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lunes, 11 de febrero de 2013

Muerte de la democracia representativa

     Aunque la democracia representativa es el sistema político predominante en Occidente, se puede decir que, como consecuencia de la globalización, en la actualidad, la mayor parte de la humanidad vive bajo este sistema político, en los que, además, tiende a predominar modelos económicos basados en la economía capitalista de libre mercado.

      En Europa, principalmente, gracias a los apabullantes protagonismos populares en los desenlaces de la primera y segunda guerra mundiales, se consigue llegar a cotas , desconocidas hasta entonces, de democratización política y, no por casualidad, de participación social en los beneficios del crecimiento económico en forma de políticas sociales (Estado de Bienestar).

     Sin embargo, en los últimos años las cosas han cambiado de forma muy importante. Lo que ha ocurrido en los últimos años, el gran cambio de época al que asistimos, ha provocado un vaciamiento creciente de la capacidad de los ciudadanos para influir en la acción del gobierno, es decir, ha eximido a los gobiernos de sus responsabilidades como representantes de los ciudadanos.  Y es que, desde su inicio, el vigente sistema económico ha intentado restar competencias a los gobiernos. La libertad de mercado es intocable; nada de regulación por parte de los gobiernos. (Separación entre ética y economía).

     El sociólogo Guillermo O´Donnell (1936-2011) hablaba de "muerte lenta de la democracia", ahora asistimos a su "entierro". "Asistimos a la vuelta del mundo al sistema feudal. Este nuevo poder feudal tiene el rostro de las empresas multinacionales privadas", decía Jeans Ziegler. (Ahora incluimos al sistema financiero y hablamos de los "mercados")

     En todo el sistema subyace una determinada concepción antropológica, carente de la más mínima base científica: los seres humanos, en todas las actividades económicas, se comportan como "máquinas de calcular". Ello a pesar de los avances de la neurociencia y de los trabajos de investigación de la escuela creada por la Premio Nobel de Economía, Elinor Ostrom.

     Según el biólogo Russell Hardin, el comportamiento del ser humano como "máquina de calcular" conduce a la llamada Tragedia de los Comunes. "No importa -dicen los partidarios del sistema, exhibiendo un gran optimismo- , ya encontraremos una solución".

     Pero hay más. Las "máquinas de calcular" no tienen derechos humanos, ni siquiera los básicos, como vivienda, educación y sanidad. Los Acuerdos de la Organización Mundial de Comercio (OMC), especialmente el Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS), niegan explícitamente la existencia de esos derechos.

     Todo este montaje, como se indica en una entrada en la que se habla del Banco Central y Europeo y el sistema fiscal,  no es, sin duda, inocente: está estructurado para beneficiar a determinados sectores de la sociedad.

     Ahora, no se trata de recuperar las perdidas capacidades de los gobiernos -algo, en estos momentos, realmente imposible-; se trata de explorar nuevos caminos, de crear un sistema político-económico acorde con las potencialidades del ser humano.  Y todos los caminos pasan por crear una democracia participativa, acompañada de un cambio de mentalidad. Elinor Ostrom creía -falleció en junio de 2012- en el poder del autogobierno para salir de situaciones difíciles.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Si te das una vuelta por los diarios digitales te das cuenta de que cada día es más difícil que se lleven a cabo verdaderas reformas, porque la energía se va defendiendo lo indefendible y no quedan fuerzas para trabajar en lo realmente importante...Los ciudadanos y sus preocupaciones.
Tiene que haber un punto de no retorno o no saldremos del pozo.
Cordial saludo

Juliana Luisa dijo...

A pesar de todo, no podemos ignorar nuesta responsabilidad: es necesario seguir trabajando.

Un saludo

Camino a Gaia dijo...

El modelo económico actual está condenado por el uso insostenible al que somete los recursos. Pero si no lo cambiamos a tiempo arrastrará en su naufragio a toda la humanidad.
Como bien dices es ya hora de hacer algo porque la solución final del neoliberalismo es el exterminio de seres humanos por riguroso orden de poder económico. El darwinismo social resumido en la frase "tendrán derechos los que puedan permitírselo".
Nos hablan de la infalibilidad del modelo a la vez que se apresuran a culpar a sus víctimas, el conjunto de los ciudadanos, trabajadores, funcionarios, etc del fracaso de sus políticas.
Un saludo