Con un poco de retraso acabo de leer en el suplemento Negocios del periódico El País del 22 de noviembre, un artículo titulado Un nuevo modelo productivo para España: ahora o nunca, se puede leer:
" ... si queremos construir un tejido productivo sólido y estable, debemos comenzar por la base, qué es la educación. Necesitamos un consenso político que dé estabilidad al modelo educativo y que contemple planes que generen interés por la formación tecnológica y el mundo empresarial, al tiempo que promocionen y hagan atractiva la formación profesional. La educación superior debería tener como fin el mercado laboral, de manera que sea más práctica y orientada, además, a las necesidades de las empresas. (...). Se trata de un reto prometedor y objetivamente posible, en el que las multinacionales que llevamos años en España tenemos bastante que aportar."
El autor de este artículo parece ignorar las consecuencias para el mercado laboral de los últimos adelantos en las Técnicas de la Información y de la Comunicación. Además, al defender un modelo educativo que, en todos sus niveles, tenga como objetivo final el mercado laboral y las necesidades de las empresas, está poniendo de manifiesto que concibe el ser humano como perteneciente a una especie animal análoga a la especie canina: a los perros se les educan para que sean útiles en la búsqueda de drogas o de personas atrapadas en unos escombros o como acompañantes de una persona ciega o que vive sola, etcétera, es decir, ignora que aquellos seres a los que dedica su modelo educativo pertenecen a la especie humana, una especie muy difícil de domesticar.
¿Cómo se explica esta aparente ignorancia? En realidad, no se trata de ignorancia, sino de un claro conocimiento del posible futuro de agotamiento de un sistema económico que le reporta grandes ganancias. Dice Jeremy Rifkin en su último libro (2014, 168) que "nos hallamos frente a un cambio de proporciones colosales en el mundo laboral" y añade que "la sustitución de los trabajadores y profesionales asalariados por esta tecnología inteligente está empezando a alterar el funcionamiento del sistema capitalista". En la página siguiente señala que "gran parte del empleo humano liberado por la automatización del trabajo en todos los sectores de la economía de mercado se está trasladando a la naciente economía social", colaborativa.. Quizás por ello, en el título del artículo se indica: "ahora o nunca".
Lo peor de este tema es que el ciudadano normal y corriente, bombardeado con afirmaciones de este tipo, llegue a creer que su vida debe quedar reducida a adquirir las habilidades que le indican pueden permitirle conseguir un trabajo en una gran empresa y así conseguir dinero para consumir. Un desperdicio. El ser humano no nació para solo trabajar y consumir.
3 comentarios:
Después de agotar un modelo competitivo, la colaboración da miedo.
Es la consecuencia de la pérdida de valores éticos y morales que se da en la actualidad. Vivir para consumir y vivir para trabajar. De ahí una avaricia y codicia sin límites promovida por el sistema aunque, en realidad, sea el propio sistema el que manipule la misma haciendo creer a la masa que ese el camino a la felicidad, cuando lo que hace es esclavizarla en beneficio de unos pocos.
Saludos
La colaboración no tiene que dar miedo, sino todo lo contrario; solo hace falta, empleando, las palabras del psicoanalista Pinker, decir al ser humano cómo es realmente. El sistema ha creado de forma sibilina un modelo que no corresponde con las últimas investigaciones de la Psicología y Neurociencia.
De todas forma, la única probabilidad que tiene la especie humana es practicando la empatía; empleando el lenguaje de la teoría de los juegos, aprendiendo a jugar juegos de suma no cero, donde no hay ganadores y perdedores, todos son ganadores, ciudadanos del mundo.
Gracias por vuestras aportaciones. Un saludo
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