El contenido de este blog se ha cedido al dominio público: puede ser copiado, parcial o totalmente, sin previo permiso de la autora.


jueves, 6 de septiembre de 2018

Al ministo italiano, Matteo Salvini



Borrador de carta abierta al ministro italiano de Interior, Matteo Salvini … y a sus seguidores

Señor ministro:
Permíta que le comente algunas cosas acerca de los flujos migratorios. Es mi deber, mi responsabilidad: no quiero ser cómplice de todas las muertes que tengan lugar por sus ideas. ¿Seré capaz de hacer que cambie de opinión? ¿Por qué usted ha colocado “el blindaje de las fronteras en el punto más alto de su agenda”? ¿Qué haría usted si los que llegan en patera a Italia llegasen cargados de dinero?  ¿Está de acuerdo con lo que escribió el conocido humorista gráfico, EL ROTO,  en una viñeta de El País de 9 de julio de 2016: “¡Si traen dinero, son inversores, acogedlos¡ ¡Si no lo traen,  son invasores, expulsarles!
Puedo demostrarle que cuando una persona, sin dinero, se embarca en una aventura que puede llevar años y, al final conducirle a la muerte no es porque quiera hacer turismo.
¿Vio usted el cuerpo sin vida de un niño en la orilla de una playa en Bodrum (Turquía)? Fue el día 2 de octubre de 2013. El niño iba con sus padres y otras muchas personas un una barca camino a Grecia.  Su tía, Tima Kurdi, recuerda la tragedia en un libro The Boy on the Beach. My Family’s Escape from Ayria and Our Hope for a New Home (El niño en la playa. La huida de mi familia a Siria y la esperanza de una nueva casa) El niño se llamaba Alan y tenía dos años. En ese libro, Tima Kurdi explica por qué los padres de Alan quisieron huir  de Siria. “Nadie quiere dejar Siria porque sí. La situación en Kobane [ciudad  kurda al norte del país, en la frontera con Turquía] tras la invasión del ISIS era insostenible, y la huida del padre de Alan y los suyos hacía Turquía, era inevitable”.
Cuando la familia de Alan llegó Turquía,  no encontró “una vida mejor, sino más bien pobreza y explotación laboral, al igual que muchos de sus compatriotas. En Estambul, el padre de Alam, que trabajaba 12 horas al día en una fábrica textil por menos de cinco euros, se vio obligado a dormir junto a los suyos en el baño de la empresa que le contrataba”.
Para los miles de sirios sin documentación o con pasaporte caducado, como el padre de Alan, “huir a Grecia era la única esperanza de conseguir un futuro mejor”. Tima Kurdi recuerda el mensaje de su hermano unos días antes de enterarse, por la prensa, de la tragedia. Murieron Alan y su madre.
“Escribí este libro porque quería que el mundo entendiese que mi familia no era diferente de  cualquier otra”, explica, Tima “nosotros también somos seres humanos: celebramos los cumpleaños, trabajamos, estudiamos. Teníamos una vida normal  antes de que   empezara la guerra”.
La tía de Alan dice no tener palabras para calificar a los políticos que hoy basan su estrategia electoral en el odio a quienes huyen de sus países en busca de un mundo mejor. “Espero que mi libro provoque una toma de conciencia global”. (Fuente: El País, 3 de septiembre de 2018)

No puedo terminar esta carta, sin informarle que, en estos momentos, no es únicamente, la guerra la culpable de que muchas personas mueran   en el intento de buscar un mundo mejor. Otras muchas personas vienen a Europa, porque, antes, nosotros hemos destrozado su país. 
- El Premio Nobel  Josep Stiglitz acusa a los países más avanzados de lo que él llama “hipocresía”, "Predicaron a los países en desarrollo para que no subsidiaran a sus industrias, pero ellos siguieron derramando miles de millones en subsidios a sus agricultores, haciendo imposible que los países en desarrollo pudieran competir".  Miles de agricultores de los países en desarrollo tuvieron que abandonar los campos de cultivo  y buscar cómo ganar dinero en la ciudad. (Joseph E. Stiglitz, La gran brecha. Qué hacer con las desigualdades, 2015:305, Penguiun Random House, Barcelona)
- Aprovechando que los agricultores de los países subdesarrollados carecen de títulos de propiedad que acrediten que los suelos que labran son suyos, empresas de los países desarrollados se han apropiado de ellos y han dejado a esos agricultores sin posibilidad de cultivar los alimentos que necesitaban. Las grandes empresas multinacionales agroindustriales, como todas las empresas de este tipo, únicamente piensan en las ganancias económicas, con frecuencia, han sustituido  la producción de alimentos por otros cultivos que les proporcionan mayores ganancias económicas.
- Paul Collier, profesor en la Universidad de Oxford y director del Centro de Estudios de Economías Africanas, en su libro El club de la miseria. Qué falla en los países más pobres del mundo (2009, Turner Ediciones, Madrid) señala que una de las razones por las que un país no puede salir de la pobreza es que sea rico en algún recurso natural que interese a los países desarrollados.  En la actualidad, un recurso natural que interesa mucho a los países desarrollados es el coltán, muy abundante en la República Democrática del Congo. ¿Sabe usted lo que está pasando en el Congo?
Paul Collier indica (2009:159) que “la emigración ha sido siempre la gran herramienta igualitaria”, y comenta sus consecuencias para el país pobre. Señor ministro no quiero cansarle, pero, para ir terminando, permita que le indique lo que  este profesor señala en el último capítulo del libro que acabo de indicar. “Tengo un hijo de seis años y no quiero que crezca en un en un mundo que tiene una enorme herida abierta: mil millones de personas sumidas en la desesperación mientras el resto del mundo disfrutan de una prosperidad sin precedentes”. Este profesor recuerda el origen de la Segunda Guerra Mundial y señala:  “Todos los ciudadanos tenemos la responsabilidad de no volver a precipitarnos como sonámbulos en otra catástrofe evitable cuyas consecuencias pagarían nuestros hijos”.  

Concluyendo. Conocidas las razones por las que esas personas vienen a Europa, ayudemos al desarrollo de su país.Hay que hacer una decidida defensa del derecho a no emigrar, es decir, de algo tan simple como la posibilidad que debe tener todo ser humano de vivir en su comunidad de manera digna y saludable, de disponer de una vivienda, de agua potable, educación, sanidad, ...opciones hace tiempo reconocidas en la Declaración Universal de Derechos Humanos y que, sin embargo, se concultan día a día en miles de lugares en todo el mundo.
Así lo espero.

2 comentarios:

Camino a Gaia dijo...

Me temo que el único principio moral que entienden los psicópatas es que el desastre también los alcanzará a ellos.

Juliana Luisa dijo...

Yo no diría "prncipio moral" porque no saben lo que es ética, empatía y solidaridad.

Un saludo