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jueves, 26 de junio de 2025

Ozono troposférico. 2

     El ozono tiene dos caras, como suele ocurrir en la naturaleza: nada es totalmente bueno ni exclusivamente malo. Para la vida, lo negativo es quedarse corto o pasarse. En algunos casos, como el del ozono, que sea beneficioso o perjudicial depende de donde se encuentre. El mismo  ozono que nos protege cuando está situado es la estratosfera, la parte alta de la atmósfera, nos daña cuando esta en la troposfera, que es la parte baja, lo que está en contacto con la superficie terrestre. El  ozono "malo" se forma principalmente en las ciudades, al reaccionar químicamente los contaminantes de los coches y de las industrias en presencia de la luz del sol, por lo que es un fenómeno propio de los días de anticiclón en ausencia de viento. Pero cadas vev es más evidente que también se forma en el campo, como consecuencia de la interacción, en presencia d la luz, de compuestos orgánicos volátiles liberados por la vegetación y los óxidos de nitrógeno del aire.

     Junto a otros productos, el ozono forma esa especie de calima sucia,gris, más o menos amarillenta, que se observa en ocasiones sobre nuestras ciudades y que suele llamarse smog, palabra inglesa de nuevo cuño que se formó juntando humo (smoke) y niebla (fog). El smog se hizo tristemente famoso porque mataba a miles de personas en Londres hace unos lustros, y es que solo el ozono ya provoca cansancio y anemia, e irrita los ojos, la garganta y los pulmones, agravando el asma, los enfisemas y otros problemas del aparato respiratorio.  Cuando los niveles de ozono son muy elevados se recomienda, especialmente a los alérgicos, no salir a la calle, y a todo el mundo evitar el deporte al aire libre, lo que nos irrita a los aficionados a correr y a la bicicleta.

     De todas maneras,  esta contaminación urbana tiende a controlarse cada vez más, al menos entre nosotros, y períodos duraderos con altos niveles de ozono suelen ser, por su carácter excepcional, noticia en los periódicos. En sentido contrario, en la cuenca mediterránea, cerca del mar, el ozono y otros contaminantes originados en las ciudades y los grandes complejos industriales son transportados por la brisa a las zonas rurales y durante vario meses cada año dañan a las plantas, llegando a afectar al rendimiento de los cultivos. Algo parecido ocurre en la sierra de Madrid:  el  ozono producido  en la capital se acumula al pie de la sierra, donde todos los años se registran en verano algunos días con niveles de ozono por encima de lo recomendable. Vamos, que uno se larga a Guadarrama con la esperanza de respirar aire puro y puede ocurrirle justo lo opuesto. (Fuente: Miguel Delibes, Miguel Delibes de Castro La Tierra herida. ¿qué mundo heredarán nuestros hijos?  Ediciones Destino, 2005)

 

 

 

 

 

miércoles, 25 de junio de 2025

Contaminación por ozono troposférico

     Este mes se perfila como el junio más cálido en España desde 1961, cuando de inició el registro, según los datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Además, conrl incremento de las altas temperaturas, también suben los niveles de ozono troposférico  (O3), uno de los contaminantes del aire más problemáticos. Así lo advirtió ayer (23 de junió) Miguel Ángel Ceballos, coordinador del informe La calidad del aire en elEstado español durante 2024, presentado por Ecologistas en Acción.

     El aumento de este contaminante es frecuente en los meses estivales, sin embargo, son inusuales los "episodios de esta intensidad tan temprano en la temporada",  indica también el Servicio de Monitoreo de la Atmósfera de Copernicus, el programa de observación de la Tierra de la Unión Europea (UE) en una nota de prensa. Copernicus detectó varios episodios de altos niveles de contaminación por ozono en Europa (con excepción de los países de la península Escandinava) asociados a las altas temperaturas registradas este mes.

     El ozono a nivel del suelo está estrechamente con el calor y la radiación solar. Las altas concentraciones de ozono troposférico, a nivel del suelo, pueden causar problemas respiratorio, irritación en ojos y garganta y agravar enfermedades respiratorias como el asma. 

     Los grupos vulnerables, como los niños, los adolescentes mayores, los pacientes de enfermedades cardiorrespiratorias y las embarazadas, deben protegerse y seguir las mismas recomendaciones que cuando hay alerta por calor, explica Ceballo. 

     Este contaminante también afecta a la vegetación, pues debilita las plantas y reduce la productividad vegetal y el rendimiento del cultivo. En 2024 la superfice expuesta a niveles de contaminación que dañan la vegetación aumentó, tomando en cuenta los indicadores de la Unión Europea para el  2030, hasta los 410.000 kilómetros cuadrados, un 81,2% del territorio español. Las cifras que publica el informe sobre el ozono troposférico corresponden al promedio entre 2022, 2023 y 2024 (precisamente los más cálidos), ya que este gas contaminante se evalúa cada tres años y no anualmente como los  otros.

     Pese a estos episodios, la calidad del aire en España mejoró en 2024 con respecto a 2023 y los años anteriores a la pandemía, con una reducción significativa de los niveles de partículas en suspensión (PM10 y PM2,5), dióxido de nitrógeno y ozono troposférico, en porcentajes que oscilan entre el 7% y 36%, respecto a los promedios del período 2012-2019.

     Según los ecologistas, el motivo de esta mejora está con la evolución del sistema energético: el año pasad0 se produjo por primera vez más electricidad  renovable que mediante energías convencionales, y ás ciudades avanzan los automóviles no contaminantes

     Sin embargo, no se puede cantar victoria. Y es que en 2024, todavía un 63,7% de la población (30,9 millones de personas) respiró aire contaminado, según los nuevos valores límite aprobados para el 2030 por la Unión Europea. Bajo los parámetros  actuales, el 17,2 estuvo afectado por la contaminación.

     Si se toman en cuenta los parámetros de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que son bastante más estrictos que los de la UE, toda la población de España habría respirado un aire que supera los límites de la contaminación en 2024.

     La contaminación del aire preocupa porque tiene graves consecuencias en la población. El informe rescata que en 2022 fallecieron prematuramente hasta 30.000 personas en España por enfermedades agravadas por la mala salidas del aire, según datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA). 10.000 de ellas, en episodios de alta contaminación. según el Instituto de Salud Carlos III.

     El progreso en 2024 ha sido. de todas formas, desigual por territorios, según el informe. Por ejemplo, en Canarias las partículas respirables (PM10) presentaron la tercera peor situación de la última década en todo el país, superando en la mayoría de las estaciones el valor límite según la normativa nacional vigente.   Ceballos explica que esto sucede por proximidad de Canarias al continente africano, de donde llega la intrusión de polvo del norte de ese continente.

     Desde Ecologistas en Acción critican que, durante los episodios de alerta por contaminación del aire en 2024, las comunidades autónomas no informaron adecuadamente a la población, lo que dificultó que las personas pudieran tomar medidas para proteger su salud.  (Fuente: El País, 24 de junio de 2025)

     Me ha parecido oportuno, dedicar una "píldora para pensar" a esta noticia.

 

martes, 24 de junio de 2025

Salud. Centros cívicos

      En el Centro de Salud del barrio de Zabalgana, en Vitoria. como  en el resto de los ambulatorios de España, se receta cada día  ibuptofeno, omeprazol o lorazepam entre otros muchos medicamentos. Pero en este ambulatorio los médicos prescriben también una receta diferente: acudir al centro cívico del barrio.

     No se trata de una prescripción oficial al uso, pero se expide en papel, está personalizada para cada paciente y se encabeza con el título  "Tu centro de salud te receta centro cívico". Y especifica el área que se recomienda al paciente:  ejercicio físico, talleres sobre alimentación, cursos de bienestar emocional, actividades culturales o socializar con otros vecinos.

     En el centro cívico, una trabajadora de la sala de encuentro recibe a los pacientes que llegan con una receta en la mano, se sientan en el llamado "punto de bienestar" y  acuerdan cuál la actividad más indicada para su estado. Esta iniciativa se puso en marcha hace dos años -y a la que se ha sumado un seguro centro cívico el de Salburua-, ha acogido ya a 150 pacientes, y otro centenar ha acudido directamente a actividades del centro cívico recomendadas por los sanitario de su ambulatorio. El programa Receta Centro Cívico ha sido elegido finalista en los Premios Europeos a la Innovación en Política, que se entregará en septiembre en Viena.

     La idea fue de Estíbeliz Gómez, médica de familia en el ambulatorio de Zabalgana; "los centros cívicos ayudan a promover la salud en distintos ámbitos. Tienen mucha incidencia en los estilos de vida, hay actividades relacionadas con el ejercicio físico. la nutrición, el bienestar y constituyen un punto de encuentro social para la población del barrio. Desde el centro de salud  nos pareció muy interesante y creímos que teníamos proporcionarlo entre nuestros pacientes. no es lo mismo ver un cartel sobre un curso a que tu enfermera, médico o fisioterapeuta de los recomiende", Pero no valía un consejo cualquiera.  "No queríamos que fuera una recomendación al aire, queríamos que fuera algo más personalizado". Y se ahí surgió la receta. El siguiente  paso fue coordinarse con el centro cívico, que gestiona el Ayuntamiento de Vitoria.

     La red de centros cívicos de la ciudad es una de las señas de identidad vitorianas. El de Zabalgana - el barrio más poblado, con casi 30,000 habitantes y formado sobre todo por familias jóvenes con niños pequeños o adolescentes - está ubicado en un edificio moderno que abrió en 2017.  Tiene piscinas, canchas polideportivas, gimnasios y bibliotecas, entre otros servicios, y oferta una amplia lista de cursos y talleres, además de actividades culturales. Y está a poco más de 10 minutos a pié desde el ambulatorio.

     Los pacientes "vienen con hoja prescripción  que les ha dado el médico y les buscamos las actividades. Por ejemplo, si tiene que ver con la salud metal miramos algún taller relacionado con las emociones o algún curso de actividad física", explica Amaia, una de las trabajadoras del centro cívico que relata que, sobre todo, acuden personas que sufren ansiedad o estrés. También hay casos de personas con problemas de sobrepeso, pero son los menos.

     Más de la mitad de los pacientes a los que receta el centro cívico son mujeres de entre 40 y 60 años. "Hay mucho trasfondo de ansiedad", explica la doctora Gómez. Maxii Gutiérrez, también médico de familia y responsable del ambulatorio, que afirma que  cada vez "llegan más casos de síntomas tras los que hay componente social, económico o de relaciones". "Vienen a pedir ayuda al lugar donde creen que pueden encontrar alivio, y muchas veces hay síndromes que estás relacionados con la sobrecarga de cuidados o con el estrés en el trabajo. que son cuestiones que hay que resolver más en el ámbito comunitario. Desde el centro de salud hemos temido siempre esta visión de coordinarnos con el centro cívico o los colegios y poder ofrecer diferentes cosas".

     Junto a los médicos está presente Garbiñe Mendezabal, directora del centro cívico: "Tenemos un contacto muy estrecho con el centro de salud".  De esa relación han surgido, por ejemplo, talleres para mejorar el sueño a través del ejercicio físico  o un  espacio gratuito de relajación que se puede usar sin inscripción previa. "Desde las asociaciones del barrio también nos dicen que necesita voluntarios, y a aquellas personas que están solas las animamos a formar parte de ello", explica.  La soledad es otra  de las circunstancias que se quiere combatir con la receta. "Se encuentra un apoyo", relata el responsable del ambulatorio, "en barrios donde hay muy poca gente mayor y que necesitan tener un lugar donde encontrarse con personas de su edad".

     De las demandas del centro de salud nació el curso pasado un círculo de mujeres que se reúne dos veces al mes en el centro cívico. "Es un encuentro en  el que no se va a ser juzgada, se va  a ser escuchada", describe Susana Teruelo, dinamizadora de este grupo en que participan mujeres de edades, condiciones y orígenes muy diversos. Ainhoa Arrazola es una vecina del barrio de 54 años: "Yo creo que algo que tenemos en común es un cierto sentimiento de soledad", reflexiona. Y explica que ella no está sola, tiene familia, pero que una especie de aislamiento se asoma por no terminar de encajar en la sociedad o por luchar contra una enfermedad, "Hay  quien se ha quedado viuda y de repente no sabe qué hacer, o que viene de fuera y no le resulta fácil hacer amistades". El circulo es un espacio para nosotras, un espacio de cuidado de  nosotras mismas", asegura Arrazola.

     En el grupo han nacido vínculos fuertes y proyectos personales. "Hemos conseguido valorar cosas de nosotras quemantes no  valorábamos y hemos hechos cosas que jamás hubiéramos pensado que seriamos capaces de hacer". Arrazola incluso ha escrito un libro, Entre relatos estamos casi todas.

     El servicio vasco de Salud, Osakiderza, y el Ayuntamiento de Vitoria califican de éxito la iniciativa, "Por eso continuaremos con este programa en estos barrios e intentaremos ampliarlo a todos aquellos que deseen sumarse a esta iniciativa que ha sido reconocida a nivel europeo", prometió Miren Fernández de Landa, la concejala de  Gobierno Abierto en Vitoria - Gasteiz. 

     Para David Leal, representante en España de Instituto de Innovación en Política -que organiza los premios en los que es candidato el programa- esta particular receta es "la punta de un iceberg que abarca todo el modelo  de participación y de promoción de la salud comunitaria que está presente en Vitoria". (Fuente:   El País, 14 de junio de 2025)

      Se trata de problemas creados por actual sistema económico y que solucionan los centros cívicos

 

 

 

 

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domingo, 22 de junio de 2025

Agencia de Salud Pública

     Casi 15 años después de que se dispusiera su creación en ls Ley General de Salud Pública, la Comisión de Sanidad del Congreso ha sacado adelante la ley que crea la Agencia Estatal de Salud Pública (AESAP).  Una vez la ley pase por el Senado, el Gobierno tendrá seis meses para aprobar el estatuto de este organismo, que dependerá del Ministerio de Sanidad pero que será autónomo. También deberá convocarse el concurso de méritos exigido en la ley para nombrar a su director.

     Como pasó en marzo, cuando el Congreso de los Diputados tumbó la creación de la AEDAP - al contrario de lo que hizo en primera votación -, Junts ha votado en contra, una vez más, ara diferenciarse dela coalición de Gobierno. La excusa oficial es el temor de los independentistas a que la nueva agencia invada competencias de la Generalitat.  Sin embargo, en la pandemia de covid quedaron claras las lagunas del sistema actual y, al mismo tiempo.  las virtudes de coordinar una política unificada en caso de crisis sanitaria. De ahíla necesidad de un entidad destinada a centralizar los datos de salud de las comunidades autónomas, coordinar la respuesta a las emergencias sanitarias y emitir recomendaciones a la ciudadanía.  Además de informar sobre riesgos, presentará un informe al Congreso del estado de salud de la población y reforzará los servicios autonómicos. La diferente relación de fuerzas entre los partidos en la Comisión de Sanidad y ha impedido a Junts ejercer el veto que sí tiene en el Pleno. 

     Por su parte, el rechazo de Vox viene, sobre todo, de su oposición atávica a las políticas de salud pública. Esta ofensiva contra la ciencia quedó en evidencia durante la pandemia (con los injustificables ataques al coordinador de la respuesta estatal, Fernando Simón) y el partido  ultra nunca la ha abandonado. El PP, finalmente,  votó incomprensiblemente en de la ley no porque la creación de la agencia - había dicho "sí" en la primera votación en la Comisión- sino porque ahora considera que la prioridad es que el Gobierno convoque elecciones.

     La inconmensurable tragedia que fue la pandemia de covid mostró de forma  meridiana la importancia de tener herramientas de Estado para responder rápida y efectivamente ante crisis sanitarias  que, además de desastre irreparable que es la pérdida de vidas humanas, provocan disrupciones económicas y sociales, cuya cicatrización lleva tiempo y cuesta dinero. Ante unos desafíos tecnológicos  y climáticos que acentúan el riesgo de aparición y propagación de enfermedades, todo aquello que nos permita prevenir esas situaciones es bienvenido. Aunque no hay que cejar en la vigilancia de que la implementación de la ley se haga de forma eficiente, científica y alejada de la pugna entre partidos. (Fuente: El País. 21 de junio de 2025) 

     Es una buena noticia, porque, desde mi punto de vista supone "garantizar una vida sana y promover el bienestar en todas las edades", el objetivo de desarrollo sostenible 3.

     Como he debido señalar en alguna ocasión, la Agenda 2030 es la hoja de  ruta para nuestro futuro. Un futuro en el que todos jugamos un papel fundamental. Por primera vez en la historia, todos los países y todos los ciudadanos, -cada uno en su medida-tienen que seguir un camino común para garantizar la sostenibilidad y el bienestar de nuestro planeta. Y de las personas. Todos tienen que actuar gobiernos, organismos internacionales, instituciones. empresas y nosotros, los ciudadanos. Por último. tenemos que tener en cuenta que no tenemos mucho tiempo, cinco años para alcanzar los objetivos de la Agenda 2030.

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viernes, 20 de junio de 2025

Mas dinero para la guerra y menos para el desarrollo

 "Más dinero para la guerra y menos para el desarrollo", es el titulo de una noticia que me parece muy importante resumir.

     Desde su regreso a la Casa Blanca, Donald Tump ha puesto en la parte más alta de su lista de prioridades exigir a los aliados de la OTAN que incrementen su gasto en defensa al 5% del PIB. En paralelo, EE UU ha emprendido el desmantelamiento de  USAID, la mayor agencia de cooperación al desarrollo del mundo. para dedicar esos recursos, entre otras dos, a engordar el presupuesto militar- Bajo la presión de Trump. las principales economías europeas, algunos de los donantes de mayor peso en el sistema de ayuda internacionales,han seguido los pasos de Washington

     En un mundo asolado por los conflictos y las crisis humanitarias, representantes de más de 150 países se citan en Sevilla  finales de mes para discutir el futuro de la cooperación internacional. y como continuar con décadas de esfuerzo, que van desde la mitigación de la crisis climática hasta la defensa de los derechos humanos.

     El Centro para el Desarrollo Global, un laboratorio de ideas de Washington. cifra el coste humano de la ayuda retirada por la Administración de Trump en 3,824 muertes diarias por VIH/sida, 428 por malaria y 354 por tuberculosis, así como 1.504 fallecimientos cada día por carencias en el apoyo humanitario. El impacto puede ser mayor si la UE continúa con los recortes : los Veintisiete son el principal donante bilateral de ayudas oficiales al desarrollo, un 25%  de los fondos totales. según Naciones Unidas.

     En plena retirada de los principales donantes, la ONU pronosticó una caìda sin precedentes del 20% en los fondos para la ayuda oficial al desarrollo en 2025, impùlsada por "desafíos. económicos y geopolíticos y presiones para destinas los recursos a otras áreas, como el gasto militar. Mientras tanto, las exigencias de Trump se abren paso por Europa, con una mayoría de países dispuesta, al menos, a aumentar sus presupuestos de defensa.   La deriva militarista impulsada por el republicano es más costosa que invertir en la construcción de la paz: entraña más gastos para los país occidentales y efectos desastrosos para los países en desarrollo.  (Fuente:  El País, 19 de junio de 2025)

     Qué pocos habitantes del planeta Tierra son verdaderos seres humanos. dotados de empatía, sociales y solidarios. Si no aumenta la cantidad de seres humanos, la especie humana desaparecerá.

jueves, 19 de junio de 2025

Universidad pública - Universidad privada

     El contenido del borrador de la Ley de Enseñanzas Superiores. Universidades y Ciencia (LESUC) de la Comunidas de Madrid, difundido ayer (11de junio) por este periódico (El País), ha generado polémica por la severidad de sus sanciones, El País ha consultado a cuatro expertos juristas y todos coinciden en su diagnóstico sobre un régimen sancionador que prevé multas dedes hasta un millón de euros: es muy difuso y, sin duda, entra en terrenos competenciales que no son suyos ni constitucionales.

     Gerardo Pérez, profesor en la Universidad de La Laguna (Tenerife), resume el juicio de los cuatro expertos consultados: "Desde el punto de vista competencial es discutible que lo  que se propone en la LESUC tenga cabida, tanto respecto de la normativa básica estatal establecida en la Ley de Convivencia Universitaria de 2022, tanto en lo que se refiere al régimen sancionador que tiene esta norma estatal, como en los principios y valores que propugna. Igualmente. es discutible que el objetivo de la propuesta de la norma sea compatible con la autonomía universitaria consagrada en el artículo 27.10 de la Constitución"

      Gabriel Moreno, profesor de Derecho Constitucional y Vicedecano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Extremadura, sostiene que el régimen disciplinario de Ayuso es "un completo desatino". Es "una materia ya regulada" en la Ley Orgánica del del Sistema Universitaria (2023) y en la Ley de Convivencia Universitaria, argumenta, que tienen rango estatal.Estas asientan  "el marco"y las comunidades pueden concretar t desarrollar la legislación del Estado, pero no hacer otra norma.

     Moreno considera que este reglamento disciplinario, además "atenta contra la autonomía universitaria"  que está recogida en la Constitución. El profesor de Extremadura no encuentra proporcionalidad en las penas, que le parecen excesivas:  hasta 15.000 euros por poner una pancarta, 100.000 euros por un estrache o "una manifestación no autorizada que impida la actividad, o hasta un millón de euros por "no garantizar; por acción u omisión, la pluralidad y la libertad en ek campus, especialmente la libertad de expresión, y de cátedra.  (Fuente: El País. 12 de junio  de 2025)

     Mucho hablar  pero nada de "garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos" 

miércoles, 18 de junio de 2025

Hospitales en Gaza

     Hay muchos pacientes que luchan por su vida en el complejo médico Nasser; el hospital más grande que sigue funcionando en el sur  de Gaza y que se encuentra al borde del cierre.  El hospital Nasser, situado en la ciudad  de Jan Yunis, se ha convertido en el último con servicios de cuidados intensivos (UCI) en la parte sur de la Franja tras el colapso de los servicios médicos en Rafah y los repetidos ataques contra las instalaciones sanitarias en todo el territorio.

     Pero este centro médico está ahora de las llamadas "zonas rojas", es decir las áreas en las que Israel ordena a todos los habitantes que se marchen porque van a realizar operaciones militares de envergadura.  El personal médico, las organizaciones humanitarias y las familias de los pacientes advierten de que estas órdenes de evacuación y cierres de carreteras, cada vez más frecuentes, están aislando el hospital de la población a la que debe atender.

     Según la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF), que sigue presente en la  Franja, el acceso al hospital Nasser se ha vuelto cada más difícil debido a los ataques aéreos, ,os combates y las nuevas zonas rojas.  Los desplazamientos decretados por Israel "han obligado a MSF a ajustar sus operaciones en el Nasser y a trasladar parte de sus servicios de quemados y ortopedia al hospital de campaña en Deir el Balah, en el dentro de la Franja, declaró Pascal Cuttat, coordinador de emergencia de MSF en Gaza, en un comunicado. La ONG solo presta ahora servicios de maternidad y pediatría dentro del Nasser, lo que califica de "la única esperanza que les queda a los palestinos  del sur de Gaza".

     La Organización Mundial de la Salud y la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA) informan de que solo 17de los36 hospitales de Gaza siguen parcialmente operativos. Y casi todos están en peligro debido a los bombardeos, la escasez de combustible o la proximidad de la actividad militar. Desde octubre de 2023, los ataques israelíes sobre Gaza se han cobrado la vida de al menos 55.000 palestinos y han herido a más del doble.

     La tendencia a asfixiar los hospitales ha sido constante durante toda la guerra. (Fuente: El País, 17 de junio de 2025)

     Mis comentarios son los mismos que he hecho en ocasiones anteriores, salvo que cambia el ODS correspondiente.  El ODS 3 es "garantizar una vida saña y promover el bienestar en todas las edades". Estos objetivos deberían alcanzarse en todo el mundo.

 

martes, 17 de junio de 2025

Arriestar la vida para poder comer. Gazatíes

      Poco después del amanecer, Ayman Abdel Bari . desale de su tienda de campaña en Al Mawast, la zona costera en el sur de Gaza que es actualmente el refugio de decenas de miles de personas que huyen de la guerra. Monta en su maltrecha bicicleta y pedales hacia el centro de la ciudad de Jan Yunis, un área declarada "roja" por el ejército israelí, es decir,una  zona de combate de la que se ha ordenado la evacuación de los civiles.

     Él sabe que cruzar esa frontera invisible podría costarle la vida. Pero el hambre no puede esperar a un alto el fuego y Bari, de 37 años, vuelve a lo que queda de su casa para recuperar las latas de alubias y lentejas que tuvo que dejar atrás cuando él y su familia huyeron prácticamente con lo puesto hace casi dos semanas.

     Los más de dos millones de habitantes de Gaza tienen hambre y medio millón de personas estarán en situación catastrófica, es decir  correrán riesgo de morir o sufrirán secuelas irreversibles debido a la falta de alimentos, si Israel no permite que entre en la Franja la ayuda humanitaria necesaria, algo que está lejos de ocurrir.

     Después de más de dos meses de asedio total, la ayuda humanitaria ha comenzado a entrar a cuentagotas, gracias sobre todo a la presión internacional. Desde finales de mayo, la entidad privada Fundación Humanitaria de Gaza, impulsada por Israel y Estados Unidos, también reparte alimentos en la  Franja, pero el sistema ha sido caótico, insuficiente y en los centros de distribución han muerto tiroteadas unas 100  personas en pocos días.

     Bari se refugia agachado en los portales de los edificios abandonados cada vez que el sonido de los drones se acerca demasiado. Explica que en una ocasión anterior, vio lo que quedaba de un hombre que había sido tomado por blanco. "El próximo podrìa ser yo, pero mis hijos están muriéndose de hambre", dice.

      Padre de cuatro niños de entre dos y nueve años, Bari ha estado sin trabajo desde que comenzó la guerra, en octubre de 2023, y ha sobrevivido gracias a la caridad de amigos y vecinos y a la ayuda humanitaria que llega de vez en cuando, sobre todo durante la tregua de casi dos meses, hasta mediados de marzo. Pero aquellos alimentos se terminaron.

     "Ya no puedo pagas la harina, que cuesta más de 20 dólares (17,4 euros) el kilo. Hemos estado hirviendo hierbas", dice, "La comida que dejé atrás puede que mantenga a mis hijos durante unos días más", agrega,

     Ese día, Bari encontró algo más que latas de comida entre los escombros: algunos utensilios de cocina, una manta, una jarra de agua... Suficiente para seguir adelante unos días. Tres horas después regresó a Aol Mawasi y suspiró, aliviado.  "Empecé a respirar de nuevo cuando vi a la gente en la calle", dice, exhausto con todavía las manos temblorosas.

     Cada vez son más los palestinos desplazados que arriesgan sus vidas para recuperar alimentos, mantas y pertenencias básicas de sus hogares situados en zonas peligrosas.  Los ataques del ejército israelí duran ya 20 meses y han causado la muerte de al menos 55.000 palestinos, según el Ministerio de Salud de la Franja, controlado por el movimiento islamista Hamás, Si bien algunas partes de la Franja están tan destramadas que es prácticamente imposible adentrarse en ellas, hay otras en las que hay  explosiones intermitentes y los drones patrullan el cielo, pero aún se puede pasar desapercibido.

     Mohammed Omar, líder comunitario gazatí, estima que decenas de personas ha muerto o resultado heridas al intentar regresar a sus hogares en zonas rojas. "Las ambulancias no pueden llegar a ellos. Las familias tienen que recuperar los cuerpos por sí mismas, en bicicletas, carros tirados por burros o lo que puedan encontrar. Algunos lo consiguen. Otros no".

     Lo anterior es nada más que una parte de un articulo publicado el El País del 15 de junio de 2025 y publicado en colaboración con Egab, que trabaja con periodistas de Oriente Próximo y África.

     Mi opinión, pensando como siempre que las guerras no son propias del verdadero ser humano, preocupado en estos años por conseguir los  ODS de la Agenda 2030. El primer objetivo es, precisamente, "poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo".

lunes, 16 de junio de 2025

Ciudadanos del mundo

     Hace unos días dedique una "píldora para pensar" a  un artículo firmado por el profesor de Ética y director del Instituto de Ética Social ISE de la Universidad de Lugano, que  empezaba contando que ”el 28 de febrero de 2024, chico de14 años de Florida, se suicido a instancias de un personaje realista de inteligencia artificial (IA) generado por Character AI, una plataforma que al parecer también alberga chatbots de IA proanorexia que fomentan los trastornos alimentarios entre  los jóvenes.  Está claro que se necesitan urgentemente medidas más estrictas para proteger a los niños y jóvenes de la IA.”

    Según ese profesor era necesario una “regulación global regulación de la inteligencia artificial (IA) basada en los derechos humanos". Algunas personas han pensado que si todos somos habitantes del mismo planeta y todos los problemas, en este caso, creados por la inteligencia artificial, son de todos no es aceptable sentirse miembro de un solo país. Los problemas se podrá resolver más fácilmente si todos nos consideramos ciudadanos del mundo

     Se consideraron ciudadanos del`mundo  Albert Eintein,  el científico más conocido y mas popular del siglo XX, alemán de origen judío; Bertrand Russil, británico, filósofo, matemático, escritor, activista social, Premio Nobel de Literatura; Thomas Paine, intelectual inglés y revolucionario americano,  autor de la frase: “Mi país es el mundo y mi religión hacer el bien”

     Más recientemente, son claros defensores del concepto de ciudadanos del mundo, Marhan C. Nussbau, filósofa, galardonada con el Premio Príncipe de Asturias 2012; Jesús Mosterin, filósofo español, profesor de Investigación de Instituto de Filosofía del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas); David Held. sociólogo,m catedrático de Ciencia Politica de la London School of Economic.

     Colaborador de David Held es Danuele Archibugi, uno de los promotores de la creación de Parlamento Mundial de elección directa, que trabaja en el Consejo Nacional de Investigación italiano en Roma y es miembro del Consejo asesor de la revista Papeles de Relaciones Ecosociales y Cambio Global, editado por el Centro de  Investigación para la Paz (CIP-Ecosocial) de Madrid.

     El concepto de ciudadanos del mundo obligan a sustituir los verbos confrontar y competir por los de acordar y cooperar. 

      Luis Borges, escritor, poeta y traductor argentico. señaló que el nacionalismo “es el canalla principal de todos los males. Divide a la gente, destruye el lado bueno de naturaleza humana y conduce a la desigualdad en la distribución de las riquezas”

     La realidad es que todos pertenecemos a la especie humana. Según el artículo 1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”

domingo, 15 de junio de 2025

Plataforma Parar la Guerra

     Miles de  personas salieron ayer (14 de junio) en localidades de toda España para pedir "que pare el genocidio en Gaza". La plataforma Parar la Guerra convocó concentraciones en 125  puntos del territorio. En la de Madrid, unos 1.500 -datos de la Delegación del Gobierno-  se citaron junto al Museo Reina Sofía, a pesar de que el sol castigaba un plaza donde escasean los árboles y recalentaba el granito por encima de los30 grasos de las predicciones,  "Aguantamos el calor por Palestina", comentó uno de los portavoces de la plataforma desde el escenario, ubicado en la plaza Juan Goytisolo,  con el  público jaleado por los organizadores, ya antes de que empezaran los turnos de palabra, con gritos de "¡Palestina libre1´

     La plataforma Parar la Guerra busca unir a personas "de diferentes ideologías, credos y sensibilidades" bajo la premisa de que "lo que está ocurriendo en Gaza es un objetivo final del exterminio y la limpieza étnica de más dos millones de gazatíes".  La última concentración que convocaron fue en marzo. En la de ayer quisieron rendir un especial homenaje a los periodistas que trabajan desde la Franja. "Son nuestros ojos en Palestina" escribieron en el manifiesto. En la ofensiva israelí han perdido la vida unos 200 reporteros, según un balance reciente.

     De manera paralela, en Tarragona un centenar de manifestantes desplegaron un bandera de Palestina gigante en la playa de Miracle. En San Sebastián. también salió gente a la calle convocada por otras asociaciones y pidieron un boicot económico a Israel. En Toledo, una marcha recorrió las calles para llegar a un olivo que plantó en 2014 el embajador palestino allí. 

     Pero el aire general de la concentración -bajo el lema "Por una paz justa. Alto el fuego definitivo, Ni terrorismo ni genocidio - era otro. Si insistió en la importancia de la cultura para acabar con las bombas y el hambre que sufren los palestinos a diario. "La cultura es un arma sin la cual no podemos parar el genocidio", decía el organizador antes de que dos universitarias interpretaran una pieza en honor a Gaza con una flauta y un saxofón. "Pues anda que a los niños hambrientos les va a hacer ilusión este concierto". ironizaba una mujer entre el público,  que dice sentirse avergonzada de haya políticos ·colgándose medallas" en el escenario "cuando no están haciendo nada de verdad para parar" la ofensiva que ya ha acabado con la vida de más de 55.000 personas en   Gaza.  (Fuente: El País. 15 de junio de 2025)

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sábado, 14 de junio de 2025

Gaza. 5 dìas y 5 videos

     Cómo se cocina, se carga un teléfono móvil, se va al baño o se logra conciliar el sueño cuando lo has perdido todo y vives en un campo de desplazados? Ahmed Abu Kmail, camarógrafo palestino de 38 años, es nuestros ojos en este diario de Gaza, donde los actos más simples de la vida cotidiana se ha convertido en un inimaginable camino de obstáculos

      Desde octubre de 2023, cuando estalló esta guerra en la que Israel ha matado a más de 54.000 palestinos —según los datos del Ministerio de Salud de Gaza, que la ONU toma como referencia— Abu Kmail se ha visto obligado a desplazarse seis veces junto a su esposa y cuatro hijos. Actualmente, sobrevive en una precaria tienda de campaña en el centro de la Franja que ya no les protege ni del frío ni del sol. Su casa ha sido bombardeada y sabe que, aunque haya un alto el fuego mañana, no podrá regresar. “Nada en Gaza se parece a una vida normal”, repite en varios momentos de este diario.

 1. El hambre

     Los más de dos millones de habitantes de Gaza pasan hambre y medio millón se encontrará en una situación extrema de aquí a septiembre si Israel no deja entrar la ayuda humanitaria necesaria, según los últimos datos de la ONU. Para Ahmed Abu Kmail, la imagen del hambre es una vieja cacerola vacía. La que llevan en las manos los centenares de personas que hacen fila desde el amanecer en el campo de refugiados de Nuseirat, en el centro de la Franja, donde se ha organizado una distribución de sopa de lentejas. Si tienen suerte, será probablemente su única comida del día, pero una parte se marchará con las manos vacías. 

     “El hambre es una muerte lenta”, dice Abu Kmail. 

2. La huida

     Al menos el 90% de los habitantes de Gaza se ha tenido que desplazar al menos una vez desde octubre de 2023 y un 92% de las viviendas han sido total o parcialmente destruidas en esta guerra. Ahmed Abu Kmail ha cambiado de refugio en seis ocasiones. Cada huida es más dolorosa y complicada que la anterior: la tienda de campaña está más ajada, es más difícil transportar sus escasas pertenencias y cuesta mucho encontrar un lugar donde dormir, ya que la mayoría de la población se concentra en el centro de la Franja. Y sobre todo están más cansados y desmoralizados. En este vídeo, Abu Kmail nos enseña dónde duermen sus hijos, el cubículo que han acondicionado como baño y el panel solar agujereado en el que intentan cargar sus móviles. Son las miserables condiciones de vida a las que han tenido que adaptarse brutalmente de la noche a la mañana. “Pero, pese a todo, no perdemos la esperanza”, asegura.

3. La educación

     Los niños de Gaza no van a la escuela desde el 7 de octubre de 2023, cuando comenzó esta guerra, y, aunque hubiera un alto el fuego mañana, tardarán en volver. Según la ONU, el 90% de los colegios necesitan ser reconstruidos o rehabilitados. Pero la educación se abre paso en medio de la devastación y las ruinas. Ahmed Abu Kmail nos lleva a una tienda de campaña donde Hana Abu Rizq, una maestra voluntaria, reúne cada día a un grupo de niños para enseñarles a leer, escribir o sumar. Estamos en un miserable campo de desplazados y en la tienda hace un calor asfixiante, los niños se sientan en el suelo y no tienen apenas cuadernos o lápices. “Pero la idea es que no pierdan la costumbre de aprender”, insiste la profesora. 

 4. El agua

     Gaza está a orillas del Mediterráneo, pero el agua potable escasea y se ha convertido en un arma más en esta guerra. Ahmed Abu Kmail nos muestra un punto de distribución en una pequeña planta desalinizadora que aún sigue funcionando en el centro de la Franja. Según la ONU, un 89% de las tuberías, desagües y plantas desalinizadoras de Gaza han sido total o parcialmente destruidas y un 90% de las familias han sufrido y sufre la falta de agua apta para el consumo. Las personas que hacen fila no tienen que pagar por llenar los bidones, pero sí deben esperar durante varias horas. 

      “La guerra nos ha quitado muchas cosas, incluso el agua”, dice Abu Kmail. La OMS recomienda un mínimo de 15 litros de agua por persona y por día para saciar las necesidades básicas, pero en Gaza en este momento rondaría los cinco litros.

5. El miedo

     El zumbido de los drones israelíes en el cielo. Día y noche. Todos los días. Los gazatíes viven así desde octubre de 2023. Es el sonido del miedo. El miedo también son las explosiones y bombardeos que pueden ocurrir en cualquier momento y en cualquier lugar. “Y de repente, pasamos a ser solo números”, dice Ahmed Abu Kmail, mientras graba a unos chicos jugando al fútbol en una calle de Deir el Balah, en el centro de la Franja. Y cuando cae la noche, la zozobra aumenta, sobre todo entre los niños. “Quiero que los drones se vayan y la guerra acabe”, dice Amir, uno de los hijos de este camarógrafo, a la luz de la hoguera con la que la familia intenta ahuyentar sus temores. (Fuente: El País. Planeta Futuro, 7 de junio de 2025)

     Los libros de historia contarán cómo y cuando la humanidad olvidó ser humana 

Trabajo infantil

     Hace diez años, la comunidad internacional se comprometió a poner fin al trabajo infantil en todas sus formas en 2025, pero actualmente 138 millones de niños y niñas en todo el mundo están obligados a trabajar, una cifra podría ir en aumento debido a los recortes en cooperación decretados por Estados Unidos y otros donantes occidentales. 

     Son las conclusiones de un informe conjunto publicado este miércoles por Unicef y la Organización Internacional de Trabajo (OIT) que se realiza cada cuatro años. “Estas cifras nos siguen mostrando un panorama desolador de trabajo y de explotación. La pobreza hace que familias vulnerables empujen a sus hijos al mercado laboral por pura supervivencia. Y el contexto actual de recortes en la ayuda al desarrollo genera una gran preocupación”, dice a este periódico Rocío Vicente, especialista de programas internacionales en Unicef-España.

      Desde enero, cuando Donald Trump volvió a la Casa Blanca, USAID, la agencia de cooperación de Estados Unidos, responsable de más del 40% del volumen mundial de ayuda al desarrollo, se ha prácticamente desmantelado. A eso se suman recortes en solidaridad en otros países, como Alemania o Reino Unido. Si disminuyen los fondos internacionales destinados a fomentar la educación, garantizar la protección social y reducir la el hambre en el mundo, inevitablemente habrá familias vulnerables que se vean obligadas a enviar a alguno de sus hijos a trabajar.

      “Los recortes en la financiación mundial amenazan con hacer retroceder los logros conseguidos con tanto esfuerzo. Debemos volver a comprometernos con que los niños estén en las aulas y en los patios de recreo, y no trabajando”, pide en este informe la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell. 

     En el estudio, publicado un día antes del Día Mundial contra el Trabajo Infantil que se celebra cada 12 de junio, se reconocen progresos: el número global de pequeños de entre cinco y 17 años obligados a trabajar se ha reducido en 22 millones desde 2020. 

      "La pobreza hace que familias vulnerables empujen a sus hijos al mercado laboral por pura supervivencia. Y el contexto actual de recortes en la ayuda al desarrollo genera una gran preocupación", indica Rocío Vicente, Unicef

      “Tras un preocupante aumento del trabajo infantil en las estimaciones mundiales de 2020, el temido empeoramiento tras la pandemia de covid no se ha hecho realidad y el mundo ha conseguido volver al camino del progreso”, celebran los autores del estudio.

      Desde 2020 y por regiones, en Asia y el Pacífico, la cifra de niños que trabajan se redujo de 49 millones a 28 millones. En América Latina y el Caribe, el número de personas entre 5 y 17 años que trabajan pasó de 8,2 millones a 7,3 millones en el mismo periodo de tiempo.

     La situación es más preocupante en el África subsahariana, donde hay 87 millones de niños y niñas que se ven obligados a trabajar. La cantidad no ha variado en los últimos cuatro años, porque la población ha aumentado significativamente, aunque sí se ha reducido ligeramente en términos porcentuales (del 23,9% al 21,5%)   .

     “En África, el peso de la agricultura de subsistencia es muy fuerte y además es un sector poco regulado. A menudo, la familia entera, castigada por la pobreza, debe colaborar en las tareas. Por eso el número de niños, sobre todo de menos de 11 años, que trabaja, no se ha reducido”, dice Vicente.

     El informe calcula que del total de niños que se ven obligados a trabajar, 54 millones realizan labores peligrosas, que ponen en riesgo su salud, seguridad y desarrollo: desde una mina en África a las opacas fábricas textiles de Asia. Un 61% de los menores que trabajan lo hacen en el sector agrícola, un 27% en los servicios, como el trabajo doméstico o los mercados, y un 13% en las industrias.

      En este drama que castiga a la infancia hay también una importante cuestión de género. Los niños tienen más probabilidades que las niñas de verse inmersos en el mundo del trabajo a cualquier edad, pero cuando se incluyen las tareas domésticas no remuneradas de 21 horas o más a la semana, la brecha de género se invierte, y son las niñas las que se ven rápidamente explotadas.

     “Esto tiene que ver con las estructuras patriarcales que hacen que en algunos países las niñas y adolescentes estén en este rol de cuidadoras, que se casen a edades tempranas y trabajen desde muy jóvenes asumiendo cargas y responsabilidades que no son propias de su edad. Son perfiles muy vulnerables e invisibilizados, que además de explotación, sufren violencia”, estima Vicente.

     Según Gilbert F. Houngbo, director general de la OIT, “el progreso es posible” y las cifras lo demuestran. En el año 2000 había 245 millones de niños y niñas en todo el mundo forzados a trabajar. La buena noticia es que 25 años después hay 107 millones de niños menos en esta situación, a pesar de que la población infantil aumentó en 230 millones en el mismo periodo.

     "Los padres deben recibir apoyo y tener acceso a un trabajo decente que les permita que sus hijos estén en la escuela y no vendiendo cosas en los mercados o trabajando en las granjas", señala Gilbert F. Houngbo, OIT

      El estudio de la OIT y Unicef calcula que para acabar con el trabajo infantil en los próximos cinco años, los progresos deberían producirse a un ritmo 11 veces superior. Especial preocupación despierta la franja de edad de entre cinco y 11 años, donde los avances han sido más lentos en estos años. En cifras, en el año 2000 había 91 millones de niños y niñas de esta edad en situación de trabajo infantil y ahora son 78 millones.

      “Perdemos a los niños a edades muy tempranas”, resume Vicente. La experta de Unicef estima que hay pequeños que empiezan ayudando a sus familias en plantaciones de cacao o algodón algunas horas por día y que, poco a poco, entran en ese engranaje, van abandonando la escuela sin que nadie sea capaz de poner remedio, y después “es muy difícil que vuelvan a reengancharse”.

      “Son niños que probablemente no puedan salir de este círculo y terminarán trabajando en condiciones muy precarias, quizás en el sector informal, y con riesgo de ser explotados. Nuestro foco tiene que ser la prevención”, agrega.

     En la práctica, ¿cómo se protege más y mejor a los niños? “Identificando a los pequeños en situación de riesgo, y también “proporcionando un acceso universal a la educación”, especialmente en zonas en crisis, responde el informe.

      Además, se insta a los gobiernos a invertir en protección social en los hogares vulnerables, por ejemplo, con prestaciones universales por hijo, para que las familias no se vean obligadas a recurrir al trabajo infantil. Por último, también se subraya la importancia de reforzar las leyes y la responsabilidad empresarial para acabar con la explotación. “Tenemos que tipificar qué es un trabajo peligroso, tiene que haber más inspecciones para evitar los delitos contra los menores”, cita Vicente. (Fuente: El País. Planeta Futuro, 11 de junio de 2025)

 

viernes, 13 de junio de 2025

Conversación con un doctor congoleño

      El colapso se USAID, la agencia de cooperación estadounidense y el mayor donante del mundo, junto con la retirada de fondos de otros países europeos, han colocado a África ante un espejo que refleja el grado de dependencia de la ayuda exterior, sobre todo en salud. Ahora, los recortes abren una nueva era, en la que los Gobiernos africanos se ven obligados a redefinir sus prioridades, según reconoce el doctor congoleño Jean Kaseya, director del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de la Unión Africana.

      Para Kaseya (Kinshasa, 54 años), como para numerosos expertos y líderes africanos, esta crisis es a la vez una una oportunidad para desmarcarse de agendas exteriores. Es optimista, pero a la vez es consciente de que las consecuencias a corto plazo están ya siendo catastróficas. “El recorte repentino es una mala decisión de los países occidentales porque los países no están preparados para la transición”, estima en los márgenes de la conferencia anual de la Fundación Mo Ibrahim, celebrada el pasado fin de semana en Marrakech. Y advierte de que la falta de recursos sanitarios aumenta el riesgo de una nueva pandemia, esta vez procedente de África.

      Pregunta. Occidente ha cerrado el grifo de la ayuda al desarrollo. Hay cálculos que hablan de la pérdida millones de vidas, pero en África se vive también como opotuunidad para independizarse de la agenda exterior. ¿Es realista?

     Respuesta. En una crisis puedes decidir llorar, pero también puedes decidir tomártela como una oportunidad. África está afectada gravemente por el recorte de la ayuda, pero sobre todo, por lo repentino de la decisión. En África, entre el 30% y el 40% de la población paga por su salud de su bolsillo, porque no tiene seguro médico. La segunda fuente de financiación sanitaria es el apoyo exterior. Es clave, porque financian programas sobre todo de VIH, tuberculosis, malaria o salud mental e infantil. Los gobiernos [africanos] decidieron externalizar estos programas. 

     P. ¿Y los gobiernos africanos qué financian?

     R. El presupuesto nacional es la tercera fuente de financiación, que en parte se destinaba a pagar los sueldos de los trabajadores de la salud, pero que no contribuían a invertir en el sistema sanitario. 

      P. Hasta que llegaron los recortes.

     R. Los recortes fueron abruptos, pero la sensación de que el sistema de ayuda estaba tocando a su fin cada vez estaba más presente. El punto de partida para mí han sido los brotes de viruela del mono y del virus de Marburgo. Vi que algunos de nuestros socios, que antes venían de forma proactiva a prestar apoyo, no lo hicieron.

     P. ¿Cómo puede África llenar el vacío que dejan los donantes?

     R. Todavía tenemos países de renta media que aportan menos del 5% a su sistema sanitario y pueden hacer más. Hay que maximizar el dinero para dedicarlo a la salud. Por ejemplo, la República Democrática de Congo ha decidido destinar el 2,5% de los salarios de los ciudadanos al sistema de salud.En Sudáfrica decidieron poner un impuesto para el tabaco y para el azúcar. La sanidad no era el área prioritaria de muchos gobiernos que sí financiaban otras áreas, incluido el ejército. Pero ahora hay que decir: reasignemos algunos fondos al ámbito sanitario. Por mis conversaciones con jefes de Estado, creo que las cosas se están moviendo en los países africanos. 

     P. Hay, sin embargo, países, como Kenia, donde los impuestos han desatado fuertes protestas entre la generación más joven y sin horizonte.

     R. No puede ser una decisión de arriba abajo. La gente tiene que participar y saber que el dinero que se obtenga de tasar, por ejemplo, el azúcar se dedicará a la salud. Hay que involucrar a la población en la gestión, no podemos seguir con la mala gobernanza que había antes en África. Los recortes de la ayuda nos demuestran que tenemos que mejorar nuestra gobernanza.

     P. Eso, a medio plazo, pero mientras se están interrumpiendo tratamientos clave, por ejemplo, de antirretrovirales.

     R. Obviamente. En Sudáfrica, por ejemplo, el Gobierno no está actuando con la suficiente rapidez y en este vacío, mucha gente va a sufrir mucho.

      R. Obviamente. En Sudáfrica, por ejemplo, el Gobierno no está actuando con la suficiente rapidez y en este vacío, mucha gente va a sufrir mucho. 

      P. Se habla mucho de una próxima pandemia. ¿Aumentan las lagunas en la financiación y la crisis climática el riesgo?

     R. Nos enfrentamos al riesgo importante de una pandemia procedente de África. En primer lugar, vemos en la epidemiología un aumento del 41% de los brotes de 2022 a 2024 en África. E incluso en 2025, el primer trimestre duplica lo que teníamos en 2024. Viruela del mono, cólera, Marburgo, ébola, sarampión…. 

      P. ¿A qué lo atribuye?

     R. La primera razón es la falta de productos básicos. No tenemos medicinas, no tenemos vacunas, no tenemos diagnósticos. La segunda razón es la falta de recursos humanos adecuados. La tercera razón es la falta de un sistema digital, porque si los países y las regiones no están conectados, no se sabe lo que está pasando. Si hay un brote en algún lugar, pero tienes la información, puedes contenerlo y retrasar la aparición de una pandemia. Pero si no lo sabes, este brote continuará. 

     P. ¿No aprendimos nada de la pandemia de la covid?

     R. Mientras aumentan los brotes, seguimos dependiendo de los productos sanitarios de otros países. Y con el recorte de la ayuda, estamos reduciendo nuestra capacidad de adquirir productos básicos y de pagar a nuestros trabajadores sanitarios y, por lo tanto, estamos avanzando hacia una pandemia. Por eso estamos acelerando el programa de fabricación local de diagnósticos, de vacunas y de tratamientos. (Fuente: El País. Planeta Futuro, 8 de junio de 2025)

     Un comentario de Luis B; "Hasta que no entendamos que el mundo es uno solo y que ningún ser humano ni ningún país, por muy rico y poderoso que sea, puede aislarse del resto, no tendremos futuro como humanidad".