Ángel Castiñeira, director de la Cátedra de Liderazgos y Sostenibilidad de Esade (URL) es autor de un articulo publicado en el suplemento Negocios de El Pais de 3 de agosto de 2025, con el título Agenda 2030: un balance urgente. Me parece muy importante dedicar esta "entrada (píldora para pensar") a ese tema.
En su décimo aniversario, la Agenda 2030 afronte un panorama desalentador: solo el 17% de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) registra un ritmo suficiente de progreso. La probabilidad de que los ODS no se alcancen es alta. El reciente Informe sobre la contribución de las empresas españolas a los ODS, de la Cátedra de liderazgo e Sostenibilidad de Esade y el Observatorio Social de la Fundación La Caixa, atribuye parta de este estancamiento a un contexto internacional de fragmentación geopolítica, debilitamiento del multiralismo y estrategías climáticas desiguales.
Las guerras en Ucrania y Gaza han generado niveles récord de desplazados. Las crisis climáticas y medioambientales amenazan cada vez más los ecosistemas planetarios. El año 2024 fue el más cálido hasta la fecha: las emisiones globales de gases de efecto invernadero y la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera también alcanzaron máximos históricos. El PIB per capita en los países más vulnerables crece ahora más lento que en las economías avanzadas, por primera es este siglo, frenando la convergencia de ingresos. A esto se suma una deuda externa elevada y un déficit de inversión en los ODS de cuatro billones de dólares anuales en los países en desarrollo.
Las metas con mayores retraso tienen que ver con los sistemas alimentario, biodiversidad, uso sostenible de la tierra, paz e instituciones sólidas. En España, casi un 58% de los objetivos están en camino de ser alcanzados, el 18% muestran un progreso limitado y el 24% se encuentran en retroceso. El país se sitúa en el top 15 del índice mundial de los ODS, con una puntuación de 80,7. Los BRICS muestran un progreso significativo, pero los países más pobres quedan rezagados. La brecha entre el desempeño promedio global y el de los países más vulnerables se ha ensanchado desde 2015.
Prácticas como el consumo insostenible, la exportación de residuos tóxicos, el comercio ilícito o la competencia fiscal desleal generan impactos negativos y obstaculizan el logro de los ODS. Para reducir estos impactos y avanzar hacia un comercio justo y sostenible es crucial el multilateralismo. Esto implica seguir estableciendo normativas y estándares ambiciosos que fomenten un sistema comercial más sostenible, equitativo y alineado con el bienestar de las personas y la protección del planeta.
Sin embargo, el inicio de la segunda Administración de Trump, las tensiones geopolíticas y el recrudecimiento de las disputas comerciales han relegado los principios de la gobernanza climática global a un segundo plano. Igualmente, el auge de partidos políticos de extrema derecha ha situado la sostenibilidad en el blanco de todo tipo de críticas, convirtiendo la identificación con los ODS en una cuestión ideológica sujeta la orientación política ce cada Gobierno. Esta instrumentalización ha debilitado el consenso global y ralentizado su implementación.
Aun así, el foro Summit for the Future (2024) se aprobó el Pact for the Future un intento de establecer un acuerdo para revitalizar la cooperación global. El pacto busca "acelerar" los ODS con acciones "audaces, ambiciosas, justas y transformadoras", aunque su capacidad vinculante es limitada y la voluntad fe los actores para aplicarlo, incierta. La distancia entre los compromisos formales y su implementación real ha sido una constante. El sector privado jugará un papel clave en el logro de estas acciones. Entre sus prioridades destacan: fortalecer la resiliencia de las cadenas alimentarias, eliminar subsidios a los combustibles fósiles, y reforzar la inversión privada en desarrollo sostenible y acción climática.
Existe una clara desconexión entre la situación geopolítica y la visión del pacto, así como entre los firmantes y su capacidad real para cumplir los objetivos. Naciones Unidas presenta el pacto como un acuerdo internacional de gran alcance para "un nuevo comienzo en el multilateralismo", pero los conflictos militares y comerciales evidencian la crisis de este modelo. Aunque lograr un pacto global en un contexto es un éxito, invocar aspiraciones sin respaldo real puede dañar aún más la credibilidad de las instituciones que representan el multilateralismo,
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