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domingo, 4 de octubre de 2015

Volkswagen

     En el actual sistema económico-social no debe extrañar que una empresa, en este caso Volkswagen, haya instalado "en los coches un programa informático que detectaba cuándo se estaban midiendo las emisiones y generaba resultados engañosamente bajos. (Paúl Krugman, El fin de la guerra contra las normas, colaboración en el periódico El País de 27 de septiembre último)
     En esa misma colaboración periodística, este Premio Nobel recoge otros fraudes en empresas, aunque, para evitar protestas, indica la posible existencia de "empresarios honestos".A pesar de la posible existencia de excepciones, hay que tener en cuenta que los dirigentes del imperante sistema económico-social son fundamentalistas del libre mercado, es decir, para ellos los mercados funcionan perfectamente si no están sometidos a ningún tipo de regulación, interferencia o, como dice Krugman, normas. Ello lleva a situaciones delirantes. Krugman señala que Bush (un fundamentalista del libre mercado) propuso "suprimir las normas relacionadas con la eliminación de las cenizas de carbón, un subproducto de las centrales térmicas que contiene mercurio, arsénico y otros contaminantes que causan problemas de salud graves. ¿Les parece a ustedes que controlar este riesgo es una medida arbitraria o sin sentido?"
      ¡Cuidado con el Acuerdo Transatlántico! Personas o grupos interesados indican que su firma supondría una rebaja de regulaciones que protegen los derechos de los ciudadanos en ámbitos como el trabajo o el medio ambiente.
     Los mercados de capitales funcionan sin ningún tipo de regulación. En 1978 el Premio Nobel de Economía, James Tobin, propuso un impuesto a las transacciones financieras para, en sus propias palabras, "echar un poco de arena en los engranajes bien aceitados de la especulación financiera". Para el sector financiero eso suponía una interferencia en su funcionamiento y, hasta ahora, han fracasado todos los intentos realizados en este sentido, a pesar de los graves problemas que causa una especulación financiera.
     En la categoría de interferencias el sistema incluye la ética. De aquí la imposibilidad de que las empresas firmen unas normas de Responsabilidad Social, aunque, siendo conscientes de que ""la ética vende" haga algo para no perder clientes.
     En una entrada publicada, el 29 de mayo de 2012, mencioné una conferencia impartida en la universidad de Valladolid por el profesor de Filosofía Moral en la Universidad de Valencia, Jesús Conill Sancho. El título de la conferencia fue El horizonte ético de la economía.  En esa conferencia, el profesor Conill dijo que la separación entre ética y economía "ha sido fruto de un haz de decisiones y de acuerdos internacionales" y que por ello es necesario "detectar puntos neurálgicos y proponer alternativas viables". (Esta conferencia está recogida en el libro Francisco Javier Peña Echeverría (coord.) (2003): Ética para la sociedad civil. Valladolid. Universidad de Valladolid, Secretariado de Publicaciones e Intercambio Editorial).
     En la colaboración periodística indicada, Krugman escribe: "Resulta que, en el mundo empresarial hay personas que harán lo que sea, incluso permitir que muera gente con su fraude, con tal de ganar dinero. Y necesitamos una reglamento eficaz que controle esa clase de conducta, especialmente para que los empresarios íntegros no estén en desventaja cuando compitan con otros menos escrupulosos".

5 comentarios:

Camino a Gaia dijo...

El liberalismo y el neoliberalismo es una estructura ideológica destinada a eliminar del diccionario económico la palabra responsabilidad.

Óscar Gartei dijo...

Pero claro, teniendo en cuenta las puertas giratorias y el intenso vínculo que relaciona economía y política, ¿cómo van los gobiernos a legislar con mayor rigidez los campos de la especulación o los agujeros legales por los que se escapan los infractores? ¿Deberíamos, quizá, crear un nuevo órgano civil que "supervise" a los gobiernos para que estos gobiernen con lealtad al pueblo y no al capital? Llegados a este punto, se demuestra que el ser humano es falible y que el egoísmo sistémico predomina. Necesitamos aprender y no sé si tendremos tiempo.

Juliana Luisa dijo...

El imperante sistema económico-social, además. de defender la no regulación de los mercados,predica que el ser humano (los ciudadanos) responden al modelo sociológico de elección racional, se comporta como una máquina de calcular para calcular en que operación ganará dinero y que como tal carece de sentimientos: es una teoría no avalada por ningún experimento científico. Experimentos realizados en psicología y neurociencia demuestran lo contrario. Steve Pinker, psicolingüista estadounidense indica que el ser humano sería mucho mejor si se le dijera como es.
Personalmente, no creo que sea conveniente un nuevo órgano civil que "supervise". Opino que hay que cambiar la democracia representativa por una participativa por consenso. Es opinión de los filósofos políticos. Esta opinión está avalada por las experiencias de la economista Premio Nobel, (creo que 2008), Elinor Ostrom

Perdonad que me haya extendido tanto. Muchas gracias por vuestros comentarios.

Un saludo

NOTA para Oscar. Leo tu nuevo blog "el dosel de las palabras", pero no puedo hacer comentarios por mis escasos conocimientos en informática.

Óscar Gartei dijo...

Solo comentar que lo de la democracia participativa debería ser ya una realidad, porque tenemos los medios. Con los teléfonos inteligentes, los certificados digitales y otras bondades tecnológicas, creo que casi todas las medidas o cuestiones nacionales podrían y deberían ser votadas recursivamente a diario por la ciudadanía. Lo que pasa es que la democracia solo es una extensión de los sistemas tiránicos previos, con la falsa impresión de libertad de elección injertada en su código; al final no elegimos nada, mandan los de siempre.

PD: en los comentarios de Wordpress, basta con buscar una "g+" y podrás usar tu perfil de Google para comentar. En cualquier caso, no te preocupes que no es nada grave.

Juliana Luisa dijo...

Un grupo de jóvenes, procedentes del 15-M, llevan unos años trabajando en eso. Están registrados como partido, pero no se han presentado a las últimas elecciones porque, como dicen ellos, "ya está repartido todo el bacalao".
De todas formas, siguen trabajando e inspirando a partidos como Barcelona En Común. ¿Conoces eso de la "sabiduría de las multitudes" y las investigaciones de Elinor Ostrom acerca de la gestión de los bienes comunes?

Un saludo