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jueves, 7 de febrero de 2013

Muerte de la democracia y muerte de la vaca

     El Gobierno democráticamente elegido ha muerto como murió la vaca en el cuento de Alex de Luna: en ninguno de los dos casos la muerte ha tenido lugar por causas naturales. En nuestro caso, ahora  sabemos que la democracia ha muerto a manos de los mercados. Sin embargo,  una importante proporción de los ciudadanos piensa que esto pasará y que, después de un cierto tiempo, el gobierno, cualquiera que sea, conseguirá enderezar la situación.  Sin duda, la muerte del Gobierno democráticamente elegido ha puesto de manifiesto nuestra pasividad: el techo no era capaz de resguardarnos de la lluvia y las paredes parecían venirse abajo, pero no hacíamos nada. Todo ello a pesar de que nos explicaban, muy diferentes formas, las consecuencias de "un sistema obsesionado, entre otras cosas, por la no regulación y la competitividad".

     Nos movilizamos organizando manifestaciones y protestas callejeras, de las que, ante la evidencia de que no sirven para que, de forma inmediata, cambie algo, salimos cada vez más pesimistas y desilusionados.  Hablando de este tema el sociólogo Enrique Gil Calvo indica que esas movilizaciones, que él llama no convencionales, en algunas ocasiones, son necesarias porque "es la mejor y única forma de sacudir a la vez tanto la pereza intelectual de los medios informativos como la propensión al escepticismo del escarmentado público español". Pero nada más. Son como los dolores de estómago que debían experimentar los protagonistas del cuento los primeros días sin su ración de leche.

     Si no queremos que nuestros hijos y nuestros nietos mueran de hambre,  debemos hacer lo que hizo la familia del cuento: debemos recurrir a todas las potencialidades (la parte de atrás de la casa) que tenemos como seres humanos; potencialidades que no hemos utilizado  nunca, porque ya teníamos la vaca.  Todo los estudiosos -que no han participado en la muerte de la democracia- señalan, en palabras de Gil Calvo, que la mejor solución, por ahora algo utópica , por la falta, junto a las movilizaciones no convencionales, de una adecuada proporción de movilización convencional (asociación, realización de trabajo voluntario, asistencia regular a reuniones, etc), es la de "la de convertir la actual crisis de los mercados en una verdadera crisis del sistema, eventualmente capaz de dar a luz un nuevo modelo de sociedad. Una sociedad sostenible y ya no basada en el depredador capitalismo neoliberal, que de ciclo en ciclo y de burbuja en burbuja está conduciendo al planeta a un inminente colapso".

     El primer paso para avanzar hacia esa nueva sociedad es la sustitución de la democracia representativa por una participativa. En el cuento, sustitución de la vaca por un huerto que gestiona la familia de acuerdo con sus necesidades y los recurso que posee.

     Pero, hay otra importante diferencia entre el cuento y la realidad. En el cuento, ningún vecino del pueblo pone trabas a la familia porque con su nueva actividad puede disminuir las cifras de su negocio; sin embargo, en nuestra realidad, hay importantes instituciones y organizaciones interesadas en que el ciudadano no piense y siga, obediente, sus indicaciones.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Bien expuesto. Algunos de los que no quieren que se cmabien: judicatura, me refiero a los altos tribunales, copados por jueces y magistrados fascistas, defensores del partido en el gobierno y que, bajo ningún concepto, va a hacer que éste caiga; profesores, también de la vieja "escuela"; periodistas voceros, no me refiero a grupos de comunicación, hablo de personas individuales (por ejemplo: Francisco Marhuenda)...y podríamos seguir.
Cordial saludo

J. Felipe dijo...

Paco Marhuenda es amigo personal de Mariano Rajoy, de los de salir y esas cosas, lo malo es que es a la vez director de La Razón y...

Con respecto al artículo Juliana, creo que precisamente eso lo que falta: el empujón. Yo creo y creo que hay suficientes pruebas de ello, que hace tiempo que esto dejó de ser una crisis económcia para convertirse en una crisis de todo el sistema y que está invocando a una involución del mismo, valga la redundancia. De hecho se están tomando medidas políticas en lo social que nos están haciendo retroceder décadas atrás.

¿Cómo hacer que el pueblo actúe? Ese es el gran dilema. Sin duda, amén de otras consideraciones, buena parte de culpa de ello lo tienen los medios de comunicación que no apuestan en ese sentido. Lo que, por otra parte es lógico, puesto que la mayoría de ellos están en manos de grupos financieros a los que poco o nada les preocupa la cuestión periodística, aquello de informar, enseñar y entretener, más allá de su cuenta de resultados.

Pero hay asociaciones de periodistas que están empezando a actuar. Por ejemplo la presidenta de Reporteros sin Fronteras ya pide abiertamene a los directores de los medios que no asistan sus periodistas a las ruedas de prensa -por llamarlas de algún modo-, sin preguntas, lo que ya están haciendo algunos como El Diario, por ejemplo.

En fin este es un tema largo y complicado pero que no puede seguir haciendose perezoso, por lo que tendremos que seguir hablando y apostando por ello.

Un saludo y como siempre buen artículo.

Miguel Ángel Maca dijo...

Buen artículo. Veremos lo que sale de todo esto.

Juliana Luisa dijo...

Muchas gracias por vuestros comentarios. Estamos todos de acuerdo. Seguiremos hablando. Es importante.

Un saludo