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lunes, 14 de julio de 2014

Ciudad de la Luz y sistema sanitario

     Según la prensa, el Tribunal General de la Unión Europea ha señalado que las ayudas que el Gobierno valenciano ha concedido a los productores que rueden películas  en los platós de la Ciudad de la Luz de Alicante, levantada con fondos, también, del Gobierno valenciano, son ilegales y deben ser recuperadas.
   
     "El Tribunal sostiene que la construcción del complejo y las subvenciones a los rodajes constituyen ayudas del Estado y trastorna la competencia en el sector. En consecuencia, obliga al Gobierno valenciano a desinvetir, lo que comporta la venta de los estudios para intentar recuperar los fondos públicos".  Todo empezó por la denuncia de otros estudios privados.
 
     Las instituciones internacionales que gobiernan el actual sistema económico-social son fundamentalistas del libre mercado. Según esa doctrina, el Gobierno es un obstáculo para el correcto funcionamiento del mercado; nada de subvenciones, ni ayudas.

     Cuando el FMI y sus acólitos, a raíz de la crisis, han obligado practicar la austeridad presupuestaria y a llevar a cabo reformas estructurales, lo que están haciendo era expulsar al Gobierno para que, según ellos, funcionen bien los mercados.  

     El Acuerdo General del Comercio de Servicios (AGCS) de la Organización Mundial de Comercio (OMC), en el que se basa la sentencia del Tribunal General de la UE, no admite diferencia de servicios: no distingue entre servicios que satisfacen derechos humanos y  servicios no relacionados con esos derechos. Desde ese punto de vista, debe aplicarse la misma sentencia a ambos servicios.

     Según la noticia en la que se relata lo acaecido en la Ciudad de la Luz,  "el portavoz de Competencia, Antoine Colobani, añadió que cuando el Estado o una autoridad pública, como una comunidad autónoma, decide actuar como inversor privado con expectativas de ingresos, no hay problema, no se trata de una ayuda, sencillamente es una inversión, pero no es el caso de esta situación".  Ahí es donde veo la solución para los servicios sanitarios: basta que el Estado o una comunidad autónoma se decida "actuar como inversor privado con expectativas de ingresos". En el caso de estos servicios, las "expectativas de ingresos" están aseguradas: todos los expertos -incluida la Organización Mundial de la Salud (OMS)- señalan que la sanidad gestionada por el Estado es, siempre, más barata que la sanidad gestionada por las empresas privadas.

     La dificultad reside, por un lado, en que el sector privado hará todo lo posible e imposible para no perder un sector que le puede reportar grandes beneficios económicos, y, por otro, en que los Gobiernos, en su mayoría son fundamentalistas del libre mercado.  Será necesario trabajar duro para demostrar que "se trata de una inversión". Sobre todo, será necesario un cambio de valores, es decir, un cambio de mentalidad: tomar conciencia de que pertenecemos a la especie humana y obrar de acuerdo con las características que la distinguen de otras especies animales. En busca de mayores ganancias económicas para un determinado grupo social, el actual sistema económico-social está intentando que no pensemos y, por tanto, olvidemos que somos seres humanos.


4 comentarios:

J. Felipe dijo...

Hola Juliana

La "Fisiocracia", así es que como se llama esta teoría de la que parte todo el fundamento liberal, que nace y toma forma en la Francia del SXVIII y que prescinde de los controles públicos.

Tomaban como referencia la naturaleza en si misma y lo extrapolaban con sus mismas proposiciones a la naturaleza humana.

Pero se olvidaron de un elemento decisivo que alteró el orden de lo previsto: la avaricia de los seres humanos. Tanto como la codicia, el egoísmo, la vanidad... Términos aplicables solo al ser humano y de los que carece el mundo natural.

Un saludo.

Juliana Luisa dijo...

Buenas tardes:
Yo no me remonto tanto, me quedo en Adam Smith y su "mano invisible" tomada como excusa para los fundamentalistas del libre mercado.
Lo siento, oero no estoy totalmente de acuerdo con tu idea de la naturaleza humana, aunque considero que hay que poner límites a algunas de sus características negativas. La neurociencia está poniendo de manifiesto cosas muy interesantes que explican los comportamientos de solidaridad y empatía, junto con los de codicia y avaricia.
A mi juicio, estamos en un momento
crucial: el mundo que dejemos a nuestros hijos y nietos, depende de lo que hagamos nosotros ahora.
es urgente cambiar el sistema económico-social cuyo rostro completo nos está mostrando la crisis financiera. Para ello es imprescindible un cambio de valores, una forma diferente de ver el mundo
Me gustaría poder charlar contigo más despacio.
Un saludo. Muchas gracias por el comentario.

J. Felipe dijo...

Es cierto Juliana. Claro que el ser humano tiene valores y así lo demuestra la historia de la humanidad y lo vemos aún hoy cada día, con tantas personas que desinteresadamente hacen todo lo posible a terceros para hacerles la vida mejor.

Por hacer un simil, yo mismo, era de los que pensaba cuando se hablaba de que si una raza extraterrestre pudiera llegar a la Tierra habría de ser de forma pacífica por cuanto su avanzada civilización hubiera desterrado la violencia de su cultura. Sin embargo hoy, vemos cada día, como tras miles de años de historia de la humanidad, en las mismas narices del viejo continente la gente se mata sin piedad, sin que la comunidad internacional haga algo coherente para solucionarlo.

Sí, yo creo en los seres humanos y sería de necios negar que hemos avanzado en el transcurso de los tiempos. De hecho, creo en la política como solución a esta crisis agotadora e interminable. Pero para eso hacen falta políticos de verdad, hombres y mujeres que sean capaces de enfrentarse a esos poderes fácticos que entre unos y otros han permitido que se entronizen en una orgía sin límites.

La sociedad sigue adormecida, fruto de su ignorancia y desidia, pero entiendo que también víctima de una manipulación extraordinaria.

En fin Juliana, seguiremos hablando.

Un saludo.

Juliana Luisa dijo...

Creo que ni los políticos ni los mercados están en condiciones de hacer algo, no son la solución sino el problema.
Estoy de acuerdo contigo en que "la sociedad sigue adormecida, fruto de la ignorancia y desidia" y, como tú, creo que es víctima de una manipulación extraordinaria: se tiene miedo a que piense. Creo que solo los ciudadanos, pueden solucionar los problemas, por eso se intenta, por todos los medios, que piensen.

Un saludo. Como tú dices, seguiremos hablando