En teoría, el
objetivo de la industria farmacéutica es responder a las necesidades de la
salud pública mundial, Sin embargo, en el vigente sistema económico, en el que la sanidad y el conocimiento son mercancías y
el que ética y economía están separadas, las cosas son muy diferentes.
Con motivo de la Asamblea
General de la ONU, celebrada recientemente en Nueva York (Estados Unidos), la
ONG Médicos Sn Fronteras (MSF) presentó
un informe, Vidas al límite, en el
que reclamaba a esta institución internacional que impulse un nuevo modelo de
I+D para el sector farmacéutico que proteja la salud pública y permita el
desarrollo de medicamentos que “respondan a las necesidades de la salud pública
mundial”.
“Personas que viven
tanto en los países pobres como en los ricos se están encontrando con que los
medicamentos que necesitan no existen o son tan caros que no pueden
permitírselo”, En su informe, MSF asegura que una de las medidas más urgentes,
en la que los países deben centrarse, es en adoptar una acción conjunta (global)
contra la resistencia a los antibióticos, medicamentos en los que la
industria farmacéutica se niega a trabajar porque no son rentables
(2-abril.2013). El sector está más centrado en los resultados financieros y en
los dividendos para sus accionistas que en resolver los problemas médicos más
acuciantes. Se necesita una investigación enfocada a la salud y no al mercado.
“No es sano”
(noessano.org/es/) es una campaña promovida por más de media docena de
organizaciones que luchan por defender y promover el acceso universal a los
medicamentos como parte indispensable del derecho a la salud, entre las que
figura Salud por Derecho y Médicos del Mundo y apoyada, entre otras ONGs, ISGlobal
y Oxfam. El actual modelo de acceso a los medicamentos es ineficaz, injusto e
insostenible,
Esta campaña, que se
ha presentado hace poco tiempo en Madrid, pretende “promover un debate público
y político informado, e impulsar el compromiso del Gobierno, partidos políticos
y otras instituciones por un cambio” en el actual modelo de fabricación de los
medicamentos. “No es sano investigar
solo enfermedades rentables; no es sano anteponer los beneficios económicos a
la salud; no es sano especular con los medicamentos”.
Todo lo anterior sin
tener en cuenta la fabricación de enfermedades que lleva a cabo la industria farmacéutica, muy criticada prácticamente por todo el sector médico; o la prohibición, durante mucho tiempo, al acceso a
medicamentos genéricos a los países que carecían de industria farmacéutica
propia; o la práctica de la biopiratería o robo de conocimientos
a quienes no los tienen protegidos mediante una patente.
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