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martes, 25 de junio de 2013

La mujer y el Fondo Monetario Internacional

     En un artículo sobre "crecimiento y empleo", Carmen Alcalde, analista y expresidenta del Instituto Nacional de Estadística (INE), pasa revista a lo que indica el FMI sobre ese tema. Copio a continuación el párrafo que se refiere al trabajo femenino.

     "El FMI da especial importancia al colectivo de mujeres, por lo significativas que son en algunos países la baja tasa de actividad de las mismas y su lenta incorporación a la economía productiva, asegurando que un aumento de la participación femenina en el mercado de trabajo podría elevar el PIB  potencial en muchos países. El FMI aboga por la eliminación de disposiciones tributarias que desalientan la participación de la segunda persona que contribuye a los ingresos familiares.  Ello podría ayudar a las mujeres a incorporarse a la fuerza laboral y contribuir al crecimiento económico".

     Es difícil hablar del trabajo de la  mujer y el PIB sin recordar a la economista neozelandesa Marilyn Warning, una de las nueve "ciudadanas del mundo" protagonistas del libro de Carmen Alborch, Libres (2004, Santillana Ediciones Generales, S. L. Madrid), dedicado "a las mujeres y hombres que se esfuerzan para que nuestras vidas sean más libres y más dignas".

     Carmen Alborch describe cómo en su obra Marilyn pone de manifiesto la insensatez de utilizar el PIB como medida de crecimiento económico.  Uno de los ejemplos mencionados por esta economista se refiere al trabajo femenino.

     Supongamos -dice Marilyn- que M** es una mujer felizmente casada. Tiene dos hijos. Es "ama de casa".  Por decisión propia o por un acuerdo con su marido o por cualquier otra razón, M** "no trabaja fiera del hogar".  Para el actual sistema económico-social en el cual el parámetro de medida del crecimiento económico de in país es el PIB, M** pertenece a la categoría de la población no productiva, a pesar de que realiza, simultáneamente,  los trabajos de cocinera, empleada del hogar y enfermera, todos los cuales contribuyen al aumento del PIB.

     Aunque el punto de vista de Marilyn es, principalmente, feminista y atribuye este comportamiento a un error fundamental del aspecto masculino de la economía, no olvida señalar un grave defecto del PIB y, en consecuencia, del concepto de crecimiento que tiene el vigente sistema económico-social: la contradicción entre los beneficios [económicos] y el valor de lo que destruye. El PIB ignora todo lo que no sean beneficios económicos y eso conduce a un sistema inhumano. Decia Machado que es de necios confundir valor de precio.

     En una próxima entrada, continuaré este tema, aunque sin pretensión de analizar todas sus múltiples facetas

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