informa que en la Bolsa de Chicago “la mayor Bolsa de materias primas del mundo se decide sobre los precios de los alimentos, y con ellos sobre el destino de millones de personas”.
Según un experto en materias primas, “esto es el capitalismo en estado puro”. “No creo en la política, sino en el mercado, que siempre tiene razón” ¿La escalada de los precios de los alimentos? “Son una simple expresión de la oferta y la demanda”.  (Según Joseph E. Stiglitz, en su libro El malestar en la globalización que en el fundamentalismo del mercado, se supone los mercados funcionan perfectamente y la demanda debe igualar a la oferta). Que los más pobres no puedan comer: solo son “efectos colaterales”. Capitalismo canalla.
Los autores de este trabajo dicen: “El pan del mundo atrae a inversores a los que les interesan poco los cereales. Lo importante es ganar dinero. Estamos hablando sobre todo de los fondos de pensiones que manejan cifras milmillonarias”. (Conviene recordar que para hacer frente a la crisis, el FMI indicaba la necesidad de llevar a cabo reformas estructurales, es decir, privatizaciones, en educación, sanidad y pensiones; y cuantos ciudadanos han perdido el dinero aportado en esos fondos de pensión). Según el Índice de Precios de los Alimentos de la FAO, el coste de los productos alimenticios experimentó un alza del 39% en el curso de un año. Los precios de los cereales subieron un 71%, al igual que los de aceites y grasa destinados a la alimentación”. Puede que eso no tenga importancia para los ricos, pero para los pobres que dedican a comer el 70% de su magro presupuesto, es “una amenaza existencial”.
El economista jefe de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por sus siglas en inglés), tras el desplome financiero de 2008, empezó a seguir la evolución del mercado de monedas, materias primas, deuda pública y acciones. Las curvas mostraban un sorprendente parecido. Entonces constituyó un grupo para investigar el fenómeno, que aportó unos “resultados explosivos”: el mercado de materias primas no funciona, en todo caso, no funciona como, según los modelos económicos, lo hace un mercado en el que los precios se forman a través de la oferta y la demanda.
Según el informe presentado por este grupo de trabajo, las actividades de los actores financieros “empujan los precios de las materias primas mucho más allá de los niveles que justificarían los datos fundamentales del mercado”. Así se produce una distorsión de los precios.
En el portal de Economía Solidaria, el 12 de noviembre de 2012, se publicó un gran trabajo sobre este tema. En el último apartado, señala que el informe de la UNCTAD se expone que es necesario “restablecer el funcionamiento normal de los mercados de materias primas mediante una rápida y eficiente actuación política” y considera imprescindible  una mayor transparencia en estos mercados, así como el cumplimiento de unas reglas más severas de los distintos actores que participan en los mismos”. Y añade: “En esa misma línea, se expresaron los discursos de apertura de la cumbre de Davos, que condenaron el comportamiento de los especuladores, pero no acordaron ninguna solución a un problema gravísimo para el futuro de millones de personas y ética y moralmente nauseabundo”.
“Ante esta realidad, Flassbeck, director de UNCTAD, expuso un plan de choque para deshacerse de los especuladores de alimentos, la peor plaga de las cosechas”. “Estima imprescindible poner las materas primas y cosechas a salvo bajo el estricto control de la ONU,  que sería el organismo que determinaría precios de las materias primas acordando el mismo con los productores, comerciantes y consumidores. Únicamente estos tendrían cabida en ese mercado. Los especuladores estarían vetados. No habría sitio para los mercaderes del hambre”.
“Los mismos bancos, fondos de alto riesgo, compañías de seguros, que causaron la crisis de las hipotecas subprime son quienes hoy especulan con la comida” escribe Esther Vivas, Centro de Estudios sobre Movimientos Sociales de la Universidad Pompeu fabra, en “Los porqués del hambre”,  (El País, 30 de julio de 2011).

lunes, 6 de mayo de 2019

Elecciones generales


En mi última “entrada” me referí a un artículo del economista Santiago Carbó ”Y ahora los mercados” (El País, 29 de abril), en el que citaba varias veces a “los mercados”, una de ellas refiriéndose al posible coalición del PSOE con Podemos y los independentistas. Por otra parte, un día antes, también, en  El País,   se publicó  un artículo,  “Sin colchones para la ralentización” que considero oportuno comentar, porque después de indicar que “ningún partido propone medidas para bajar el déficit y la deuda, tal como instan los organismos internaciones” y, después de pasar revista a las promesas que cada partido ha realizado durante la campaña, que en su último párrafo vuelve a citar a los mercados. “Pero para las reformas se precisa tiempo e importa mucho la letra pequeña, Y, sobre todo se necesitan consensos. De lo contrario, se tendrían que hacer a prisa y obligados porque, bajo la presión de los mercados, no se pueda financiar el Estado de Bienestar”.
Con estos antecedentes, busqué algún libro que hablase de los mercados.
Me pareció interesante lo que dice Joaquín Estefanía, licenciado en Ciencias Económicas y ciencias de la Información, durante unos años director de El País, en su libro La mano invisible. El gobierno del mundo (2006:96, Santillana Ediciones Generales). “Para qué votar, para que participar si lo  mas importante -la política- esta predeterminado por uno poderes aleatorios -los mercados- que pueden llegar a eliminar la capacidad de soberanía de un país entero”. “El mercado global va suplantado al poder tradicional de los Estados”. Estefanía señala que el tantos años gobernador del Banco de España, el economista Luis Ángel Rojo “uno de los protagonistas de las políticas económicas aplicadas en España en el último siglo, lo ha explicado de modo nítido en una conferencia”.     “Ha habido un desplazamiento del poder desde los gobiernos a los mercados, cuya consecuencia es una pérdida de autonomía de las autoridades nacionales en la elaboración de la política económica”.
A continuación, Joaquín Estefanía señala: “A la globalización le corresponde un desplazamiento del poder. Ha habido otros momentos de la historia en los que han avanzado las tendencias mundializadoras; lo que diferencia otros procesos mundializadores del que estamos viviendo es la libertad absoluta de los movimientos de capitales, y lo amplios que son éstos.” Son movimientos de dinero que “no equivalen a intercambios de mercancías, servicios ni inversiones productivas. Son mera especulación cambiaría. Van buscando hasta las mínimas oscilaciones de las monedas para enriquecerse”.   La globalización de hoy es, ante todo, financiera.
Dos  de los ejemplos descritos por Estefanía, los dos tuvieron lugar en Brasil, el país con más desigualdad del mundo.
1.                  El 1 de enero de 1999 tomó posesión por segunda vez de su cargo como presidente de Brasil Fernando Henrique Cardoso, el antecesor de Lula, en su discurso de investidura afirmó desafiante: “No seré el gestor de la crisis. El pueblo me ha elegido para vencer”. Apenas 15 días después, los mercados derrumbaban su proyecto mediante un formidable ataque especulativo que conseguía una muy fuerte devaluación del real, la moneda brasileña.   
2.                  Lula da Silva gano las elecciones y en su primer discurso estableció la prioridad de prioridades: “Si al final de mi mandato todos los brasileños tuvieran la posibilidad de desayunar, almorzar y cenar habré cumplido la misión de mi vida”.  En España, el humorista Forges publicó un dibujo en el que uno de los personajes decía tal frase y otro, siniestro y en la sombra, sentenciaba  “A por él”.
El euro es una moneda fuerte, no creo que eso pueda suceder en España. No entiendo por qué se mencionan “los mercados” en esas noticias: publicadas una, un día antes y otr, un día después de las elecciones.