El contenido de este blog se ha cedido al dominio público: puede ser copiado, parcial o totalmente, sin previo permiso de la autora.


jueves, 10 de septiembre de 2015

Inmigrantes y economía colaborativa


     La actualidad de los refugiados, tanto de los que huyen de la guerra como los que huyen del hambre, es parte importante de las noticias. Por ellas nos hemos enterado del retraso con el que la Unión Europea ha tomado conciencia del problema, del comportamiento inicial de algunos dirigentes políticos y su posterior cambio de actitud ante las muestras de empatía de la sociedad civil.
     Ya en la Unión Europea cabe preguntar si pasarán a engordar el círculo de la pobreza. En un principio, para el imperante sistema económico-social, constituyen una rémora porque, al carecer de dinero, no pueden consumir, es decir, contribuir al crecimiento económico. El actual sistema económico solo está pensado para que los ricos sean cada vez más ricos.
      El Premio Nobel de Economía, Joseph E. Stiglitz, es un texto publicado en el Suplemento Negocios del periódico El País  del 30 de agosto último, menciona la necesidad de "construir una arquitectura internacional para una economía mundial que también sirva a los pobres", y  señala la imposibilidad de hacer realidad ese proyecto porque quienes mandan están "haciendo todo lo posible para frustrar todos esos esfuerzos".
     Un camino hacia la construcción de "una economía mundial que también sirva a los pobres" puede encontrarse en la economía colaborativa. Compartir en  lugar de competir y consumir.
     Según Jeremy Rifkin, uno de los principales pensadores sociales, "la transición de la era capitalista a la Edad Colaborativa va cobrando en todo el mundo, y es de esperar que lo haga a tiempo de restablecer la biosfera y de crear una economía global más justa, más humanizada y más sostenible para todos los seres humanos de la Tierra en la primera mitad del siglo XXI", (Últimas líneas de su libro La soiedad de coste marginal cero. El Internet de las cosas, el procomún colaborativo y el aclipse del capitalismo). Todo depende de la actitud de la sociedad civil.
     ¿De qué forma la economía  colaborativa puede ayudar a los refugiados?
     Una de las instituciones más  importantes dentro de la economía colaborativa es la de los bancos de tiempo.
     Un banco de tiempo es una entidad en las que se guarda un recurso que todo el mundo tiene: tiempo. Utilizando el tiempo como moneda se puede acceder a bienes y servicios por otro cliente del banco, que mediante la concesión de ese bien o realización de ese servicio aumentará el saldo de su cuenta en el banco.
     Los bancos de tiempo se han extendido por todas partes. Existen bancos de tiempo al que solo pertenecen las personas de un barrio, de un pueblo, de una ciudad, etc. En 2013, después de dos años de prueba, empezó a funcionar Cronobank, un banco de tiempo que se puede utilizar en todo el mundo,  a través de su página web, cronobank.org
     En relación con los refugiados, los bancos de tiempo pueden ofrecer a los refugiados los primeros auxilios. Pero lo más importante es, mediante distintas actividades, invitarles a pertenecer al banco, con el objetivo de que se sientan útiles al observar que ellos también pueden ayudarnos. Los bancos de tiempo no distinguen entre clases de tiempo:  la hora de un mecánico vale igual que la de un médico, la hora de un senegalés lo mismo que la de un español.   

1 comentario:

Vicky Moreno dijo...

Vuelvo a leerte con placer, Juliana. Después de un tiempo sin poder visitar tan espléndido espacio, me siento encantada de poder compartir de nuevo tus interesantísimas entradas. Muchas gracias.