En un entorno en el que solo se piensa en la salud de los bancos y en el crecimiento económico asombra, al mismo tiempo que agrada, que se conceda el Premio Nobel a una persona, Agnus Deaton, británico-estadounidense, al que preocupa "la construcción de sociedades fundadas en el bienestar" de los ciudadanos del mundo y concede una gran importancia al concepto de felicidad. Hasta ahora, el único país en el que sus autoridades gubernamentales decidieron sustituir el Producto interior Bruto (PIB) o Producto Nacional Bruto (PNB) por la Felicidad Nacional Bruta (FNB) fue Bután, situado en la región del Himalaya.
No es esa la única peculiaridad por la que Deaton es calificado de heterodoxo. En sus estudios abandona la concepción de la economía como una ciencia matemática sin soporte experimental: su trabajo es eminentemente experimental, como lo fue el trabajo de Elinor Ostrom, también Premio Nobel, sobre gestión de los bienes comunes. A Deaton le fue concedido el Premio Nobel por su análisis sobre el "consumo, pobreza y bienestar". En las encuestas, utilizadas en su trabajo, preguntaba acerca de la vida de las personas: preguntaba sobre ingresos, sobre empleo y sobre lo que la gente hace, sobre como piensan que le van las cosas y sobre su vida emocional. Según él, las vidas emocionales no son completamente ajenas al dinero: "si yo fuera tan pobre que no pudiera visitar a mis nietos sería infeliz.En general, la falta de dinero -la pobreza- puede interferir gravemente en nuestras vidas emocionales, seguramente porque no tenemos suficiente ni siquiera para hacer vida social, comer con los amigos o practicar deporte con ellos. Pero más allá de eso, el dinero no importa tanto.
Gran parte de los economistas ortodoxos han criticado los programas de austeridad, porque han reducido el consumo y, por tanto, el crecimiento económico. Deaton ha criticado duramente esos programas, pero por razón distinta. "Los programas de austeridad -dice- deben diseñarse para proteger a los más desfavorecidos, porque la pobreza puede arruinar gran parte de lo que importa a la gente. (...) La austeridad es mala -ya lo creo-, pero no tiene por qué destruir nuestros placeres diarios." En un artículo La vida en tiempos de austeridad, publicado en el periódico El País del 11 de marzo de 2012 y al que pertenecen la mayor de los anteriores entrecomillados, Deaton escribió: "Que la austeridad traerá sufrimiento [quizá durante bastantes años] es, por desgracia, cierto".
En sus análisis, este Premio Nobel incluye a los países pobres y critica duramente las ayudas al desarrollo tal como se han llevado a cabo hasta ahora, ayudas que, según él, han hecho más daño que bien. "Los algo más de 50 años consagrados a la lucha contra la pobreza y el subdesarrollo indican con claridad lo que no debe hacerse. Es indispensable dar una respuesta rápida, teniendo en cuenta la gran cantidad de exitosas experiencias llevadas a cabo por las ONG, las organizaciones comunitarias y las cooperativas". Según él, "para obtener resultados eficaces en los plazos más breves posibles, es urgente un debate profundo sobre el tema." Mientras tanto, es partidario de acoger a los que emigran a los países ricos huyendo del hambre, es decir, a los refugiados económicos.
4 comentarios:
El premio nobel es hipocresía. Premian lo que debe hacerse, pero no lo que se hace. Hacen exactamente lo contrario de lo que predican. Solo por esto creo que vivimos en regímenes fascistas.
Los Premio Nobel , al igual que otros muchos , no dejan de ser entre otras cosas un acontecimiento social para los de siempre y no solucionan NADA
No te preocupes Juliana que, a mí me pasa igual con tus artículos.
A raíz de este último he recordado esa pregunta que me hago mucha veces y que, en definitiva, la mala o deficiente interpretación de la misma, nos ha traído a la situación actual: ¿Qué es el progreso?
Y es que, al fin y al cabo yo soy feliz con mi familia, mis amigos, mi pequeña empresa, ,mis viajes, mis tonterías y mis cosas...
Feliz Año.
En gran parte, pero no del todo, estoy de acuerdo con Lorenzo y galanygarciah. Los Premio Nobel son hijos de nuestro tiempo, pero a veces sirven para algo. No estoy pensando en Agnus Deaton, sino el Einos Ostrom. A mí me ha servido como excusa para decir que a alguien se le ha ocurrido hablar de bienestar, ha criticado los programas de desarrollo y ha dicho que no es justo rechazar a los que huyen del hambre, porque ese hambre ha sido fabricado por los paises ricos, nosotros.
En cuanto a la pregunta ¿qué es el progreso? he recordado una obra de José Sampedro y Olga Lucas "Cuarteto para un solista". En ella el protagonista dice: "el progreso ha de consistir en ser mejores, en ser hombres, más libres, más dignos, más justos, más solidarios, y añade: Y en eso no creo yo el progreso de la Humanidad: seguimos desgarrándonos en luchas por el poder económico, en nuestra incapacidad de vivir juntos a bordo de esta nave espacial que es la Tierra"
Muchas a los tres. Un saludo
Publicar un comentario