"Los mercados castigaron la reelección de Dilma Rousseff" es el título de una noticia aparecida el día 27 de octubre de 2014. En el cuerpo de la noticia se podía leer; "Era la respuesta esperada a la reelección de Rousseff, a la que castigaron, sobre todo, por sus medidas intervencionistas y porque, a su juicio, no acomete las reformas que ellos consideran necesarias y urgentes",
En contraposición, los mercados han festejado el buen resultado de Macri (Mauricio) en las elecciones argentinas, "analistas de Wall Street ansían que el próximo presidente de Argentina, que asumirá el poder en diciembre próximo, abandone las políticas estatalistas y proteccionistas, vigentes durante doce años de kirchnerismo"; "el índice de la bolsa de Buenos Aires subía más del 3%"; "aunque el peronista Scoli también es considerado un candidato pro mercado, los operadores consideran que está condicionado por los ultra kirchneristas, mientras que Macri supone un cambio radical",
¿Quiénes son los mercados? Federico Mayor Zaragoza, en el libro Reacciona. 10 razones por las que debes actuar frente a la crisis económica, política y social (Varios autores, Aguilar), indica que "los mercados son los bancos, las multinacionales y los órganos supranacionales, entre otros, el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y la Organización Mundial de Comercio (OMC), todos ellos no elegidos democráticamente". Sin embargo, según el libro Quienes son los mercados y cómo nos gobiernan (Varios autores, Icaria editorial, 2011, Licencia Creative Commons), "cuando se habla en los medios de comunicación de los mercados, en realidad, no se hace referencia a los mercados en general, sino a un tipo muy particular de mercados que presentan hoy día una enorme importancia: los mercados financieros". Una enorme importancia porque no se limitan a dar su opinión: pueden destruir un país en "un abrir y cerrar los ojos"
Mayor Zaragoza señala, en el libro en primer lugar indicado, que "todas las directrices que proceden de los mercados van en la misma dirección: reajustes estructurales, privatizaciones, reducción del gasto público". Cuyas consecuencias, señala, han sido que nos quedemos sin trabajo, que tengamos que pagar por servicios públicos que deberían ser gratuitos y universales, que los gobiernos reduzcan el gasto social y las prestaciones sociales". "Otras medidas que ayudan a recibir el visto bueno de los mercados son las reformas del mercado laboral, al considerar que las medidas de protección de los trabajadores son un obstáculo para los beneficios empresariales t así, para el crecimiento económico".
Pero no queremos ser gobernados por los mercados. ¿Podemos hacer algo? Sí
En el segundo de los libros indicados (se puede consultar en Internet) en su capítulo X indica que "aunque suele presentarse como imposible, sí existe un margen para gestionar la salida de la crisis sin subordinarse a los intereses de los mercados" y dedica el capítulo siguiente a describir cuáles deberían ser los primeros pasos. Para no agrandar demasiado esta "píldora", me voy a limitar al primer paso: "Antes que nada, es imprescindible frenar los planes de austeridad y los recortes en los servicios públicos, así como derogar las reformas laboral y de pensiones aprobadas durante 2010 y 2011". Y, por mi parte, añado, "no olvidar las prácticas de la economía colaborativa"
7 comentarios:
Todo esto esta muy bien , pero parece evidente que todas esas medidas de los mercados , afectan de forma distinta en los distintos países , por ejemplo ? afectan igual a Alemania , Reino Unido , Francia ,Suecia , Finlandia y otros a lo que han afectado y afectan a España ? pienso que no , de estar en lo cierto , por algo será .Un cordial aludo
Los mercados financieros están gestionados, en cualquier caso por personas con nombres y apellidos. Realmente no son tales mercados, sí no verdaderos especuladores que mueven, por un lado, dinero que no es suyo -los famosos fondos de inversión en cada una de sus mil y una variantes-, y de otro dinero que es auténtica ficción, números en la pantalla de un ordenador. Ellos fueron los verdaderos culpables de la crisis financiera de 2007/2008.
Otra cosa muy distinta es que, a sabiendas de esto, exista o no voluntad política para evitar o seguir permitiendo que la vida de la inmensa mayoría de la población mundial y en lo que más nos toca la europea, este supeditada a los caprichos y devaneos de unos pocos especuladores multimillonarios, cuando existe la posibilidad de poner en marcha otros muchos mecanismos financieros que, sin necesidad de estos, soporten las estructuras necesarias para hacer viable cualquier estado.
El por qué no se hace, supongo que es por la debilidad de una clase política que no supo hacer frente en el mundo a los cambios que se iban produciendo en este las últimas décadas y acabaron vendiendo su alma el diablo sin pensar en las consecuencias de ello. En cualquier caso, todo esto es perfectamente reversible y solo cabe esperar que una nueva hornada de políticos sea capaz de poner coto a tanto desatino.
Hoy me he pasado Juliana, un saludo.
Galanygarciah. Perdona que te nombre así, pero no he encontrado tu nombre. Desde mi punto de vista, los mercados no distinguen entre naciones, ni personas. la razón debe encontrarse en la situación inicial de cada país.
Felipe debes perdonarme: leo tus entradas, pero siempre tan tarde que no considero oportuno comentar. Coíncido contigo en muchas cosas. Las cosas son reversibles, pero, en esta ocasión, no debemos pensar que los gobiernos hagan algo: deben ser los ciudadanos, cambiando su manera de hacer y vivir,
Un saludo
Rafael José Sanz Gómez
Para empezar a salir de la crisis quizá convenga repasar la condición económica de la sociedad. Siempre hemos estado en crisis, antes afectaba a un número reducido de personas en este país y a continúan padeciéndola miles de millones de personas en todo el mundo. El dinero, ¿qué es? ¿Un medio de intercambio para no tener que utilizar el trueque o un instrumento de Poder con el que se puede obviar los deseos de mayorías y minorías? Yo creo que el problema es el Poder, con mayúsculas o con minúsculas, lo que sabemos todas y todos: dispones de la vida de las personas, para mal, para hacer daño porque en la libertad y en la Paz el poder no es necesario, sino una simple organización con portavoces de las comunidades. La cuestión económica es un mero acompañante de los centros de Poder, que pueden y quizá deban analizarse históricamente. No son un invento de ahora, siguen la tradición de siglos, milenios, repitiéndose continuamente conforme los ejércitos -aun sin ser una institución estatal- deshacían la vida de las personas.
La economía es un hacer de toda una sociedad -la del mundo- empeñada en desear mal y tener disposición de las vidas ajenas, somos los habitantes del planeta los que sustentamos ese Poder. El problema quizá no sea tanto la ley sino millones de personas decididas a aplicarla. La reforma laboral es anticonstitucional, aunque este Tribunal que tenemo nunca va a adoptar los Derechos Humanos como norma jurídica, pero el problema fundamental son los millones de empresarios dispuestos a ponerla en marcha.
Hasta que el estado no lo prohíba -que tardará lo que tarde en darse cuenta de que les quita Poder a sus ejecutores- las monedas alternativas son la solución para el problema primordial de desabastecimiento de monedas, de dinero en circulación. Las economías colaborativas son la solución, pero el problema es la concienciación de la humanidad, porque los bárbaros que imponen las medidas del FMI, del BMC y de la OMC son personas, quizá uniformadas pero no tiene por qué ser así, que forman parte de la sociedad. No se les puede olvidar por ser los ejecutores del disparate que legislan aquellos. Todos estos organismos son fenómenos absolutos de CORRUPCIÓN, puesto que ni funcionan conforme sus propias reglas ni respetan y acatan las internacionales, las de las Naciones Unidas ni la de los países por separado. Son, simple y llanamente, unos sinvergüenzas, sin escrúpulos morales, persona a persona y funcionario a funcionario. Predican para otros lo que no admiten para ellos, como la famosa rebaja de salarios obligada a todos los países.
Pero mientras haya una inmensa mayoría a la que no la vaya tan mal, y siempre bajo la amenaza de organizar un conflicto bélico, estos instrumentos de Poder seguirán los designios que le marca la sociedad, entretenida con sus logros que les permiten sentirse más que alguien, al que si se queja, le van a hacer daño, de quitarle la vida a torturarle, con herramientas o de hambre.
Estoy de acuerdo con usted en que la economía colaborativa es la solución. Sería un salto hacia un mundo más humano que el actual, un mundo empático. En cuanto al dinero,la economía colaborativa cuenta con instituciones, como la microfinanciación y la Bolsa social, que, bien manejadas por los ciudadanos, pueden eclipsar al sistema capitalista.
Es asombroso como ,a mayor parte de los economistas, siguen pensando en una economía ajena al bienestar de los ciudadanos, en busca de lo que llaman crecimiento económico, que en el caso de problemas se decrete que los bancos deben ser rescatados por los ciudadanos y para la que la ética no cuenta.
Gracias por su comentario. Un saludo
Rafael José Sanz Gómez
Ni cuentan la ética ni cuentan las leyes. Estas, para ser tales, no pueden ser contradictorias. Una cuestión es la oficialidad y otra la Ley. Pero para estas organizaciones, como para casi todo el ámbito académico económico, las leyes son de una manera para ellos y de otra muy distinta para los otros. No son, en mi opinión, más que una muestra del gran poder de los Estados Unidos, respaldado por toda su fuerza militar, que sigue -y ya va un siglo- imponiéndolo en toda la parte del mundo que puede. Y es que el poder es igual en todas partes, y lo que pasa en Europa no es más que lo que pasa en el mundo: vosotros, las y los contribuyentes pagáis mi negocio y, si van mal las cosas, me pagáis las deudas. El disparate financiero mundial y nacional en cada país es de tal magnitud -convenientemente olvidada por la población y los medios de comunicación- que ha llevado a su propio colapso. Los productos financieros, que hasta que no estalló la crisis eran lo mejor de lo mejor y luego ya fueron denominados tóxicos, eran un sistema institucionalizado de estafa, timo y robo entre ellos, con la excusa del máximo beneficio para sus corporaciones. Quizá no sea muy optimista al respecto, pero no se puede esperar de quienes no contemplan la ley más que cuando les conviene para sus intereses, y que están completamente dispuestos a saltársela cuando les conviene, que tengan un comportamiento ético alguno. El soborno, hasta el año 1998, desgravaba fiscalmente en Alemania. Los economistas "académicos" no hacen más que participar de este dislate porque así obtienen sus cuotas de poder, bien mediante remuneraciones en esas megaempresas y en cargos estatales, bien por el reconocimiento académico que estas impulsas con su dinero.
Perdonad si me extiendo, pero no he conseguido transigir con los ciento cuarenta caracteres.
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