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jueves, 12 de diciembre de 2019

Responsabilidad Social de las Empresas (RSE)


Se entiende por Responsabilidad de la Empresa (RSE) –algunos prefieren decir  Responsabilidad Social Corporativa (RSC), al conjunto de comportamientos éticos de una empresa, relacionados con sus impactos sociales, medioambientales, laborales y derechos humanos. Una empresa socialmente responsable debe contar con gestores que, sin descuidar la búsqueda de beneficios económicos, tengan en cuenta el futuro a medio y largo plazo, es decir, que se preocupen por el planeta que van a dejar en herencia a sus hijos y nietos.
Es fácil apreciar la imposibilidad de que, en el contexto de un sistema económico  en el que se considera que la ética es una interferencia en el funcionamiento del mercado, las empresas no acepten ninguna responsabilidad social.
En general, las empresas piden que la RSE sea algo voluntario, argumentan que no se deba obligar a nadie a un comportamiento  ético. Curiosa separación entre ética y economía que no tiene lugar en la vida normal. ¿Acaso la actividad empresarial no es  una actividad  humana como cualquier otra?
¿Qué pensar de los crímenes ambientales de los que son culpables y su lucha para que no se consideren un crímenes contra la humanidad?
En el panorama actual del cambio climático y una insoportable desigualdad económica origen de disturbios  y protestas de todo tipo, la responsabilidad social está generando uno de los debates más acuciantes.
A ese respecto, es extremadamente importante la declaración de la Busines Roundtable, realizada en el verano de este año. La organización Busines Roundtable reúne a los presidentes ejecutivos de 181 de las mayores empresas de Estados Unidos, desde Amazon  hasta Xeros, pasando  por las mayores empresas de comercio minorista (Almart), tecnología (Apple), energía  (Exxon Mobil),  telecomunicaciones, automóvil (Ford), finanzas…  Se trata de compañías que cuentan  con más de 15 millones de empleados y unos ingresos anuales superiores a 7 billones de dólares.  En la citada declaración, esta organización indicó que las empresas, en lugar de pensar únicamente en los beneficios económicos,  política que mantienen desde hace veinte años,  deben pensar en el bienestar de todos los grupos de interés.
Por esa iniciativa o por cualquier otro motivo que desconozco, las empresas se están sintiendo obligadas a anunciar el cambio de algunos de sus comportamientos.  Larry Fink, director ejecutivo de BlackRock, el administrador de fondos más grande del mundo dijo a sus clientes que “solo haría negocios con empresas que beneficiaran a la sociedad de alguna manera”.
Otros multimillonarios estadounidenses, como Warren Buffet, Bill Gates o Ray Dalio  han hecho llamadas para reducir la desigualdad, “como si una voz de alerta estuviera murmurando a sus oídos que para salvar el capitalismo, hay que arreglarlo”.
El Foro Económico Mundial, más conocido como foro de Davos –que reúne a los más importantes líderes empresariales y políticos cada año en Suiza- publicó hace unos días el Manifiesto de Davos. Se trata de una declaración sobre los principios deberían seguir las compañías, muy parecida a la realizada por Business Roundtable.
Klaus Schwab, fundador y presidente ejecutivo del foro ha escrito: “Las empresas deberían pagar un porcentaje justo de impuestos, mostrar tolerancia cero frente a la corrupción,  respetar los derechos humanos en sus cadenas globales de suministro y defender la competencia en igualdad de condiciones”.  Señala que es necesario ajustar la remuneración de los ejecutivos, que desde la década de 1970 se ha disparado. Y añade que el fin último de las empresas debe ser “mejorar el estado del mundo”.  ¿Qué pretenden, en realidad?

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