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jueves, 21 de enero de 2016

Nuevos acuerdos comerciales

     El Premio Nobel de Economía 2001 ha escrito un artículo La nueva geoeconomía (suplemento Negocios, El País del 17 de enero último) en el que pasa revista a los cambios sufridos por el sistema económico, en general, durante el último año. Como complemento a la entrada que publiqué el 27 de octubre de 2015 acerca del TTIP,  me parece oportuno recoger aquí los cambios relacionados con el comercio internacional, que este Premio Nobel califica como las "decisiones geoeconómicas más controvertidas del año pasado"
     Joseph E. Stiglitz después de señalar las razones por las que fracasaron las conversaciones globales sobre el comercio, llevadas a cabo por la Organización Mundial de Comercio (OMC), señala el empleo por parte de Estados Unidos de una estrategia  de "divide y vencerás", basada  en "bloques comerciales y acuerdos que se superponen". Esta estrategia consiste en intentar la firma de dos Acuerdos independientes: uno con la mayor parte de las regiones del Atlántico y otro para las del Pacífico, conocidos por sus siglas en inglés, TTIP y TTP.
     Copio, a continuación, algunos párrafos de ese artículo relacionadas con esos Acuerdos.
     A través de estos Acuerdos, "el comercio estará gobernado por documentos de miles de páginas de longitud y repletos de complejas regulaciones de  origen, que contradicen los principios básicos de eficiencia y de libre circulación de bienes".
     "El problema no son las cláusulas del acuerdo relativas al comercio, sino el capítulo de 'inversiones', que restringe seriamente regulaciones medioambientales, sanitarias, de seguridad e incluso financieras que tengan un impacto económico significativo".
     "En concreto, el capítulo da a los inversores extranjeros el derecho de llevar a los Gobiernos a tribunales internacionales cuando crean que las regulaciones gubernamentales contraríen los términos [del correspondiente Acuerdo] (que tiene más de 6.000 páginas)."
     "A la vez que el lenguaje es complejo -lo que invita a costosas procesos entre poderosas corporaciones [grandes empresas multinacionales] y Gobiernos a los que les cuesta financiarse-, incluso las regulaciones que protegen al planeta de las emisiones de gases de efecto invernadero son vulnerables. Los únicos reglamentos que parecen a salvo son los que tienen que ver con cigarrillos: los juicios abiertos contra Uruguay y Australia por pedir un simple etiquetado acerca de los riesgos sanitarios han recibido demasiada atención negativa. Pero hay aún muchísimas dudas acerca de la posibilidad de demandas judiciales en miles de otras áreas."
     "... las reglas que gobiernan el comercio global están escritas por y para las grandes empresas estadounidenses. Esto debería ser inaceptable para cualquiera comprometido con unos principios democráticos."
     El artículo termina con el siguiente párrafo: "En 2016, debemos esperar que (...) se inicie una nueva era de acuerdos comerciales que no recompensen a los poderosos y castiguen a los débiles. El acuerdo climático de París puede presagiar el espíritu y la mentalidad necesarios para sostener una auténtica cooperación global."

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