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sábado, 13 de julio de 2013

Próximos rescates financieros

     Hace unos días se publicó una noticia en la que se decía que "los ministros de Economía de los Veintisiete han hecho un encaje de bolillos hasta bien entrada la madrugada para encontrar la fórmula mágica que asegure que en los próximos rescates bancarios paguen primero los accionistas y no los contribuyentes". Según uno de los ministros se ha establecido la jerarquía para actuar en el futuro.

     A raíz de esa noticia me han surgido muchos motivos de protesta. Me gustaría compartir con ustedes al menos dos.

     Uno de ellos está relacionado con lo que indiqué en la entrada de octubre de 2011, Los mercados. Señalé, entonces, cómo en la década de 1950-1960 se difundió la teoría del "capitalismo popular": personas que tienen ahorros en forma de pensiones o en cualquier otro fondo de inversión o en acciones, gestionados todos ellos -se decía- por intermediarios financieros. Las entidades bancarias intentaban convencer a sus clientes de los beneficios económicos derivados de invertir en cualquiera de esos productos: según ellas se podía aumentar el monto de dinero ahorrado. Una de las acciones más frecuentes era regalar un juego de sartenes, una cubertería, una vajilla o una cristalería. Por parte de los ciudadanos, se trataba, en general, de tener unos ahorros para poder hacer frente a cualquier eventualidad.

    El hecho de que cualquier ciudadano pudiera participar en el mercado de capitales sirvió para formular la teoría de la filtración o permeabilidad, algo que pronto se comprobó -y ahora más que nunca- que era una tapadera.

     Con un sector financiero no regulado, ¿cuántos ciudadanos han visto y verán desaparecer su fondo de pensiones? ¿cuántos pequeños accionistas vieron cómo bajaba el precio de sus acciones casi al mismo tiempo que los protagonistas del debacle aumentaban su cuenta de resultados. ¿Qué hicieron los intermediarios financieros?  (Como ejemplo, recuérdese lo sucedido con Lehman Brothers). ¿Por qué no se hace pagar a quienes toman riesgos a cambio de jugosos intereses?  ¿Por qué no se recurre al dinero escondido en los paraísos fiscales?

     De todas formas, vistas las consecuencias de la actual crisis financiera, ¿no sería más justo y, sobre todo, más acorde con las características del ser humano, estudiar la forma de evitar futuras crisis, en lugar de establecer una hoja de ruta a desplegar en el caso de futuras crisis. Los ciudadanos no podemos seguir sufriendo crisis tras crisis.  ¿Por qué no se regula de forma adecuada el sector financiero?

1 comentario:

J. Felipe dijo...

Efectivamente, lo que se trataba y, hoy del mismo modo aunque ahora esgrimiendo el argumento de que como el Estado carece de medios suficientes, es que cada cual aguante su vela o lo que es lo mismo que el que quiera servicios se los pague. El dogma liberal.

Pero la realidad dista mucho de un mero concepto ideológico ya que, como bien dices, lo que se trata es de implicar a todos en ese maremagnum de opeaciones financieras con la intención de, a costa de muchos que aporten solo un poco, hacerse ricos solo unos cuantos.

Al margen del caso de las acciones -al menos a mi modo de entender-,es casi una estafa fomentar el ahorro a traves de unos productos como los fondos de inversión o los planes de pensiones -que vienen a ser lo mismo por cuanto la supuesta rentabildiad se obtiene en buena parte de los primeros-, donde el riesgo acumulado es altísimo y el perjuicio, como de hecho ha pasado, para los llamados pequeños ahorradores puede ser dramático.

El caso de los accionistas, insisto a mi modesto de parecer, es distinto. Aunque se den o puedan darse casos, la mayoría de las personas saben que comrpar acciones o jugar en bolsa, que viene a ser lo mismo, conlleva un riesgo por cuanto uno entra a formar parte del devenir de las empresas de las que se adquieren sus correspondientes participaciones. Otra cosa son "los caramelos en la boca" para adquirirlas con descuentos, regalos, etc. pero, en cualquier caso, todos o casi todo el mundo debería ser conscientes del riesgo que corre, sobre todo cuandos e trata de un producto más que conocido.

El problema no es ese. El problema radica y esto es en lo que resulta todavía más flagrante en el caso de las acciones, es que a costa del dinero de mucha gente, un reducido grupo de directivos, consejeros, etc. que ni siquiera tienen por que tener invertido capital alguno en la empresa, perciben remuneraciones multimillonarias a su libre albedrío y, sin practicamente responsabilidad ninguna en la gestión de la empresa que se trate y lo que es más sin que, en la práctica, los pequeños pero numerosos accionistas tengan arte ni parte.

Un saludo.