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domingo, 15 de noviembre de 2015

Impresiones de un extraterrestre

     A continuación, algo que escribí a raíz de las manifestaciones en contra de la guerra en Irak, esa que, ahora, dice Tony Blair, pudo "haber contribuido a la aparición y crecimiento del grupo yihadista".

                                                     Impresiones de un extraterrestre

     Casi acabo de llegar a la Tierra, el Planeta Azul del que me hablaban en la escuela. Creo que he llegado en un momento muy especial: se ha anunciado el inicio de una guerra e, inesperadamente, hombres, mujeres y niños de los cinco continentes han salido a la calle a decir NO.
     Aunque solo sea muy breve, y como anticipo a futuros intercambios de puntos de vista, te voy a hacer partícipe de mis primeras impresiones.
     Hace unos seis millones de años los humanos y los chimpancés eran una única especie y, en un "momento" determinado, se separaron en dos linajes. Parece bien establecido que la separación entre las dos especies no obedeció a la aparición de alguna barrera geográfica o genética que impidió el cruce de las dos poblaciones. ¿Qué sucedió entonces?  Hay estudiosos de distintas ramas del saber que opinan que lo que, es realidad, ocurrió es que aparecieron "pequeños o grandes cambios", debidos a alteraciones genéticas que se vieron favorecidas por la selección natural, y que éstos fueron acumulándose gradualmente a lo largo de millones de años hasta provocar la definitiva separación de dos especies distintas.
     ¿Qué tipo de alteraciones?  Probablemente alguna traslocación cromosómica o la inversión del orden de los genes en un cromosoma.  Si estos cambios  se fijan en el código genético, dan pie a que la selección natural actúe sobre ellos, favoreciendo a los más adecuados para garantizar la supervivencia o la adaptación al medio. Una de las especies, el ser humano, empezó a hablar.
     No tengo tiempo para extenderme en detalles, pero lo que he visto hasta ahora me hace estar de acuerdo con quienes opinan que el proceso de "humanización" no ha terminado. En otra ocasión te contaré lo que he aprendido de ese proceso. Ahora me conformaré con contarte que, en estos días de estancia en la Tierra, he tenido ocasión de observar que no todos los seres humanos se encuentran en el mismo nivel o estadio de "humanización": existen hombres y mujeres dotados de una gran inteligencia y adornados con cualidades como la empatía, la solidaridad, el altruismo ... virtudes específicamente humanas, junto a otros individuos que se comportan como simios, aunque intenten disimilar haciendo uso de grandes palabras (casi lo único que tienen de seres humanos).  Lo grave, a mi juicio, es que los sistemas de gobierno que tenéis en la Tierra  permiten que algunos de esos últimos ejemplares estén al frente de un país; es muy peligroso porque están en posesión de armas muy destructivas. Para que te hagas una idea, con menos de la décima parte de las que han acumulado pueden hacer imposible la vida en el planeta.
     ¿Serán las manifestaciones en contra de la guerra el lento inicio de una alteración cromosónica? Si fuera así, no cabe duda de que el resultado sería un ser humano más solidario; solo él podrá garantizar la supervivencia del ser humano en la Tierra.  Nunca llegará a ser perfecto, porque entonces dejaría de pertenecer a la especie humana, pero como decía el autor de uno de los múltiples artículos que he leído estos días: "Hay grados  de imperfección que es prudente evitar".

5 comentarios:

J. Felipe dijo...

Al menos Blair lo ha acabado reconociendo, al contrario de lo que ha hecho Aznar.

Estamos con un problema envenenado desde hace tiempo. La guerra de Irak vino a acelerar un proceso que se presentaba inevitable, más tarde o temprano. La llamada "civilización occidental", lleva décadas, por no decir siglos, saqueando los recursos del planeta de manera absolutamente despiadada y promoviendo toda clase de atropellos contra su misma especie si es necesario.

En el caso de Oriente Medio, el problema aún se ha hecho mayor y con las consecuencias para todos que ya conocemos, desde los atentados de París hasta los del 11S y más atrás aún, ya que existe una componenda religiosa que hace todavía que los individuos se radicalicen hasta el extremo de quitarse la vida por su Dios.

En fin, te invito a que leas mi artículo que he publicado ayer al respecto en mi blog en el que, como verás, termino siendo bastante pesimista con respecto al futuro. Espero y deseo confundirme pero, sinceramente y por el momento, no veo motivos para pensar lo contrario.

Un saludo.

Óscar Gartei dijo...

Digámoslo de otra manera: la Tierra es un planeta parecido a un tren de 50 vagones, cuyo motor capitanean los más bribones y canallas del grupo. Los 49 compartimentos restantes protestan y vociferan, elaboran movimientos democráticos e intentan retomar el control, pero el sistema está establecido de tal manera que ningún integrante del vagón 2 -y subsiguientes- puede progresar al vagón número 1. En consecuencia, bien o mal, los energúmenos que nos lideran nos conducen al suicidio y no parece importarles.

El atentado es un ejemplo, pero hay otros. Mucha preocupación por el paro y la economía, pero cero preocupación por la contaminación. Todo a su debido tiempo; me refiero a que la tierra se autorregula y no esperará.

Camino a Gaia dijo...

Suicidar a otros antes que a sí mismos. ¿Por qué se parece tanto a un crimen contra la mujer?

Lorenzo Garrido dijo...

Será una cuestión de quién la tiene más larga. Entre primitivos anda el juego.

Juliana Luisa dijo...

Muchas gracias por vuestros comentarios. Leeré el trabajo de Felipe.
Hace mucho tiempo hablé de las características de nuestra nave espacial Tierra y una de las cosas fue indicar que en esa nave no hay diferencia entre tripulación y pasajeros, todos son tripulación, todos son responsables del rumbo de la nave.

Un saludo a todos