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miércoles, 7 de octubre de 2015

Industria armamentística

     En el periódico El País del 24 de septiembre último, he leído una noticia en la que se indica: "Dada la creciente inestabilidad de la zona, y especialmente en Libia, Egipto ha decidido rearmarse y Francia se ha convertido en gran proveedor. En febrero, ya vendió a El Cairo 24 cazabombardeos Rafale, una fragata y misiles". Según el titular de la noticia: "Francia vende a Egipto los dos navíos que negó a Rusia".
     ¿Qué motivos tiene Francia para convertirse en proveedor de armas? Un motivo podría ser defenderse de posibles ataques: motivo improbable, principalmente, porque entonces no las vendería. Otro motivo está relacionado con el objetivo principal del imperante sistema económico-social: el crecimiento económico. A pesar de la situación en que se encuentran muchas personas, debido a la solución a la crisis financieras aplicada, el FMI únicamente habla de crecimiento económico. Y entre las distintas formas de elevar el crecimiento económico se encuentra la fabricación y posterior venta de armas. Para disimular, algunos hablan de creación de puestos de trabajo. Puestos de trabajo manchados de sangre.
     Jeremy Rifkin, en su libro La civilización empática. Carrera hacia una conciencia global en un mundo en crisis (2000: 539), dice:
     El problema del PIB  [parámetro de medida del crecimiento económico] es que únicamente mide el valor total de la suma de bienes y servicios generados durante un período de doce meses, pero no distingue entre aquellas actividades económicas que realmente mejoran la calidad de vida de la sociedad y aquellas negativas, que empeoran dicho estándar. En el PIB se contempla todo tipo de actividades, incluida la construcción de cárceles, la ampliación de los cuerpos policiales, el gasto militar [fabricación y posterior venta de armas], el gasto que acarrean las tareas de limpieza de la contaminación [entre ellas, la contaminación ocasionada por las guerras], ..."
     Federico Mayor Zaragoza, que fue Director General de la UNESCO y, en la actualidad, es presidente de la Fundación Cultura de Paz, no se cansa de repetir en su blog que "cada día se gastan más de 3.000 millones de dólares en armas y gastos militares al tiempo que mueren de hambre unas 20.000 personas, la mayoría niñas y niños de uno a cinco años de edad".
     En la misma línea, Carmen Alborch, en su libro Libres. Ciudadanas del mundo (2004: 327), escribe: "La estimación aproximada del coste de la provisión de agua potable y sanidad para los seres humanos y para otras especies animales es de veinte mil millones de dólares: menos que el gasto correspondiente a armamento durante quince días; sin embargo, la mitad de la población de nuestro planeta carece de tales recursos". En otra parte del mismo libre, Carmen Alborch lamenta que no se tengan lo que llaman "daños colaterales": el terror de una niña  frente a las bombas, la pierna mutilada de un joven obligado a combatir, etcétera.  ¿Cuánto valen?
     La solución al problema de los refugiados que huyen de las guerras es evitar las guerras y esas no se evitan vendiendo armas. Desde ese punto de vista, debemos de reconocer que el hambre en los países del Tercer Mundo ha sido fabricada por los occidentales, y estamos obligados a buscar las mejores soluciones al problema. Algo análogo a lo que sucede con las guerras de que huyen los refugiados.

4 comentarios:

J. Felipe dijo...

Elemental. Pero la guerra y el control del poder económico son, en ambos casos, un extraordinario negocio y ahí es donde radica buena parte del problema que nos ha llevado hasta donde nos encontramos, poniendo incluso en entredicho el futuro de la sociedad y el del propio planeta.

Un saludo

Juliana Luisa dijo...

Te invito a leer la siguiente entrada. ¿Que opinas?

Gracias por todo. Un saludo

Óscar Gartei dijo...

La cuestión es que ahora mismo se están moviendo las piezas del tablero para el próximo conflicto armado a escala continental/global. Los países del eje occidental están vendiendo armas a los países de medio oriente "afines" o, mejor dicho, que actúan a modo de satélites o proxy de la voluntad occidental. Por otro lado, China y Rusia, que van por libre, también están actuando en la zona, especialmente Rusia.

La idea es que, a medio plazo, estalle una guerra que interesa mucho a occidente (para distraer la atención de sus medidas progresivamente orwellianas y enfocarla en un enemigo "terrorista", como es ISIS). Mientras se produzca esa contienda, que se cobrará millones de vidas, occidente procederá a realizar cambios estructurales en sus sociedades, de paso que reflota la economía con la maquinaria bélica y merma la población mundial para ganar una cuantas décadas de prórroga medioambiental.

Sé que parece una locura, pero veremos a ver qué pasa.

Lorenzo Garrido dijo...

Cualquier escenario que imaginemos será siempre apocalíptico. El futuro puede ser incluso peor que el que pinta Óscar.