Puesto que la mayoría
de los ciudadanos no desean las guerras pero, al mismo tiempo, cree que es
imposible detenerlas, el primer cambio que debemos propiciar es en nuestras
mentes. Debemos cambiar esa idea de que “no es posible”, porque lo único que nos impide transformar la realidad son
nuestras creencias sobre la misma.
Mijail Gorbachov, 1997 (Prólogo de Fredrik S. Heffermehl al libro Construir la paz, 2003, Icaria editorial y Fundación Cultura de Paz)
Mijail Gorbachov, 1997 (Prólogo de Fredrik S. Heffermehl al libro Construir la paz, 2003, Icaria editorial y Fundación Cultura de Paz)
Fredrik S. Heffermehl es abogado, licenciado en Derecho por
la Universidad de Oslo Master of Laws por la Universidad de Nueva York. Desde
1984 es un renombrado activista Actualmente es vicepresidente de la International Association of Lawyers Against Nuclear Weapons.
A continuación,
voy a mostrar algunas frases o párrafos del citado prólogo.
“[…] llego a la conclusión de que el militarismo se deja
manejar por fuerzas más poderosas, esencialmente, económicas, y que solo una
movilización masiva por la paz puede salvar la vida es este planeta”.
“Es posible [la paz], a pesar de los continuos gastos
desorbitados en más y más armamento. Es
posible, incluso sabiendo que millones de personas dependen del ejército y de
los preparativos de guerra para ganarse la vida y que además en la actualidad
cuentan con el poder necesario para controlar incluso las decisiones políticas
que conciernen a los presupuestos que se les asigna”.
“Lo cierto es que cuando a una idea le llega el momento, esta
cobra más fuerza que el avance de cualquier ejército. Los cambios más
increíbles e inesperados pueden hacerse realidad. Nadie sospechaba que el comunismo y el Telón de
Acero se desmoronarían unos meses antes de que, efectivamente, así ocurriera.
Del mismo modo, nadie imaginaba que la minoría blanca de Sudáfrica, que
ostentaba todo el poder militar, tendría que acabar negociando con el
prisionero Nelson Mandela, liberándole y convocando unas elecciones que le
erigirían como el nuevo Nelson Mandela. Cuando la gente se une por una causa, el milagro ocurre. Posiblemente el mayor
enemigo de la paz en el mundo sea la extendida creencia de que la paz es
imposible. La clave está en añadir y si
fuera posible. Ahí radica la diferencia entre formar parte del problema o formar parte de la solución”.
“Las últimas generaciones han sido testigos de un gran avance
en el desarrollo de nuestra conciencia ética colectiva. La dignidad e igualdad básicas de todos los
seres humanos se ha expresado en la Declaración de los Derechos Humanos y en la
Convención sobre los Derechos Humanos de las Nociones Unidas. […] Del mismo
modo, las técnicas para la resolución de conflictos están evolucionando con
rapidez. Tanto las ideas como las palabras tienen la fuerza necesaria para
cambiar el mundo y, de hecho, así lo hacen”.
“La Carta de Naciones Unidas obliga a los estados a resolver
sus disputas sin recurrir a la fuerza”.
“La democracia es, en sí misma, un sistema para fomentar la
resolución pacífica de los conflictos. Antaño los hombres defendían sus
derechos por la fuerza bruta. Sin embargo, las sociedades civilizadas crearon leyes y tribunales y
cuerpos policiales para garantizar que fueran eficaces. ¿No ha llegado ya el
momento de que la comunidad internacional también se civilice?”.
NOTA. A mi juicio, un
ejemplo de que “cuando a una idea le llega el momento, esta cobra más fuerza
que el avance de cualquier ejército”, lo
constituye, en la actualidad, el movimiento a favor de la igualdad
hombre-mujer.
1 comentario:
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