El GATT, acrónimo de General Agreement on Tariffs and Trade (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio), fue un acuerdo multilateral para promover un marco regulatorio y un forum para negociar reducciones arancelarias al comercio entre naciones.
En 1994, el GATT fue sustituido por la OMC (Organización Mundial de Comercio). Entre ambas organizaciones existían notables diferencias. Una importante diferencia es que la OMC convirtió en mercancía cosas que no son de mercado, como son los servicios que satisfacen derechos humanos y bienes comunes de la Humanidad, tanto tangibles como intangibles. Todo ello debido a que, en realidad la OMC fue creada por y para las grandes empresas multinacionales o transnacionales: no fue un acuerdo entre gobiernos sino, ante todo, un instrumento para aumentar la cifra de negocio de las empresas.
La creación de la OMC fue un duro ataque a la democracia: entre otras cosas, en sus Estatutos, se advierte que los países serán revisados a intervalos regulares. Para hacerse obedecer, la OMC se dotó de un órgano de resolución de conflictos cuyas decisiones eran de obligado cumplimiento. Importantes expertos en estos temas, por ejemplo, el economista canadiense Michel Chossudovsy, indicaron que el proceso de creación de la OMC era "manifiestamente ilegal".
Con ocasión de la reciente crisis financiera, en 2011 (principalmente, en los meses de junio y julio) dediqué varias entradas ("píldoras para pensar") al análisis de las características de la OMC y algunas de sus actuaciones.
En 2001 tuvo lugar una reunión de la OMC, denominada "Rinda del Desarrollo", donde los países ricos, liderados por Estados Unidos, se comprometieron a reducir las ayudas agrarias más dañinas y garantizar que las normas de propiedad intelectual no impedirían a los países en desarrollo acceder a medicamentos esenciales. Pero al inicio de la reunión siguiente, que tuvo lugar en Cancún en 2003, esos países demostraron que no estaban dispuestos a cumplir con sus compromisos. Ante esa intransigencia, un grupo de países en desarrollo hizo fracasar la reunión.
Desde entonces no ha vuelto a tener lugar una reunión de esa organización. Ahora se quiere resucitar mediante la creación de una zona de libre comercio entre Estados Unidos y Europa (el TTIP) y otra entre Estados Unidos y gran parte del Pacífico (el TTP). "Divide y vencerás".
El hecho de que todas las negociaciones se desarrollen en absoluto secreto, ignorando los principios de cualquier democracia, es señal de que, en estos acuerdos, los grandes perjudicados serán los ciudadanos.
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