En un reciente artículo periodístico (El País, 30 de septiembre último) se indica: "La OCDE alerta de que España no prepara bien a los jóvenes para el mercado". En el cuerpo del artículo se señala: "De hecho, la conexión de los estudiantes con el mundo laboral es lo que ha centrado más reformas educativas en los países desarrollados".
Primera pregunta. ¿Es misión de la educación preparar para el mercado laboral? Suponiendo que los, ahora, jóvenes son necesarios para el mercado laboral, ¿no supone eso la formación de esclavos? Esclavos en el siglo XXI y en los países desarrollados.
Pero hay más. El trabajo, que podrían hacer esos jóvenes, puede ser realizado por robots. ¿Por qué la OCDE dice necesitar "una educación que mire al futuro laboral"?
¿Cuál debe ser la misión de la educación? Edual Carbonell, prestigioso arqueólogo, antropólogo, geológo y paleontólogo español de extraordinario prestigio internacional, señala la necesidad de una educación esté dedicada desde los primeros años de escolarización a mejorar y potenciar la conciencia crítica y operativa, a convertir el conocimiento en pensamiento, es decir, a dar la posibilidad de aprender y actuar de forma humana. El conocimiento sin pensamiento es patrimonio de los ordenadores.
Este tipo de educación permite acelerar el "proceso de humanización", algo, en estos momentos, muy necesario para hacer frente a la crisis sistémica que atravesamos. Según todos los estudiosos, la crisis financiera va acompañada de una crisis ecológica y una crisis de valores. Tres crisis íntimamente relacionadas entre sí.
Según Carbonell, "en el mundo hay gente más humana que otra. Pero, en estos momentos, estamos rodeados de primates poco humanizados, entre ellos muchos de los que tienen gran poder político, que son apoyados por grandes masas sociales que los vuelven muy peligrosos. (...) Aún persisten conductas más propias de los homínidos que de los humanos", (www.lasexta.com/entrevista/, consultada el 30 de septiembre de 2015)
Esta circunstancia es realmente peligrosa. Carbonell afirma que "en el tercer milenio nos haremos más humanos o, quizás, no tengamos la oportunidad de sobrevivir". Esta afirmación es análoga a la de Jeremy Rifkin, "Quizás la cuestión más importante a la que se enfrenta la Humanidad es si podemos lograr la empatía global a tiempo para salvar la Tierra y evitar el derrumbe de la civilización" (En la Introducción de su libro La civilización empática. La carrera hacia una conciencia global en un mundo en crisis, 2010).O idéntica a la que, empleando el lenguaje de la teoría de los juegos, indican la perentoria necesidad de empezar a practicar juegos de suma no cero. "La única manera de ganar es con un cambio de valores, del egoísmo individual al altruismo del bien común".
3 comentarios:
El " articulito " de El País , nada mas ni nada menos que El País , es un indicativo de como esta el País ( España ). Es manifiestamente claro o al menos lo debería de ser que la educación es quizás lo mas importante que hay para formar a seres humanos en ciudadanos , pero ciudadanos con valores , ciudadanos que sepan y quieran PENSAR y razonar por si mismos y no ciudadanos manipulables y no productos para EL MERCADO . Desgraciadamente y a través de los años en este país la EDUCION no ha sido todo lo buena y efectiva que debería , los resultados desgraciadamente están a la vista . Otra cuestión es ¿ a quienes les interesa que esto sea así ? la respuesta están evidente que no es necesario responder . Un saludo
Como tu dices, ya sabemos a quienes interesa. Primates no humanizados.
Un saludo
Pero es que la educación actual viene precisamente de la revolución industrial y de la necesidad de formar mano de obra cualificada. Poco tiene que ver la escuela del presente con los ideales de la antigua Grecia, con el desarrollo de la persona y la construcción de una personalidad crítica y capaz de tomar decisiones complejas. La educación nos enseña a obedecer y a memorizar tareas, no a interpretar; es lo que demanda el trabajo. Pero, ¿qué es el trabajo y por qué tenemos que convertirnos en máquinas? En resumidas cuentas, vivimos supeditados a una farsa, y encima peligrosa. Acabarán por enterrarnos a todos.
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