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sábado, 3 de diciembre de 2011

¿Democracia o mercadocracia?

     ¡Qué curioso es el mundo!  Mientras los árabes luchan por la democracia, algunos países europeos dejan que les sea arrebatada. En Grecia y en Italia ha tenido lugar un golpe de Estado, por el cual el gobierno ha dejado en manos de unos dictadores, llamados tecnócratas y presentados -para no asustar a nadie- como personas muy sabias, únicas capaces de salvar a la nación.

     En un país democrático, los gobiernos se dotan de diferentes expertos, cada uno de los cuales puede recomendar distintas estrategias de actuación; tras escuchar todas las opiniones, el gobierno toma las decisiones que considere oportuno. En una sociedad democrática, los ciudadanos intervienen en la discusión acerca de lo que puede o no puede considerarse sabio hacer. No hay democracia genuina si no se participa, es decir, si los gobernantes no son, de verdad, la "voz del pueblo", y si los ciudadanos no son capaces de expresar con firmeza y perseverancia, pero pacíficamente, sus puntos de vista. Evidentemente, las sociedades democráticas se rigen, en última instancia, por pactos entre opiniones muy diversas, pero solo si tales pactos se persiguen y establecen en un marco lo más amplio posible, las normas así establecidas responderán al sentir de la mayoría y, en este sentido, serán libres y justas.

     En el nombramiento de Lucas Papademos en Grecia y Mario Monti en Italia, no ha habido nada de eso. Los ciudadanos, formados para pensar y pensar de forma crítica, saben que para que para solucionar el problema de esta crisis hay distintos caminos, y saben que hay países que han adoptado una solución alternativa a la que aplicarán los tecnócratas. Pero tanto en Grecia como en Italia, el poder político (el Parlamento) ha impuesto a unos tecnócratas sin consultar con los ciudadanos. No se trata de que el poder político no pueda tomar ninguna decisión sin hacer un referendum, se trata de que hay circunstancias especialmente graves que exigen una consulta popular. Como decía Federico Mayor Zaragoza los ciudadanos han sido convertidos en súbditos. No se trata de una muerte lenta de la democracia, como decía Guillermo O'Donell, sino de una muerte repentina.

      Si estos "sabios" fracasan, la culpa será de los ciudadanos que todavía no se han dado cuenta de que no se trata de una democracia, sino de una dictadura ("gobierno que en un país impone su autoridad violando la legislación anteriormente vigente"), una plutocracia ("predominio de la clase más rica de un país") y una mercadocracia (gobierno de los mercados); serán necesarios más "sacrificios" para que aprendan, de una vez por todas, de la situación y, sobre todo, para que se den cuenta de que quemaron la Declaración Universal de los Derechos Humanos (sin olvidar el derecho a la salud y a la educación) delante del altar del crecimiento económico.

     A no ser que los ciudadanos europeos no sean capaces de expresarse con firmeza y perseverancia, pero pacíficamente, seguirán siendo súbditos al servicio de fundamentalistas y insensibles tecnócratas.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Darwin y la empatía

     En La civilización empática. La carrera hacia una conciencia global en un mundo en crisis (1ª ed, 2010, Paidós, Barcelona), Jeremy Rifkin dice (pág. 93) que "en sus últimos años, Darwin contemplaba la evolución desde un perspectiva muy diferente de la que había adoptado en su obra maestra El origen de las especies. Consideraba que muchos de los animales superiores eran seres sociales, con emociones y con la capacidad de compartir el sufrimiento con sus congéneres. Quizás sus observaciones más sorprendentes sean las de animales que extienden su compasión a otras especies".

     Según Rifkin, hacia el final de su vida, "Darwin acabó creyendo que la supervivencia del más apto se refiere tanto a la cooperación, la reciprocidad y la simbiosis como a la competencia, y que los más aptos también pueden ser los que más tienden a establecer vínculos de cooperación con sus congéneres".

     El hombre que salva a otro de un incendio, siente instintivamente el sufrimiento de la víctima como si fuera suyo. Esto es lo que entendía Darwin por "instinto social". Darwin vivió antes de que se inventase la palabra empatía.

     De acuerdo con Charles Darwin en The Descent of Man (1871) -obra citada por Rifkin-, lo que queda claro a lo largo de la historia de la humanidad es que la trayectoria humana ha consistido, en esencia, en proceso de extensión de la empatía cada vez a dominios más amplios e incluyentes. Al principio, la empatía sólo se extendía a personas con valores similares, es decir, que compartían una religión, una nacionalidad o una ideología común.  En el siglo XIX se establecieron las primeras sociedades humanitarias, en la que la empatía se extendió hasta incluir a las demás criaturas. Hoy hay millones de personas en todo el mundo que se identifican con el movimiento a favor de los derechos humanos y siguen profundizando y ampliando su preocupación y empatía por las demás criaturas.

     Este proceso de aumento de la empatía es lo que, desde hace unos años, se denomina proceso de humanización. Se indica que si "ahora" sentimos tan hondamente las miserias, las injusticias y las irracionalidades, es no sólo porque estamos convencidos de que la ingente cantidad de conocimientos científicos y técnicos que hemos acumulado durante los últimos años ofrecen la posibilidad de organizar el mundo de manera más justa y más racional, sino porque hemos entrado en una nueva fase: somos más humanos. Dice Claudio Magris en una de sus obras: "la conciencia de estas cosas supone la entrada de la Humanidad en una madurez espiritual".

     Sin embargo -y creo necesario repetirlo una y mil veces- en la actualidad, nuestro sistema económico y social ha propiciado -y está propiciando- el aumento de las personas que se encuentran en un estadio de la humanidad muy primitivo. Para corregir esta deriva, hay que hacer que nuestro actual sistema abandone el crecimiento económico como un dios al que para tener contento hay que sacrificar cada vez más personas -es insaciable-: es urgente -para evitar tantos sacrificios- instaurar un sistema cuyo objetivo último sea el desarrollo humano (cambio de paradigma).

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Empatía

     Según el diccionario de la Real Academia Española (RAE), empatía es la "identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro".

     Descubrimientos recientes en el estudio del cerebro y del desarrollo infantil han puesto de manifiesto que la empatía es una importante característica del ser humano. Experimentos realizados en el campo de las ciencias biológicas y cognitivas están poniendo de manifiesto que somos una especie esencialmente empática. La empatía forma parte de nuestra biología.

     Sin embargo, durante casi mil setecientos años, en Occidente, se nos ha hecho creer que los seres humanos somos pecadores en un mundo lleno de maldad. Nuestra memoria colectiva se mide por crisis y calamidades, por injusticias sangrantes y episodios de crueldad con otros seres humanos, con los restantes seres vivos y con la Tierra que habitamos.

     Es posible que, sin darse cuenta, a ello hayan contribuido nuestros cronistas oficiales -los historiadores-. En general, los historiadores escriben sobre guerras y grandes malvados, sobre injusticias económicas y sociales. Muy raramente nos hablan de la otra cara de la experiencia humana, aquella en la que no figuran las "grandes" hombres.  Nuestros cronistas oficiales han desestimado de plano la empatía.

     Los neandertales fueron una especie contemporánea a la nuestra hasta que desaparecieron hace unos 30.000 años. Parece que los neandertales tenían las mismas capacidades culturales que nosotros, compartían el uso del fuego y enterraban a ls muertos. ¿Qué es lo que pudo provocar la extinción de la especie de los nendertales y no la nuestra?  En general, los científicos afirman que pudo haberse debido a un mayor comportamiento empático de nuestra especie: entre nosotros la inicial empatía entre los miembros de un mismo clan se amplió alcanzando a miembros de clanes distintos y todos juntos pudieron hacer frente a los acontecimientos con los que tuvieron que enfrentarse.

     La conciencia empática se ha ido desarrollando lentamente durante los, aproximadamente, 170.000 años de la historia humana. En ocasiones, ha florecido para desvanecerse después durante largos períodos de tiempo. Su evolución ha sido irregular, pero su  trayectoria es clara.

     La conciencia creciente de que somos una especie esencialmente empática tiene consecuencias transcendentales para la sociedad. Científicos, filósofos, psicólogos y, hasta economistas indican que, en estos momentos, solo podremos sobrevivir  si ampliamos nuestra empatía hasta incluir a todos los seres humanos, si todos nos consideramos "ciudadanos del mundo".

     Porque nuestro actual sistema económico y social practica la "ley de la selva" y el "sálvese el que pueda", anulando todo sentimiento empático entre distintos grupos humanos -ricos y pobres en un mismo país y entre distintos países-, se califica no sólo de injusto, sino también de "inhumano", es decir, no coherente con las características de la naturaleza humana.

domingo, 27 de noviembre de 2011

El hambre

     "El hambre perpetúa la pobreza al impedir que las personas desarrollen sus potencialidades y contribuyan al progreso de sus sociedades"

                             Kofi Annan, ex secretario general de Naciones Unidas

     "..., el mundo está detenido ante el hambre que asuela los pueblos. (...) Mientras haya desequilibrio económico, el mundo no piensa (...). El día en que el hambre  desaparezca, va a producirse en el mundo la explosión espiritual más grande que jamás conoció la humanidad. Nunca jamás se podrán figurar los hombres la alegría que estallará el día de la Revolución"

                            Federico García Lorca

viernes, 25 de noviembre de 2011

Vivir sin trabajo

     Antes de lo que algunos piensan, la humanidad habrá hecho falsa la maldición bíblica "ganarás el pan con el sudor de tu frente", si es que "ganar con el sudor de la frente" significa "ganar trabajando". Dentro de muy poco tiempo, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación -ordenadores, robots,  máquinas inteligentes, etc-  habrán desplazado al ser humano de, prácticamente, todos los trabajos; son pocos los lugares donde el hombre o la mujer no puedan ser sustituidos por una máquina.

     Los empresarios no tendrán que pelear por los salarios, la longitud de las jornadas de trabajo, los días de vacaciones, los permisos por maternidad o enfermedad, en definitiva, por cualquier factor que afecte a la productividad. Las máquinas no se embarazan, no caen enfermas, pueden trabajar las veinticuatro horas del día, etc. etc.

     El ser humano se podrá dedicar a tareas más nobles: escuchar y dar cariño a quienes no tienen a nadie en la vida, charlar con los amigos, cuidar enfermos y minusválidos, pertenecer a una ONG, dedicarse a la música, a la pintura, al cine, al teatro, a enseñar al que no sabe, ... Es cierto que un robot podrá reconocer la voz humana, podrá contestar a ciertas preguntas e, incluso -afirman- dar consejos, pero quién no le dirá: "¿Tú que sabes?, ¿alguna vez has perdido a un ser querido?, ¿alguna vez has sentido ...?". La empatía, la solidaridad; en resumen, todo lo relacionado con los sentimientos, la inteligencia y la creatividad son patrimonio del ser humano.

     Sin embargo, en todo esto, hay un problema que debe ser resuelto. Dice un refrán que "no sólo de pan vive el hombre"; es verdad, pero también es verdad que sin "pan" no puede vivir ningún ser vivo y el ser humano lo es. ¿Serán los que han sustituido los trabajadores por máquinas los que proporcionen a éstos el "pan" que necesitan para poder vivir?  Y ¿qué pasará con el crecimiento económico, hasta ahora considerado como un dios, al que tantas vidas humanas se han sacrificado y se siguen sacrificando?  Porque ... para que haya crecimiento económico es necesario consumir, y serán  muy pocas las personas no desplazadas por las maquinas y que estén en condiciones de consumir.

     Y si ese problema debe ser resuelto por los gobiernos, ¿de dónde sacarán éstos los recursos necesarios? ¿Aceptarán, quienes han sustituido los trabajadores por máquinas, pagar un impuesto por haberse beneficiado de unos conocimientos que, según Goethe, pertenecen a todos?  Johann Wolfgang von Goethe novelista, dramaturgo, poeta y científico alemán de la segunda mitad del soglo XVIII, para muchos el "último verdadero hombre universal que caminó sobre la Tierra",  dijo: "El arte y la ciencia, como todos los sublimes bienes del espíritu, pertenecen al mundo entero".

miércoles, 23 de noviembre de 2011

El derecho a la alimentación

     Desde sus inicios, las Naciones Unidas han establecido el acceso a una alimentación adecuada como derecho individual y responsabilidad colectiva. El primer objetivo de cualquier gobierno es ser capaz de alimentar a su población, es decir, poseer soberanía alimentaria. Se dice que ningún país merece la consideración de independiente, si no es capaz de proporcionar a sus ciudadanos los alimentos que necesitan.

     La Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 proclamó: "Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación...". Casi veinte años después, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1996) elaboró estos conceptos más plenamente, haciendo hincapié en "el derecho de toda persona a un nivel de vida adecuado para sí y para su familia, incluso la alimentación ...", y especificando "el derecho fundamental de toda persona a estar protegida contra el hambre".

     Como indicó, en su día, el director general de la FAO, distintos estudios han puesto de manifiesto que todos los pueblos pueden alcanzar la soberanía alimentaria mediante la práctica de una agricultura sustentable que gire alrededor de pequeñas y medianas explotaciones y respetuosa con las diversas culturas de cada pueblo.

     Sin embargo, las políticas económicas, agrícolas, pesqueras y comerciales impuestas por el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización Mundial de Comercio (OMC), auspiciadas por grandes empresas multinacionales, han hecho imposible el acceso a una nutrición sana y suficiente para la mayoría de los seres humanos. Por ejemplo, con distintos alimentos básicos, la historia de Haití se ha repetido en todos los países en desarrollo.

     Según los textos de Naciones Unidas y reclaman muchos colectivos, los alimentos no deben ser -no pueden ser- considerados una mercancía más. Por otra parte, es una demostrada falacia el argumento de que la liberalización del comercio agrícola y pesquero internacional, tal como está actualmente organizado, garantiza el derecho a la alimentación de las personas. Y, desde luego, conviene repetirlo, los países en desarrollo son capaces, con una idónea ayuda al desarrollo, de producir sus propios alimentos.

    En consecuencia, el derecho humano más elemental -el derecho a la alimentación-, contenido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es letra muerta en la mayoría de los países del mundo, debido al comportamiento, precisamente, de quienes redactaron dicho documento. 

lunes, 21 de noviembre de 2011

Agricultura para el Tercer Mundo. Investigación

     En las circunstancias actuales, dejando  un lado los aspectos económicos y culturales mencionados, tanto los países en desarrollo como los industrializados, deben buscar alternativas al empleo en agricultura de fitosanitarios y fertilizantes químicos. Los compuestos químicos, utilizados en agricultura, son origen de importantes problemas ambientales estrechamente relacionados con la supervivencia del ser humano en la Tierra. Se puede pensar que en Occidente se inició su uso con buenas intenciones, pero, con el tiempo, se ha puesto de manifiesto que éste conduce al abismo: los problemas de contaminación de estos productos empiezan con los recursos naturales necesarios y fabricación del producto final, continúan durante su almacenamiento y siguen durante y después de su empleo.

     Como en el caso de la actividad agrícola es necesario tener en cuenta no sólo las características económicas y sociales de cada país o grupos de países, sino también, con frecuencia, sus características edáficas y climáticas, la solución que adopten los países ricos no puede ser la misma que deba adoptarse en los países en desarrollo. De aquí, la importancia que tiene la existencia en muchas universidades occidentales de grupos de investigación para el desarrollo.

     Sin embargo, para que las investigaciones realizadas por estos grupos de investigación sean realmente útiles, deben hacerse en colaboración con alguien que conozca muy bien la zona a la que van dirigidas, como son determinadas organizaciones no gubernamentales (ONG) o los nativos, algunos de ellos formados en Occidente que, a pesar de todos los inconvenientes, han decidido volver a su país para ayudar a su desarrollo. Estos últimos son muchos más de los que, a primera vista, pueden parecer, debido a que, en general,  no son noticia que interese a los medios de comunicación. En el campo de la investigación agrícola, se puede citar a Thomas Odhiambo, científico keniano.

     En 1967, y en contra de la corriente imperante, Thomas Odhiambo recabó suficientes recursos financieros y humanos para fundar el International Centre of Insect Physiology and Ecology (ICIPE), con sede en la Universidad de Nairobi. Sus investigaciones se centraron -falleció en 2003 a los 72 años- en el desarrollo de soluciones alternativas a los insecticidas químicos con el fin de incrementar la producción de alimentos y mejorar la salud en las comunidades rurales. En la práctica, los estudios del ICIPE fomentaron el desarrollo de tecnologías de bajo coste para que los granjeros africanos pudieran mejorar los métodos tradicionales de cultivo. Como director del ICIPE, actividad que compartió con la docencia, ayudó a formar a más de 150 científicos africanos. Publicó unos 130 ensayos y monografías y escribió, además, seis libros en tono didáctico y dirigidos a los niños africanos.

     Puesto que los resultados obtenidos en los países en desarrollo pueden ser útiles en los países ricos y a la inversa, se trata de practicar lo que, en la teoría de los juegos, se denominan juegos de suma no cero: todos salen ganando y ninguno pierde. Es el único camino que puede conducir a la supervivencia de la humanidad.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Agricultura para el Tercer Mundo. Posibilidades

     Después de analizar los factores económicos y culturales relacionados con la agricultura del Tercer Mundo, es inevitable llegar a la conclusión de que el tipo de agricultura que necesitan los países subdesarrollados para conseguir la soberanía alimentaria y dejar atrás los episodios de hambrunas, es la que, en Occidente, llamamos agricultura ecológica.

     En un principio, parece que no debía de haber ningún inconveniente en ello, pero hasta que no cambie la dinámica de nuestro actual sistema económico -la política del Banco Mundial, del Fondo Económico Internacional (FMI) y de la Organización Mundial de Comercio (OMC)-, todo intento de que los países pobres puedan alcanzar la soberanía alimentaria, es decir, puedan cultivar los alimentos que necesitan, es una quimera.

     Primero, el Banco Mundial y el FMI -antes de que entrase en vigor la OMC- aconsejaba (en la práctica, más que un consejo era una imposición) a los países en desarrollo el abandono de las políticas "comida antes que nada" a favor de políticas "exportaciones antes que nada"; indicaba a los gobiernos de los países del Sur que no debían preocuparse por cultivar alimentos para la población, pues lo importante -decía- no era eso, sino, que, mediante la exportación de aquellas cosas que pudieran demandar los países ricos, tener dinero para comprar los alimentos que necesitasen.   Y así fue cómo donde antes se sembraba comida se empezaron a cultivar productos destinados al consumo del Norte.

     Y así fue cómo se impuso un modelo agrario de producción, cuya receta única es la transformación de los sistemas agrarios familiares, de orientación comunitaria y autodependientes, a sistemas de producción y distribución comerciales, subordinados a grandes empresas multinacionales. Grandes empresas suministran al mismo tiempo, los pesticidas y las que llaman "semillas mejoradas"; y grandes empresas se encargan de la  comercialización de los productos obtenidos, sin que quede ningún dinero para adquirir los alimentos que necesita la población, pues el Órgano Multilateral de Garantía de Inversiones (del Banco Mundial) castiga a los países que ponen trabas a la salida al exterior de los beneficios de la empresas en ellos ubicadas.

     Y así fue cómo se expulsó del campo a miles de familias que debían buscar su subsistencia en las ciudades o quedarse en el campo como jornaleros.

     Y así fue cómo los precios de los alimentos básicos se establecen en la Bolsa de Chicago, donde inversores y especuladores se enriquecen a costa de seres humanos. (Como decía un filósofo, cuyo nombre no recuerdo en este momento, no se puede decir que estos inversores y especuladores pertenezcan al género humano, puesto que, salvo su configuración exterior, no tienen ninguna de las características definitorias de los seres humanos).

     Y así fue cómo, ahora, se ha iniciado -aún no ha terminado- el proceso de "apropiación de tierras"; y los países der Tercer Mundo se están quedando sin terreno donde cultivar los alimentos que necesitan.

     A todo esto no es ajena la OMC, que bajó los alimentos a la categoría de simples mercancías e incluyó en sus estatutos el Acuerdo sobre Agricultura, cuyos objetivos de liberalización nunca han sido cumplidos por los países ricos, pero han sido de obligado cumplimento para el resto de los países.

     En 1996, el Secretario de Agricultura de Estados Unidos dijo: "Mi país no puede reconocer el derecho a la alimentación porque semejante pretensión va en contra del derecho al comercio". Sin duda, este señor no se había enterado de que, en 1948, se proclamó la Declaración universal de los Derechos Humanos, según la cual  "toda persona tiene derecho a (...), y en especial la alimentación

jueves, 17 de noviembre de 2011

Agricultura para el Tercer Mundo. Diversidad cultural

     Cualquier proyecto de ayuda, para tener éxito, debe respetar la cultura y las costumbres de aquellos a los que va dirigido. Son muchos los programas de ayuda que han fracasado por no haber tenido en cuenta este principio. Y una de las razones por las que no han tenido en cuenta este principio es, como dice la profesora María Novo, porque los occidentales estamos convencidos de que nuestra forma de vida representa "la civilización por excelencia", y hemos emprendido una grave "colonización mental", que ha supuesto "el arrasamiento de todas las sociedades no industriales". Ahora, muy lentamente, empezamos a darnos cuenta de que esta actitud ni es "éticamente justa", ni ambientalmente posible de satisfacer. Toda la humanidad saldrá ganando mucho, si aprendemos a ver las otras culturas, con otros ojos y, desde luego, no sólo para "robar" sus conocimientos y hacerlos nuestros.

     El hombre occidental contempla a la Naturaleza como lo haría un relojero: algo susceptible de ser descompuesto en piezas, diseccionado y analizado en sus partes, que es posible reconstruir, posteriormente, a partir de esas piezas. De esta forma ha llegado a una agricultura que considera la tierra como un depósito químico, sin vida;  ello le ha llevado a una agricultura basada en el empleo de abundantes compuestos químicos, fertilizantes y fitosanitarios.  Esta visión de la tierra como un depósito químico dista mucho de encajar en las culturas, costumbres y conocimientos de los pueblos no industriales. Limitando el tema a los conocimientos, hay que tener en cuenta que para evitar graves problemas ambientales y de salud, es decir, para la utilización adecuada de cada uno de los productos químicos son necesarios ciertos cálculos y la utilización de la correspondiente maquinaria.

     Ha sido un eminente botánico inglés, Albert Howard, que fue a la India como asesor en agricultura, el que observó que había una forma diferente y más productiva de llevar a cabo la actividad agrícola.

     Albert Howard, vivió entre 1873 y 1947, trabajó en la India como asesor en agricultura y estuvo al frente de una granja de investigación. Aunque viajó a este país para enseñar las técnicas agrícolas de Occidente, descubrió que, definitivamente, los hindúes podían enseñarle más a él. Un aspecto importante del que se dio cuenta fue la conexión entre los terrenos de cultivo sanos y la población, el ganado y las cosechas sanas. Divulgó los conocimientos aprendidos en la India a través de la Soil Association con base en el Reino Unido y del Rodale Institute en Estados Unidos. Fue el que introdujo en Occidente el proceso de compostaje -se le ha llamado el padre del compostaje- y la práctica de la agricultura ecológica  (u orgánica), de la que fue un firme defensor.

     La agricultura ecológica, desde luego, necesita más mano de obra (algo que tienen en abundancia los países del Tercer Mundo), pero tiene grandes ventajas en cuanto a la convervación y aumento de la fertilidad del suelo y la calidad de los alimentos obtenidos. Además, la agricultura ecológica respeta la cultura y costumbres de los pueblos no occidentales. De aquí que, además de los aspectos económicos indicados, no se considere adecuado el suministro de fertilizantes y fitosanitarios a los países del Tercer Mundo.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Agricultura para el Tercer Mundo. Aspecto económico

     De todos los puntos de vista desde los que debe examinarse la conveniencia o no conveniencia de que los países del Tercer Mundo adopten un tipo de agricultura que, aunque muy lentamente, se está abandonando en los países ricos, considero conveniente dar unos datos relacionados con el aspecto estrictamente económico.

     ¿De dónde obtener el dinero necesario para comprar las semillas, fertilizantes y fitosanitarios? Sin duda ninguna de los bancos.

     Joseph E. Stiglitz, en el libro ya citado, hace un análisis detallado de cómo y por qué el proceso de liberalización de los mercados de capitales. Entre otras cosas, este premio Nobel de Economía indica en la página 94: "no siempre acarreaba (la liberalización del los mercados financieros) el beneficio prometido de unos tipos de interés más bajos. En vez de ello, los agricultores comprobaban en ocasiones que debían pagar tipos más altos, lo que dificultaba sus compras de semillas y fertilizantes para alcanzar a duras penas la subsistencia".

     A esa dificultad para conseguir el dinero necesario para la compra de semillas y fertilizantes hay que añadir su precio fijado por multinacionales que funcionan en régimen monopolístico,  y las condiciones fijadas en los contratos de compra, entre ellas, que la empresa no se hace cargo del funcionamiento de los productos que vende, a pesar de que las semillas y los pesticidas pertenecen a la misma empresa. Lo anterior condujo a situaciones como las que describen, entre otros, Carmen Alborch, profesora de Derecho Mercantil en la Universidad de Valencia, Vandana Shiva, científica, filósofa y escritora  hindú, merecedora del Premio Nobel Alternativo en 1993; y Jeans Ziegler, que fue Relator Especial de Naciones Unidas para la Alimentación.

     Carmen Alborch, en su libro Libres. Ciudadanas del mundo (ed. Santillana, Madrid, 2004) indica, en la página 237:  "Miles de campesinos hindúes se suicidaron en 1998 ante la imposibilidad de continuar sus producciones tradicionales. Estos terribles acontecimientos de denominan suicidios FMI".

     Vandana Shiva, en el libro Cosecha robada, El secuestro de suministro mundial de alimentos (Paidós, Barcelona, 2003, págs 21-22) explica que "hubo agricultores, sumidos en la mayor de las pobrezas, que compraron a crédito las semillas y los productos químicos a la misma compañía. Cuando los cultivos se malograron debido a un fuerte azote de las plaga o a un fracaso a gran escala de las semillas, muchos campesinos se suicidaron consumiendo los mismos pesticidas con los que se habían endeudado en un primer momento. En el distrito de Warangal, cerca de cuatrocientos cultivadores de algodón se suicidaron debido a la pérdida de la cosecha de 1997 y docenas más siguieron su ejemplo en 1998".

     Jeans Ziegler, el  El imperio de la ... verguenza  (ed. Santillana, Madrid, 2006, pág. 295) recoge lo que ministro indio de Agricultura, Raghuveera Reddy, dijo en una entrevista publicada en octubre de 2004 en la revista Frontline: "Indicaba que en Andra Pradesh, uno de los principales Estados miembros de la Unión India, más de 3.000 campesinos sobreendeudados con las sucursales locales de las empresas transnacionales que comercializan las semillas y los pesticidas se habían suicidado durante el período 1998-2004".

sábado, 12 de noviembre de 2011

Alimentos sanos para toda la humanidad

     Últimamente se está hablando mucho del deseo de los habitantes de los países industrializados por consumir alimentos procedentes de agricultura ecológica. Y, al mismo tiempo que esto sucede, se observa un, cada vez más, insistente consejo a los países en desarrollo para que aumenten el rendimiento de sus cosechas mediante la utilización de productos químicos (fertilizantes y fitosanitarios).

     Todo ello lleva a una serie de reflexiones, para mí, de gran importancia. La primera de ellas está relacionada con el futuro de la industria agroquímica, que, supongo, reaccionará como reaccionó la industria tabacalera cuando empezó a tener problemas, incluso antes de que se firmase el Tratado Antitabaco: estas empresas trasladaron su campo de actuación a los países en desarrollo, aprovechando las dificultades que, en general, tienen estos países para enfrentarse a ellas.

     Una vez en los países en desarrollo, los objetivos prioritarios de esas empresas son bien conocidos: los jóvenes. Si se empieza a fumar joven, los beneficios que se recogen son más duraderos. En la prensa han aparecido noticias acerca de las sustancias que se añaden al tabaco para aumentar la adicción a la nicotina y disminuir los efectos molestos del tabaco.

     Dentro de esta dinámica, se puede señalar el proceso judicial iniciado el 19 de noviembre de 2010 en el cual la multinacional tabacalera Philip Morris Internacional demandó a Uruguay una indemnización por el perjuicio económico que le estaba causando su campaña antitabaco, elogiada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los activistas antitabaco. Philip Morris ha llevado el caso ante el Órgano Multilateral de Garantía de Inversiones (OMGI), perteneciente al Grupo Banco Mundial.

     Lamento no conocer la decisión tomada, a ese respecto, por el Banco Mundial, pero considero suficiente constatar, por una parte, la frialdad con que obran estas grandes empresas preocupadas, únicamente, por el beneficio económico, y, por otra, la existencia en el Banco Mundial -que dice que su "sueño es un mundo son pobreza"- de un órgano al que pueden acudir las empresas multinacionales en casos como éste.

     No es ésta la única reflexión que, siempre a mi juicio, merece la opinión de que los países del Tercer Mundo deben consumir productos químicos para obtener los alimentos que necesita su población. Por ejemplo, considero muy importante analizar, desde el punto de vista ambiental, económico y cultural, la conveniencia de que los países en desarrollo lleven a cabo este tipo de actividad agrícola.  De todas formas, conviene recordar la opinión del actual presidente de la FAO.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Clase media

     Otro tema que Teresa Angulo presenta a debate está relacionado con la "clase media". El tema que propone es el siguiente:

     "¿Continuará la rápida expansión de la clase media que ha comenzado en este década, en los países más pobres y poblados del mundo, o serán más bien la pobreza, la desigualdad económica y la exclusión las tendencias dominantes?

   Para empezar, no comprendo la expresión "en los países más pobres y poblados del mundo". Tengo entendido que en los países más pobres y poblados del mundo solo hay, en el caso más favorable, pequeñas islas de exagerada riqueza en un mar de pobreza.  De todas formas, ahí va mi aportación al debate.

      La clase media moderna  surge en el siglo XX, inicialmente en Estados Unidos, de la mano de Henry Ford. Henry Ford, fundador de Ford Motor Company, comenzó a aplicar las técnicas de trabajo en cadena con las que consiguió reducir mucho los costes de producción. En lugar de, simplemente, conformarse con esa ventaja económica  que le ofrecía la técnica, quiso aumentar el número de personas que podrían comprar sus coches -otra forma de aumentar sus ganancias económicas-. Se le ocurrió ofrecer a sus trabajadores salarios más altos y más tiempo libre, para que al aumentar su poder adquisitivo pudieran acceder a nuevos productos, entre ellos, los coches que fabricaban. Estas personas constituirían la llamada "clase media".

     Últimamente, la clase media ha empezado a disminuir en número, pasando a engrosar la clase pobre, mientras los ricos son cada vez más ricos. Algunos dan definitivamente por muerta la clase media y vaticinan la aparición de un nuevo sistema social polarizado, con una clase tecnócrata reducida y crecientemente más rica en un extremo y en el otro un "magma" social desclasado en el que se confundirán las antiguas clases media y  baja, definidas por una capacidad de consumo muy limitada.

     En cuanto a los países emergentes, el periodista Luis Bassets indica que las clases medias crecerán en Asia a un ritmo desenfrenado en los próximos años. Con los conocimientos y los datos que tengo en estos momentos, no me atrevo a decir nada acerca de posibles "tendencias dominantes". Seguro que alguno de ustedes puede participar en este debate en mejores condiciones.

     No obstante, puesto que Luis Bassets habla de juegos de suma cero (unos ganan y otros pierden) considero oportuno señalar que, según todos los expertos preocupados por el tema, la humanidad solo podrá sobrevivir se empieza a llevar a cabo juegos de suma no cero, es decir, si todos los seres humanos nos comportamos como jugadores de un mismo equipo que quiere ganar. Esto es incompatible con la tendencia hacia el sistema social "polarizado" que vaticinan algunos.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Población del planeta

     El segundo factor que Teresa Angulo somete a debate se refiere a la evolución que es de esperar que experimente la población del mundo. "¿Seremos 16.000 millones de habitantes en el mundo o solo 6.000 millones?   Este es el rango de posibilidades que maneja Naciones Unidas con respecto a la población del planeta en 2010, dependiendo de lo que suceda con los índices de fertilidad y otros factores".

     El rango de posibilidades que se maneja es tan amplio que no significa nada. Más razonable, parece, estudiar los distintos factores que determinan esta evolución. Quizás uno de los factores más importante sea el índice de fertilidad. Y puesto que es en los países más pobres donde tienen lugar los más elevados índices de fertilidad, conviene analizar el porqué de este fenómeno para poner los remedios más adecuados y, de esta manera, evitar que la población del planeta alcance valores insostenibles.

     Son varias las razones por las que las mujeres de los países pobres tienen tantos hijos. Una de ellas es la elevada tasa de mortalidad infantil: necesitan tener muchos hijos para que alguno de ellos pueda, en el futuro, cuidar de la familia. Otra, es la necesidad de tener hijos que trabajen (trabajo infantil) y colaboren, así, en el sustento de la familia. En esto tiene mucha culpa la Organización Mundial de Comercio (OMC) al no diferenciar entre dos productos por su modo de obtención, en este caso, por no diferenciar entre, por ejemplo, un balón en cuya confección ha participado niños de un balón en cuya confección solo han intervenido adultos. (El salario que recibe un niño es inferior al salario de un adulto; además, el niño es más dócil).

     Sin embargo, las familias pobres no pueden superar la pobreza extrema sin un descenso de la tasa de fertilidad. Arrastrados por la solidaridad y empatía -valores consustanciales al ser humano- es difícil no estar de acuerdo en la necesidad de ayudar a esos países. Esta ayuda lleva implícito un amplio proceso al alfabetización -o mejor de emponderamiento- del sector femenino, pues está demostrado que ello conduce, siempre, a un descenso de la fertilidad.

     Simultáneamente, no hay que olvidar el papel que desempeña el rápido descenso de las tasas de mortalidad de los niños pequeños; por ejemplo, mediante el suministro de vacunas y garantizando el suministro de agua potable.

     Todo eso, menos llevar a cabo los consejos de expertos contratados para mantener triunfante a lo largo del siglo XXI el actual sistema económico, que indica Susan George en su libro de ficción El informe Lugano. Sobran pobres.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Política medioambiental del Banco Mundial

     Continúo con el debate planteado por Teresa Angulo.

    Frente a la crisis ecológica con que se enfrenta la humanidad, solo caben cuatro reacciones posibles. Una de ellas es rechazar las pruebas alegando que son absurdas. Otra reacción es la de "comamos, bebamos y disfrutemos, que mañana moriremos". La tercera consiste en replicar que "los científicos ya inventarán algo para arreglarlo". Y, por último, la cuarta reacción consiste en enfrentarse con los hechos y luchar en pro de esos reajustes profundos, sin los cuales no hay ningún fundamento para albergar esperanzas.

     Dejando a un lado la segunda opción, desesperada, las instituciones internacionales que, en estos momentos, gobiernan el mundo -es decir, el actual sistema económico y social- están, unas veces, rechazando las pruebas -cada vez más difícil- y, otras, manifestando su convencimiento de que los científicos ya inventarán algo -lo que significa "jugar a la ruleta" con la vida de las generaciones futuras-.

     Dado el tema que se iba a tratar pareció oportuno el titular Política medioambiental del Banco Mundial, a pesar de que el Banco Mundial siempre ha carecido de política medioambiental. En el libro de José Antonio Sanahuja, ya citado se indica que su Órgano Multilateral de Garantía de Inversiones  califica de "riesgo políticos" "los cambios en el marco regulador que afectan a los intereses del inversor". Nada mejor que un ejemplo. Supongamos que una empresa petrolífera se instala en un país en vías de desarrollo o subdesarrollado porque, entre otras circunstancias favorables, ese país carece de algún tipo de ley medioambiental. Si un posterior Gobierno del país en cuestión -conociendo que en Europa hace tiempo que existen normas de protección del medio ambiente- se le ocurre distar una ley que prescribe la instalación de filtros, según el citado capítulo de inversiones, la empresa petrolífera puede presentar una demanda contra ese Gobierno porque el cumplimiento de la nueva ley le obliga a realizar inversiones no previstas y que harán que sus beneficios económicos sean menores.

     Por otra parte, ¿qué política medioambiental puede esperarse de una institución que tiene a su servicio "sicarios económicos", que considera una buena solución enviar los residuos tóxicos a los países del Tercer Mundo, que apoya el proceso de apropiación de tierras, y la agricultura intensiva e industrial en los países pobres, etc., etc.?

     Estas son algunas de las razones por las que se propone un cambio de sistema económico y social; se propone y se apoyará por todos los medios a nuestro alcance, porque, como ha dicho José Luis Sampedro, no es que otro mundo será posible, es que será seguro.


jueves, 3 de noviembre de 2011

Temperatura en la superficie de la Tierra

      En una de sus últimas entradas, Teresa Angulo expone diez factores que, a su juicio, "moldearán nuestro futuro", y que considera que "al menos sirven para comenzar una conversación indispensable. Y quizás más urgente de lo que ahora parece". Resulta incoherente con el deseo de colaborar en la creación e imaginación de un futuro (expresada en el inicio de este blog), no aceptar esta invitación a conversar. Así es que iré exponiendo lo que sé o pienso de cada uno de esos factores. El primero se refiere al cambio climático, que Teresa Angulo aborda diciendo:

     "¿Lograremos limitar el aumento de la temperatura del planeta a grados Celsius o habrá subido hasta los 8 grados o más?  Si el incremento alcanza o sobrepasa los 8º, el planeta y sus habitantes enfrentarán realidades climáticas radicalmente distintas de las que hemos tenido hasta ahora. Esto ya no es un debate. En los últimos 50 años, la temperatura promedio de la superficie del planeta se ha elevado 0,911 grados. Y el aumento de otros 3º es ya imparable. La lucha es para evitar que suba más de eso".

     Puesto que la contestación depende, en gran medida, del sistema económico y social imperante, parece conveniente imaginar qué sucedería si se sigue con el actual sistema, un sistema que gira alrededor del crecimiento económico, es decir, qué es de esperar que suceda si se siguen las directrices marcadas por las instituciones que, en realidad, gobiernan el mundo es estos momentos. Este estudio ha sido ya hecho por muy distintos expertos, y pone de manifiesto la urgente necesidad de cambiar de sistema.

     Empecemos por la Organización Mundial de Comercio (OMC). ¿Qué atención merece para esta organización el medio ambiente, considerado como un  bien común de la humanidad?. Para la OMC  la máxima preocupación es el crecimiento económico de las empresas multinacionales, pretendiendo que ello contribuya al enriquecimiento de todos los ciudadanos. Partiendo de esta premisa, la OMC no diferencia entre dos productos por su modo de obtención. Como botón de muestra, la forma cómo su Órgano de Solución de Diferencias (OSD) resolvió un problema relacionado con el comercio internacional de plátanos.

     La Unión Europea, tras la descolonización de sus colonias en África, Caribe y Pacífico, en 1975, decidió asegurar unos especiales precios de compra para determinados productos, entre ellos los plátanos, procedentes de estos países. Entonces, una empresa multinacional estadounidense, Chiquita Brands, consideró intolerable este acuerdo porque, a su juicio, limitaba el mercado de sus plátanos (bananas) y transmitió su queja al presidente de Estados Unidos, quien denunció este hecho ante el OSD. Este Órgano de Solución de Diferencias resolvió el contencioso a favor de Estados Unidos, sin tener en cuenta que los plátanos de Chiquita Brands, a diferencia de los plátanos procedentes de las indicadas antiguas colonias, proceden de grandes plantaciones donde se aplican excesivas cantidades de productos fitosanitarios, algunos de ellos prohibidos. (Leído en el libro de Susan George Pongamos a la OMC en si sitio, 2002, 1ª ed. Icaria editorial, Barcelona, págs. 42-43)

     En el Apéndice de los estatutos de la OMC figura un Acuerdo sobre Obstáculos Técnicos al Comercio, según el cual ningún país puede alegar algún tipo de consideración medioambiental, cultural o económica para justificar la no compra de un producto procedente de otro país.

     NOTA. Continuará con la exposición de la política medioambiental del Banco Mundial

domingo, 30 de octubre de 2011

Sueño de Cicerón

     Por primera vez en la historia de la Humanidad se dan las condiciones para que se cumpla el sueño de Cicerón (Marco Tulio Cicerón, político, filósofo, orador y escritor romano que vivió desde el 106 al 43 antes de Jesucristo):

     "Crear un mundo de ciudadanos cosmopolitas que conviven con las mayores posibilidades de libertad, y que se guían por unas normas éticas que aspiran a la justicia".

    Un argumento más a favor de un cambio de paradigma.

viernes, 28 de octubre de 2011

Propuesta de cambio

     Debido a que el actual sistema económico y social no es justo ni compatible con las características del ser humano (empatía, solidaridad, creatividad, ...) y no permite hacer frente a los problemas que, en estos momentos, debe afrontar la humanidad: la paz y la guerra, la seguridad, el medio ambiente (contaminación, falta de espacios para albergar los residuos, cambio climático y carácter limitado de los recursos naturales), las crisis financieras, las migraciones o los efectos de de las innovaciones científicas, cada vez con más insistencia y más argumentos se está abogando por un cambio de sistema.

     Analizando los datos de que se dispone se puede afirmar, sin lugar a dudas, que el cambio que se necesita es muy semejante al que tuvo lugar en Astronomía, en la época de Copérnico: todos los indicios apuntan a que es necesario un cambio en el eje alrededor del cual gira todo.

     En la actualidad, todo el sistema económico y social gira en torno al "crecimiento económico". El cambio que lentamente esta emergiendo, pero que, dadas las circunstancias, necesita ser llevado a cabo con urgencia, consiste en colocar como eje, alrededor del cual gire todo, al "desarrollo humano".  El "desarrollo humano" está relacionado con el grado de dignidad en el que vive la población, es decir, su calidad de vida y bienestar.

     En este nuevo sistema, el crecimiento económico pasa de ser un fin en sí mismo a ser un medio para que los ciudadanos alcancen una vida plena, que les capacite para disfrutar de una multitud de bienes que tienen razones para valorar y que no se interrumpa por enfermedades curables.

     Como sucede en la ciencia, cuando los datos experimentales exigen un cambio de paradigma, será necesario dedicar tiempo a estudiar los fallos que tenía el antiguo sistema y las posibilidades que ofrece el nuevo; si bien es verdad que los cambios en el campo económico y social son muchos más complicados que en el campo científico. En el campo económico y social intervienen variables que están ausentes en la ciencia.

     Porque es necesario dedicar tiempo para la reflexión y el debate, se seguirá hablando de ello.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Algunos comportamientos dignos de imitación

     "La ocultación de la verdad, como forma de gobierno, es una práctica generalizada en Europa y en el mundo", escribe Manuel Castells, el sociólogo citado al hablar de "los mercados". Según él, en una situación como la que estamos viviendo, es irresponsable "no hablar alto, claro, sin tecnicismos innecesarios, y plantear opciones" -porque las hay- "sus costos, sus consecuencias, a quienes perjudican y a quienes benefician. Y dejar en último término que decidamos nosotros".

     Sin embargo, a pesar de la gravedad de la situación, nadie explicó las posibles soluciones, ninguno de los gobiernos democráticos consultó a los ciudadanos. Alguien decidió por nosotros ayudar a quienes, en realidad, habían provocado el problema, utilizando para ello nuestro dinero, y nadie explicó consecuencias de esa decisión,  a pesar de que ese rescate parecía más bien un premio para los culpables. Esas consecuencias las empezamos a vivir más tarde: por falta de crédito empezaron a caer pequeñas y medianas empresas y a despedir trabajadores las grandes; el Estado, para poder pagar las deudas, tuvo que pedir dinero prestado -en muchos casos a las instituciones irresponsables; y llegamos a la receta que siempre ha decretado el mundo del dinero y el poder, concretamente  el  Fondo Monetario Internacional: cortar el gasto público en todos los servicios esenciales de la vida de los ciudadanos: no en el gasto en armamento -no esencial-, pero sí en salud, educación, cobertura social, seguro de paro y demás conquistas sociales. Un regalo para las grandes multinacionales que llevan unos años esperando hacerse cargo de esos servicios, es lo que se ha llamado "gangrena" o "mercantilización de la realidad".

      Independientemente de la receta o recetas del Fondo Monetario Internacional, es importante la manera cómo todo ello contribuye a la muerte lenta de la democracia, y en la necesidad de intentar compaginar ética y economía.

     Resulta inevitable recordar lo sucedido en Islandia. Manuel Castells explica que tras meses de movimiento social, un referendum sobre las políticas de crisis llevó a la regulación financiera, al despido y encausamiento de los políticos culpables de la crisis y al impago de las deudas bancarias. Y se arregló la cosa para a gente.

    Otro recuerdo lleva a un país africano, Botsuana. Cuando se independizó de Gran Bretaña, Botsuana era uno de los países más pobres, sin embargo, gracias a sus gobernantes (verdadera democracia), sin ayuda del Banco Mundial ni del Fondo Monetario Internacional se ha convertido, según Wikipedia, en una de las economías de más rápido crecimiento en el mundo. ¿Acaso, en Occidente, los seres humanos son menos inteligentes y sensatos que los habitantes de Botsuana?

domingo, 23 de octubre de 2011

Goethe

     Goethe resumió así su propia vida y lo que creía que era la vida en sí:

     "La hermosa sensación de que solo la humanidad es el hombre verdadero y de que el individuo separado solo puede estar alegre y feliz cuando tiene el coraje de sentirse parte del todo".

(Extraído de Jeremy Rifkin, La civilización empática. La carrera hacia una conciencia global en un mundo en crisis, 2010, Paidós, Barcelona)

viernes, 21 de octubre de 2011

Democracia real

     "Democracia real" fue una de las expresiones más coreadas cuando nació el movimiento 15-M y, aunque se refería a la situación en España, creo que se debe mirar más lejos: hacia las instituciones internacionales que tienen secuestrados a nuestros políticos, no porque ello les libre de culpa, sino porque no se puede reformar lo que se desconoce.

     En las últimas décadas se han multiplicado las instituciones ademocráticas, es decir, aquellas que, en palabras de Joaquín Estefanía, en el libro ya mencionado (pág. 30), "son independientes de los poderes políticos e irresponsables ante ellos en el sentido jurídico del término". Se trata de instituciones internacionales (Fondo Monetario Internacional , Organización Mundial de Comercio y Banco Mundial) y supranacionales (como el Banco Central Europeo) o los bancos centrales, que tienen un fuerte grado de independencia respecto a los gobiernos.

     Si el poder de estas instituciones ademocráticas sobre los ciudadanos se vuelve absoluto (sin control) -que es lo que está sucediendo-, "la institución se sitúa por encima de la ley, y en esta medida se diferencia y se separa de la sociedad civil, que somos todos". Joaquín Estefanía indica en ese libro (pág. 31) que estas instituciones se protegen de la democracia porque recelan ante la voluntad de los ciudadanos; temen que la mayoría de un lugar pueda exigir la redistribución de la renta y la riqueza: "dicen que uno de los principales defectos de la democracia es que provoca constantemente una presión a favor, por ejemplo, del desarrollo de programas sociales cada vez más caros y, que, por tanto, van en detrimento de la eficacia del sistema"; estos programas son como "granos de arena que dificultan el funcionamiento de toda la maquinaria".

     Este periodista señala, igualmente, que "los Estados más eficaces desde el punto de vista del mercado son aquellos que gozan de mayor autonomía frente a la soberanía de los ciudadanos. A falta de una dictadura, el único recurso que queda para beneficiarse todo lo posible de las ventajas del mercado sería confiar responsabilidades cada vez más importantes a instituciones que se encuentren estatuariamente al margen de la presión de los ciudadanos. (Cómo ejemplo véanse los estatutos del Banco Central Europeo y analícese cómo funcionan las instituciones internacionales indicadas)

     Según Joaquín Estefanía (pág. 35), George Soros, uno de los financieros que más se ha beneficiado del sistema, ha dicho: "Los mercados votan cada día, obligan a los gobiernos a adoptar medidas ciertamente impopulares, pero imprescindibles. Son los mercados quienes tienen sentido de Estado".

     En resumen, ha tenido lugar un desplazamiento de poder de los gobiernos a los mercados. Ahora que estamos sufriendo las consecuencias de ese desplazamiento -si nos hubiéramos dado cuenta antes se hubieran evitado muchos sufrimientos en los países del Tercer Mundo-  corresponde a los ciudadanos recuperar la democracia perdida.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Los mercados

     Si son "los mercados" los que deciden el futuro y el presente de los mercados, convendría saber quiénes son "los mercados".

     Desde que se difundió -a comienzos de la década de 1950-1960- la teoría del "capitalismo popular", los mercados están compuestos por miles de millones de personas anónimas. En realidad, no totalmente anónimas, puesto que se les puede poner nombre y apellidos: son los que tienen ahorros en forma de fondos de pensiones o cualquier otro tipo de fondo, o en acciones, gestionados, todos ellos, por intermediarios financieros. Todos esos intermediarios financieros hacen todo tipo de cálculos estratégicos para ganar dinero cantante y sonante a corto plazo. Manuel Castells, uno de los sociólogos más valorados en estos momentos, ha escrito en un artículo, publicado en le periódico La Vanguardia:  "Así funcionan las finanzas, de eso dependen los dividendos para los accionistas y, sobre todo, las comisiones y primas para los operativos financieros. Y esa ganancia a corto plazo se obtiene por múltiples medios ...".

     ¿Qué es eso del "capitalismo popular"?  El capitalismo popular, es decir, el que cualquier ciudadano puede participar en el mercado de capitales, formaba parte de la teoría de la filtración o permeabilidad . Sin embargo, el hecho de que algunos ciudadanos de los países ricos pudieran comprar y vender en el mercado de capitales, no significó nunca nada, ni mucho menos supuso una transformación del sistema: son muchos los que afirman que fue una "tapadera".

     Si todos somos "los mercados", ¿que se puede hacer? Me es muy difícil contestar a esa pregunta. No obstante, he aquí dos posibles actuaciones: una, recurrir a la banca ética; y otra, participar en las Juntas de Accionistas.

     He leído que en una de las últimas Juntas de Accionistas del Banco de Santander en una intervención, grabada en video, dijo, entre otras cosas:

     "Mientras se iba abriendo la fosa de la destrucción de empleo, en la que millones de condenados perdían su esperanza y su dignidad, ustedes se forraban a espuertas sin el más mínimo recato ni pudor".

     "Usted es alguien que hace política con mayúsculas y sin mojarse, además de ser un poderoso líder en la sombra, ajeno al escrutinio público".

    "Ustedes son los que gobiernan a los que dicen representarnos".
     (El video puede verse en la versión digital de El diario palentino, blog de Elisa Docio).

     Aunque creo que no es muy habitual, sé que algo parecido tuvo lugar en una Junta de Accionistas de Repsol YPF, en la que una persona de la ONG Intermón Oxfam, en nombre de cuatro fondos de inversión y 900.000 acciones -la ONG  no tiene dinero invertido en esta compañía- denunció su comportamiento en Bolivia y exigió que cambiase su manera de actuar en los países subdesarrollados en los que se instala.

     Ignasi Carreras, director del Instituto de Innovación Social de la Escuela de Negocios ESADE, cree que las Juntas de Accionistas son una magnifica plataforma, por una parte, para divulgar el fenómeno y por otra, porque al presidente no le queda más remedio que escuchar "de primera mano críticas que raramente le habían llegado antes directamente".  (Leído en Activismo en lo púlpitos del poder económico, EL PAIS, 9-V-2008)

lunes, 17 de octubre de 2011

No es una inesperada crisis del sistema

     En realidad, lo que nos está sucediendo es una consecuencia normal de la ausencia de control de los flujos de capitales y la especulación salvaje. No es la primera vez que esto sucede en el actual sistema económico y social, aunque, quizás sea la primera vez en la que han resultado implicados los países ricos.

     Sucede que si una persona normal monta un negocio, tiene buen cuidado con lo que hace, pues sabe que si, debido a una mala gestión, se arruina, el Estado no le pagará las deudas contraídas. Sin embargo, las instituciones financieras -de las cuales los bancos son sólo una parte- pueden realizar toda una serie de complicadas y atrevidas operaciones en la seguridad de que, al final, el Estado enjugará las pérdidas, con la única condición de que sean suficientemente grandes -también aquí hay una injusticia-.

     Pero ¿de dónde saca el Estado el dinero que necesita para ayudar a esas grandes instituciones financieras? A pesar de que existen otras soluciones, según el actual sistema económico, el dinero tiene que salir del bolsillo de los ciudadanos.

     Otra cosa, ¿Por qué se dice que la culpa es de los ciudadanos por haber vivido por encima de sus posibilidades? Porque el negocio, para las financieras y sus financieros, es tanto más rentable cuanto más dinero prestan, aunque sea sin garantías. Y aquí entra en juego otro factor clave: el modelo consumista, eje alrededor del que gira el actual sistema económico: al ciudadano le prestaron dinero para comprar,... por ejemplo, casas.

     En una determinada época, los bancos occidentales, ante la dificultad de operar en los países del Primer Mundo, pensaron extender su negocio a los países del Tercer Mundo: ofrecieron préstamos a bajo interés -para incitar a su solicitud-a los gobiernos (no a los ciudadanos) de los países subdesarrollados. También el Banco Mundial prestó dinero para que se hicieran proyectos que diseñaba el propio Banco. (Paso por alto los escondidos objetivos de esos préstamos).

     Consecuencia. Los intereses aumentaron, se fueron añadiendo al capital, y llegó un momento en que los países no podían pagar sus deudas. Entró en juego el dúo Fondo Monetario Internacional/Banco Mundial: reducción del gasto público (austeridad fiscal); privatizaciones (monopolios sin regulación); mercados financieros y de capitales independientes; etc.   Todas ellas, políticas que no solucionaron nada, sino todo lo contrario. Lo mismo que ahora nos está sucediendo a nosotros, en ningún momento, no sólo no se tuvo en cuenta el sufrimiento que se estaba infligiendo a las personas, sino que, además, nunca se solicitó su opinión (Un sangrante ejemplo: la modificación de la Constitución).  Los gobiernos de los países subdesarrollados tampoco pudieron manifestar su opinión, se les obligó a practicar el voto de obediencia.

     Es sólo un ejemplo de las razones por las cuales es necesario modificar el actual sistema económico y social. Algunos dicen, "otro mundo es posible"; dados los últimos acontecimientos, José Luis Sampedro dijo hace unos días en televisión, "no es que otro mundo es posible, es que es seguro".

     NOTA. En honor a la brevedad, imprescindible cuando se trata de "píldoras para pensar" he simplificado en exceso el origen  desarrollo de la deuda de los países subdesarrollados.
  

domingo, 16 de octubre de 2011

¿Mala suerte o injusticia?

     ¡Qué mala suerte haber nacido en Somalia y no en Francia!

     Nadie elige donde va a nacer. La injusticia no es cuestión de mala suerte. Los millones de seres humanos que padecen miseria no han tenido mala suerte: son víctimas de un sistema económico injusto. 

     Y la justicia es un asunto de hombres y mujeres que creen en la igualdad esencial de todas las personas; que creen que todos tienen el mismo derecho a ser dueños de su vida, con independencia de la raza, la religión, el lugar de nacimiento o el sexo. Por eso, debemos hacer todo, lo posible e imposible, para evitar que eso siga sucediendo. 

domingo, 9 de octubre de 2011

Ver los invisibles

     El premio Nobel de la Paz, Bernard Lawn, dijo, al recibir tan importante distinción:

     "Sólo en la medida en que seamos capaces de ver los invisibles serenos capaces de hacer los imposibles".

viernes, 7 de octubre de 2011

Pensamiento creativo

     Una de las personas convencidas de que, como decía Einstein, "no puede resolverse un problema pensando de la misma forma que cuando se creó", es Edward De Bono, psicólogo por la Universidad de Oxford y reconocido experto mundial en técnicas de pensamiento creativo e innovador. Cuando Eduard Carbonell, catedrático de Prehistoria, codirector del yacimiento de Atapuerca y premio Príncipe de Asturias, mencionaba la necesidad de "generar conciencia de especie" como medio de acelerar el proceso de humanización, estaba refiriéndose a esa clase de pensamiento.

     El concepto de pensamiento creativo se puede definir de varias maneras. Se puede decir que consiste en el desarrollo de nuevas ideas y conceptos, o en la habilidad para formar nuevas combinaciones de ideas, que se realiza para satisfacer una necesidad. Una importante característica del pensamiento creativo es que siempre conduce a un resultado y se traduce en alguna forma de acción, ya sea interna o externa.
 
     Einstein decía que "la crisis es la mejor bendición que puede sucederle a las personas y a los países porque la crisis trae progresos". El pensamiento creativo surge, por definición, para satisfacer una necesidad. Einstein precisaba: "El inconveniente de las personas y los países es la pereza por encontrar salidas y soluciones. (...). Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora que es la tragedia de no querer superarla". En la misma línea, Edward De Bono sostiene que para encontrar una solución a la crisis económica actual es necesario que la sociedad aprenda a pensar de forma diferente: "la principal amenaza de la humanidad es la estrechez de nuestro pensamiento, nuestra incapacidad para pensar de forma creativa".

     De Bono indica: "Ahora mismo, el gran reto que exige el mundo es que la humanidad cambie de paradigma, es decir, cambie nuestra manera de ver y de interactuar con la realidad, aprendiendo a diseñar el futuro en consonancia con nuestros verdaderos valores y necesidades humanas. No podemos seguir funcionando desde nuestro egoísmo y egocentrismo. Es hora de funcionar desde el nosotros, desde la cooperación y el altruismo, a partir de lo que podemos crear verdadero sentido a nuestra existencia".

     Lo mismo que Einstein, este experto en técnicas de pensamiento creativo e innovador indica que "no hay nada que genere mayor creatividad que ver las cosas tal como son en vez de cómo nos gustaría que fueran". Y añade:  "Aunque muchos siguen aferrándose a su zona de comodidad, donde se encuentran sus viejos hábitos, algo se está cociendo lentamente en nuestra sociedad. La pregunta que uno debe hacerse es: ¿todavía no he cambiado de paradigma?".

     Nota. Las expresiones entrecomilladas que se han puesto en boca de Edward De Bono pertenecen a una entrevista concedida aprovechando un viaje a Barcelona, donde participó en una reunión de exalumnos de EADA (Escuela de Alta Dirección y Administración), publicada en el suplemento Negocios de El PAÍS del 8-III-04. Ya he dicho que colecciono -en realidad, coleccionaba- recortes de periódico. 

martes, 4 de octubre de 2011

Cambio de paradigma


     A finales de los setenta y principio de los ochenta, cuando Thatcher y Reagan llegaron al poder, arrancó en todo el mundo una revolución conservadora cuya primera premisa económica afirmaba que un mercado sin reglas era un seguro de prosperidad para todos; ahora hemos visto que eso era una fantasía. Ernesto Sabato, escritor, ensayista, físico y pintor argentino (1911-2011), escribió: "Aquel hombre europeo que entró en la historia moderna lleno de confianza en sí mismo y en sus potencialidades creadoras, ahora sale de ella con su fe hecha jirones. Estamos indudablemente frente a la más grave encrucijada de la historia; ya no se puede avanzar más por el mismo camino". Es necesario un profundo cambio.

     A lo largo de la historia de la ciencia han tenido lugar importantes cambios y gracias a ellos la ciencia ha experimentado grandes avances. Estos cambios han sido estudiados por Thomas Kuhn, historiador y filósofo de la ciencia y, posteriormente, en 1962, expuestos en su libro La estructura de las revoluciones científicas.

     Thomas Kuhn, que popularizó los términos "paradigma" y "cambio de paradigma", indica, en ese libro, que uno de los objetivos de la ciencia es encontrar modelos que den cuenta de la mayor cantidad de observaciones dentro de un marco coherente, y que, cuando un modelo, en su intento de explicar las nuevas observaciones, se hace muy complejo, la ciencia lo sustituye por otro menos complejo y más coherente. Un ejemplo puede ser la sustitución del modelo de Ptolomeo (o Tolomeo) por el de Copérnico. Según el modelo de Tolomeo, la Tierra estaba inmóvil y ocupaba el centro del universo, pero cada vez era más difícil y complicado explicar con este modelo los datos que se obtenían observando el movimiento de las estrellas. Estas dificultades desaparecían con el modelo de Copérnico, que ponía el Sol en el centro de Universo.

     Ahora, en el campo de la economía y sociología, nos encontramos en un situación semejante. El modelo o sistema actual se está manifestando incompatible con los nuevos avances de la ciencia económicainjustoinhumano, e incompatible con las características del  planeta en el que vivimos.

     Necesitamos un cambio de paradigma, pues como decía Albert Einstein "no puede resolverse un problema pensando de la misma forma que cuando fue creado". A ese cambio, sin duda, debemos contribuir todos, cada uno a su manera. "Venid, amigos, no es tarde todavía para ir en busca de un mundo nuevo". Lord Alfred Tennyson, poeta inglés.

domingo, 2 de octubre de 2011

¿Optimismo o esperanza?

     "Pero ser optimista no es lo mismo que tener esperanza. Un político checo, el expresidente Havel, lo ha explicado así: no se trata de la maligna convicción de que todo va a salir bien, sino de la certeza de que  algo tiene sentido, independientemente de cómo resulte".

     (Copiado de una columna periodística escrita por Soledad Gallego-Díaz, Huir del optimismo, mantener la esperanza, 20-V-05)

sábado, 1 de octubre de 2011

Informe Lugano

       En la conversación que mantuvieron Miguel Delibes-padre y Miguel Delibes-hijo, recogida en La Tierra herida. ¿Qué mundo heredarán nuestros hijos?, hablando de la forma cómo los problemas medioambientales afectan a los países pobres, "capa humana sobre la que repercuten todos los problemas, especialmente los más graves", Delibes-hijo menciona (pág. 162) un ensayo de ficción, El informe Lugano, escrito por Susan George, "hoy elegante septuagenaria convertida en icono de los antiglobalización".

     "La señora George presenta, como si fuera real, el documento confidencial que un grupo de expertos muy bien remunerado habría elaborado, a petición de unos anónimos solicitantes, sobre las amenazas al capitalismo y las estrategias a seguir para mantenerlo triunfante a lo largo del siglo XXI. ¿Cuál es la conclusión de los estudiosos?  Sencilla: sobran pobres. Los excluidos no han sido suficientemente excluidos; deberían desaparecer. Si se pretende evitar el desastre hay que eliminar a cientos de millones de ellos, e incluso se recomienda en el informe la manera de hacerlo. De forma casi profética, el comité de sabios de ficción, al que se ha pedido expresamente que deje a un lado sentimientos y prejuicios, propone cosas tan estremecedoras como echar mano de la guerra, ya que también en el mundo actual la guerra constituye, junto a la enfermedad y el hambre [...], una estrategia de reducción de la población muy prometedora; y aludiendo al terrorismo enseguida plantea, aunque el libro está escrito antes del atentado del 11 de septiembre de 2001, orientar la opinión pública (a favor de la guerra) debería ser algo relativamente sencillo, porque la amenaza (de la barbarie terrorista) es real. Recientemente, Susan George reiteró que nadie ha sido capaz, hasta ahora, de desmentir sus datos ni de encontrar fallos a su argumentación, e incluso que teme que planteamientos como el de El informe Lugano disten de ser mera ficción y puedan existir en la realidad".

     Después de que su padre dijera:

     "¡Calla por favor! Ahora soy yo el que no quiere saber más. Me temo que sea hora de cerrar la tienda y depositar nuestra confianza en la última reserva moral de la humanidad. Ojalá se active pronto y lleguemos a tiempo de remediar las cosas".

Delibes-hijo indica:

     "Susan George, aunque otra cosa pudieras pensar, no es pesimista. Dice que estamos en un momento histórico. Hay un mundo de jóvenes que parecen considerarse ciudadanos del mundo. Creo que es el comienzo de un cambio".

Y recuerda a su padre lo que dijo al final de su discurso de entrada en la Academia de la Lengua Española:

     "Esta conciencia, que encarno preferentemente en un amplio sector de la juventud, que ha heredado un mundo sucio en no pocos aspectos, justifica mi esperanza".

viernes, 30 de septiembre de 2011

Argumentos del Banco Mundial

     Para reducir el riesgo de posibles reacciones sociales y legitimar la apropiación o acaparamiento de tierras, el Banco Mundial dice que este proceso debe respetar los derechos de los actuales usuarios de la tierra, el agua y otros recursos (pagándoles alguna indemnización), proteger y mejorar los medios de vida a nivel familiar y de la comunidad (proporcionando empleos y otros servicios) y no dañar el medio ambiente. Y ha establecido siete principos, "totalmente voluntarios", para lograr un acaparamiento de tierras que esta institución llama "socialmente aceptable", una engañosa e hipócrita expresión.

    Engañosa e hipócrita porque no solo entra en contradicción con la práctica, hasta ahora habitual, de las grandes empresas transnacionales, sino también con la estructura del mismo Banco Mundial. En 1988, por iniciativa de Estados Unidos que presionó para que el Banco tuviera una función más activa en el apoyo al sector privado y en la expansión de las empresas transnacionales, se creó el Organismo (o Agencia) Multilateral sobre Garantía de Inversiones, cuya misión es proteger a las empresas o, mejor dicho, al dinero de las empresas frente a "riesgos políticos" o "no comerciales", tales como conflictos internos, guerras, dificultades para sacar fuera del país los beneficios obtenidos, ruptura unilateral de acuerdos por parte del gobierno huésped, nacionalizaciones, expropiaciones, o cambios en las normas o leyes que afectan a los intereses de la empresa extranjera, por ejemplo, una nueva ley o norma que prohiba el uso de un insecticida ya prohibido en los países del Norte, y que la empresa considera que su sustitución  puede suponer una disminución de sus beneficios. ¿Puede darse mayores ventajas a la empresa transnacional? ¿Puede coartarse en mayor grado la soberanía de un país? No puede evitar que los beneficios salgan del país, no puede publicar ninguna ley o norma que la empresa considera puede disminuir esos beneficios (prohibidos los sindicatos, por ejemplo), prácticamente no puede hacer nada. ¿Dónde queda la soberanía  del país? ¿Qué entiende el Banco Mundial por "socialmente aceptable"?  

     Por su parte las organizaciones campesinas, los movimientos sociales y los grupos de la sociedad civil está de acuerdo en "exigir" que la tierra continúe en manos de las comunidades locales y que, en caso necesario, se lleve a cabo una reforma agraria que asegure un reparto equitativo de la tierra; que se apoye fuertemente la agricultura, la pesca y el pastoreo ecológicos, con una adecuada labor de capacitación; que se modifiquen las políticas agrícolas y comerciales de forma que permitan alcanzar la soberanía alimentaria (algo imposible con las actuales políticas emanadas del Banco Mundial, FMI y la Organización Mundial de Comercio); y que se lleve a cabo una regulación obligatoria y estricta que limite el acceso, de las grandes empresas y otros actores poderosos tanto gubernamentales como privados, a tierras agrícolas, de pastoreo, costeras, bosques y humedales.

     Sin embargo, sigue el acaparamiento de tierras y las consecuencias las sufrirán, inicialmente, los países del Sur  y, después, nosotros. Las consecuencias son muchas y variadas, unas están relacionadas con los precios de los alimentos, dependientes de la política de las grandes empresas (a quienes únicamente les interesan las ganancias económicas) y  de los operadores de Bolsa (léase especuladores); otras se refieren al medio ambiente, pues la práctica de una agricultura intensiva o industrial conlleva irreversibles daños al suelo (pérdida de fertilidad) y graves problemas de contaminación. Todos los expertos independientes están de acuerdo que solo la práctica de una agricultura, ganadería y pesca ecológicas puede asegurar la  alimentación de la humanidad.

  Fuentes. José Antonio Sabahuja, Altruísmo, mercado y poder. El Banco Mundial y la lucha contra la pobreza, 2001, Intermón Oxfam, Barcelona  http://www.focusweb.org/sites/www.focusweb.org/files/WB-FIN-ES_1.pdf.

    

jueves, 29 de septiembre de 2011

El Banco Mundial y el acaparamiento de tierras

     El Banco Mundial -esa institución internacional en cuyo edicicio, en Washington, figura el lema: Nuestro sueño es un mundo sin pobreza, pero de dudoso comportamiento en lo que se refiere a terminar con la pobreza en el mundo-, parece ahora implicada en la compra de tierras pertenecientes a los países del Sur. (Dadas las condiciones en que tiene lugar esa compra, es más correcto sustituir la palabra "compra" por la de "apropiación" o "acaparamiento", si se tiene en cuenta su magnitud).

     Numerosas organizaciones no  gubernamentales están realizando todo lo que pueden para evitar que este acaparamiento se transforme en una nueva colonización que deje a los agricultores sin posibilidades de comer lo que da su tierra. En junio un grupo de esas organizaciones envió una carta abierta a la Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés), la división de préstamos para el sector privado del Banco Mundial, creada en 1956. (Para más datos se puede consultar http://www.ifc.org/spanish.

     En esa carta se pedía que el Banco Mundial, a través de IFC, dejase de subvencionar el acaparamiento de tierras a través de empresas como Calyx Agro. Calyx Agro es una empresa que adquiere tierras agrícolas en América Latina en nombre de acaudalados inversores extranjeros; es subsidiaria de Louis Dreyfus, uno de los operadores más grandes en el mundo de los productos básicos. El Banco Mundial está -o estaba, no sé-, considerando un préstamo de hasta 30 millones de dólares para ayudar a Calys Agro expandir sus operaciones en América Latina.


     La carta, disponible en español, inglés y francés en http://farmlandgrab.org/post/view/18886, también denuncia al Banco por su continuo apoyo a otros grandes inversionistas que participan en la apropiación de tierras en todo el mundo.

    He aquí los firmantes de esa carta. Acción Ecológica (Ecuador); Acción por la Diversidad (Argentina); Campagna per la Riforma della Banca Mondiale (Italia); Centro Ecológico (Brasil); COECOCIBA-Amigos de la Tierra (Costa Rica); Confederación Canpesina (Francia); Corporate Europe Observatory; Enfoque en el Sur Global; Amigos de la Tierra Internacional; Red de Investigación-Acción sobre la Tierra (LRAN); REDES-AT (Uruguay); y Sobrevivencia, Amigos de la Tierra (Paraguay).

     Quizás convenga recordar que el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional son dos instituciones que, aunque nacieron con fines distintos, han actuado conjuntamente en la imposición a los países del Sur de los planes de ajuste similares a los que, por razones análogas, se está intentando aplicar en la UE, y que ambas son instituciones ademocráticas y totalmente opacas. Desde 1945, ambas cuenta con la colaboración de la Organización Mundial de Comercio en lo que parece ser una sustitución de las antiguas dictaduras de las élites nacionales por una dictadura de instituciones internacionales no democráticas.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Estructura empresarial

     Los autores del artículo No es economía, es ideología terminan diciendo:

     "Los economistas no deberíamos permanecer callados. (...) Necesitamos abrir sus puertas (las puertas de los Colegios de Economistas) de par en par, porque queremos impulsar en la sociedad la reflexión de los economistas y de todos los ciudadanos que quieran compartir el debate y las propuestas".

     Esta afirmación me ha recordado por qué  Botsuana no ha caído en la trampa de la maldición de los recursos y su política ha sido todo un éxito. Botsuana buscó el apoyo de asesores, independientes de las instituciones financieras internacionales, que explicaron "abierta y sinceramente sus políticas, mientras trabajaban junto a las autoridades para obtener el apoyo popular para sus propuestas y políticas". "Al revés del FMI, que trata básicamente con los ministros de Hacienda y los bancos centrales", estos asesores discutieron su plan con altos funcionarios, "con ministros y parlamentarios, en seminarios abiertos y en reuniones privadas". En definitiva, hicieron economía y no ideología, es decir, intentaron, en un entorno democrático, llevar a cabo una "administración recta y prudente de los bienes". (Al margen de todo esto, es interesante señalar que el 70 por ciento de Botsuana está cubierto por el desierto de Kalahari. El Cuerno de África tiene una porción menor de zona desértica, luego no digamos que toda la culpa de su situación se debe a la sequía).

     Y me ha recordado una obra titulada El universo concentratario en la que su autor, David Rousset, que estuvo en los campos de concentración de la Segunda Guerra Mundial, indica que lo más nuevo en estos campos es que se les había dado una "estructura empresarial", en la que cada uno daba, en su trabajo, "lo mejor sin importarle lo que, al final, se haría con ello". Gracias a esta organización social del trabajo -indica- "fue posible que hombres sin ser bandidos o verdugos desvengozados", participaran en el "funcionamiento del campo de concentración". De forma análoga -señala- es posible que gracias a la organización social existente en los países ricos, también ahora, nadie se sienta culpable de nada y todos sean insensibles a lo que sucede a su alrededor.

     Federico Mayor Zaragoza, en su libro La nueva página, mantiene una tesis análoga a la de David Rousset. "La docilidad, la pasividad, la sensación de ser un simple espectador, quizás sean consecuencia de una cultura que nos convierte en receptores de información y en testigos inertes de problemas al parecer insolubles. Pero no tiene que ser así". Según él, no podemos "limitarnos a contemplar los acontecimientos pasivamente, sin tratar de influir en su curso"; "en vez de limitarnos a la contemplación y la indignación -por importantes que sean las causas- hemos de estar dispuestos a actuar y procurar soluciones para el dolor y la pobreza", porque "una vida irreflexiva no es digna de vivirse".

     El objetivo de todos estas consideraciones es que los ciudadanos nos lancemos a "compartir el debate y las propuestas" que anuncian los autores del artículo No es economía, es ideología.

martes, 27 de septiembre de 2011

No es economía, es ideología

     No es economía, es ideología es el título de un artículo, donde el decano del  Colegio de Economistas de Madrid en 1981-1983 y el que lo fue en 1984-1988, comentan algunos aspectos de la actual crisis económica.

     Antes de resumir el contenido de ese trabajo, conviene saber, con exactitud, qué se entiende por economía y por ideología. Según el diccionario de la RAE (Real Academia Española), economía es la "administración recta y prudente de los bienes" (1ª acepción), e ideología es "el conjunto de ideas fundamentales que caracterizan el pensamiento de una persona, colectividad o época, de un movimiento cultural, religioso o polótico, etc. Ideología tomista, tridentina, liberal".

       Los  autores del artículo indica: "se venden como supuestas verdades científicas lo que son visiones del mundo o intereses particulares", es decir, se intenta que pase como economía lo que, en realidad, es ideología. A continuación copio tres párrafos donde se señalan cuales son los objetivos de esa ideología, pues toda ideología suele enmascarar unos objetivos.

     1. "A la Europa conservadora lo que le interesaes la disminución del papel de los Estados en la economía". Algo que interesa a los mercados, sean de mercancías o sean de capitales.

     2. "Quienes ahora, con la crisis, claman por la austeridad, no hacen otra cosa que hacer lo que siempre han hecho con crisis o sin crisis: clamar por la austeridad, no en un sentido ético sino en su proyección sobre el contenido y el alcance del Estado de bienestar, que consideran excesivo. La crisis es su coartada, no su argumento".

     3. "No son los mercados ni tampoco los especuladores, por muy imperfectos que sean unos y por mucha información privilegiada que posean los otros, los culpables de la crisis, de su profundidad ni de su duración. Los culpables son las políticas que persiguen objetivos ocultos para la ciudadanía". 

      Los objetivos ocultos son los objetivos del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial han perseguido en situaciones similares, acaecidas en países en desarrollo: ayudar a los banqueros con dinero de los ciudadanos normales ; privatizar todo lo privatizable, teniendo en cuenta que, según los mercados, si hay paro se deben reducir los salarios; austeridad presupuestaria (reducción al mínimo de los gastos en educación y sanidad, eliminación de todo tipo de gastos sociales, etc.) (En relación con los servicos públicos hay que recordar el Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios de la Organización Mundial de Comercio, sobre todo el interés de los lobbies empresariales por los sistemas públicos de sanidad en Europa.

lunes, 26 de septiembre de 2011

¿Otro rescate del sector financiero?

     El día 22 último leí una noticia uno de cuyos subtítulos era: "El Fondo (Fondo Monetario Internacional, FMI) urge a Europa a acometer una nueva ronda de inyecciones de capital en el sector". Me parece muy importante copiar algunos de sus párrafos.

     "El equipo técnico del FMI ve cada vez más probable que el sistema financiero vuelva a entrar en barrena. (...) Y el resultado, subraya el FMI, puede ser similar al de 2008: otro parón económico, lacerante para las sociedades que sufren ya, en muchos casos, elevados niveles de desempleo y los rigores del ajuste presupuestario. (...) Se necesitan, con urgencia, esfuerzos creíbles para fortalecer la resistencia del sector financiero", reclaman los expertos del Fondo.

     "Para pasar la prueba de la credibilidad ante los mercados, sostiene el Fondo, hay que acometer ya una nueva ronda de inyecciones de capital a los bancos europeos, que les permita compensar el impacto de la crisis de la deuda pública en sus balances. Una fórmula que, dado el recelo de los inversores privados, obligaría a apurar el trago amargo de las ayudas públicas a la salud de un sector que acumuló enormes ganancias ante la crisis".

    Por si acaso había alguna duda, al final de la noticia, se indica que el director de Asuntos Exteriores del FMI  "destacó la necesidad de cumplir con el ajuste fiscal y avanzar en las reformas".
         
      Debemos recordar al FMI que estamos en un sistema democrático y que, por lo tanto, debe contar con el consentimiento de la ciudadanía. Esa ciudadanía ha estudiado y analizado la actuación del FMI en situaciones similares en los países en desarrollo.

     Sabe -esa ciudadanía- que el FMI siempre ha aplicado la misma política -solución única para diferentes problemas-, con muy escaso éxito.

     Esa ciudadanía está segura de que hay políticas alternativas y quiere analizarlas, involucrando en ese análisis a economistas, funcionarios y expertos; considera eso más razonable -de sentido común- que obedecer borreguilmente las indicaciones de un organismo en el que, además, no confía.

     Esa ciudadanía quiere asumir la responsabilidad de su propio desarrollo, porque sabe de que hay países que han evitado sus restricciones y han crecido más rápidamente, con más igualdad y más reducción de la pobreza, que los que obedecieron sus mandamientos

     El FMI  debe aclarar por qué es necesario, "con urgencia", fortalecer el sector financiero; por qué es necesario "pasar la prueba de la credibilidad ante los mercados"; por qué es necesario "el ajuste fiscal y avanzar en las reformas"; etc.

     La ciudadanía no acepta que los caprichosos mercados de capitales -incluidos los especuladores, cuyo único afán es el corto plazo y no la mejora de las condiciones de vida de las poblaciones- impongan lo que se debe o no debe hacer.  Porque, a estas alturas, la ciudadanía no acepta ninguna dictadura: el FMI debe recordar que ni él ni el Banco Mundial han sido elegidos democráticamente, a pesar de que manejen dinero de los ciudadanos.