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jueves, 17 de octubre de 2019

Premio Nobel de Economía


La Academia Sueca ha concedido el Premio Nobel de Economía a Abhijit  Banrjee, Esther Duflo y Michael Kremer, “por su aproximación experimental al alivio de la población global”. Los dos primeros son profesores en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) en Estados Unidos, y el tercero posee una plaza en la Universidad de Harvard.
En la concesión de este Premio hay que distinguir dos aspectos, ambos  de gran importancia, uno, el objeto de estudio,  la pobreza y otro, la forma cómo se ha llevado a cabo ese estudio.
Reducir la pobreza es un reto descomunal y de gran importancia. “A  pesar de la mejora en los estándares de vida, más de 700 millones de personas todavía subsisten con ingresos extremadamente  bajos. Cada año, unos cinco millones de niños menores de cinco años fallecen por enfermedades que podrían a menudo ser prevenidas o curadas con tratamientos baratos. La mitad de los niños del mundo todavía abandona la escuela con unas capacidades básicas de lectura y aritmética”, recalca la nota de la Academia Sueca.
En cuanto la forma cómo se ha llevado a cabo el estudio, la Academia Sueca señala que los galardonados han introducido una nueva forma de dar respuestas fiables a esos problemas. Básicamente, se hacen preguntas sobre cuestiones concretas que pueden responder con experimentos concretos. En otras palabras, han tenido en cuenta que la economía es una ciencia social y no matemática.   El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha tomado gran parte de las decisiones durante la crisis financiera de 2008 utilizando hojas de cálculo. Más recientemente, en el informe anual del FMI 2018 se indica que “está elaborando hojas de cálculo para indicar de qué forma cada país puede mitigar los efectos del cambio climático”.  En este caso, las personas a las que se  ha concedido el Nobel de economía  no han empleado ninguna hoja de cálculo, sino experimentos de campo. Como dijo Esther Duflo en una entrevista telefónica: “se trata de llevar a cabo el laboratorio a la realidad para ver qué acciones públicas son las que funcionan, evaluándolas una a una de forma exhaustiva para luego analizar cómo pueden funcionar de forma combinada”.
Santiago Carbó, en un artículo de opinión publicado en la misma página en la que se indica a quienes se han concedido el Nobel de Economía (El País, 15 de octubre de 2019), señala:  “La ciencia económica dio un paso de gigante desde finales del siglo pasado cuando abrazó la psicología y los entornos experimentales. […] Los Nobel de Economía son, cada vez más signo de nuestro tiempo” La Economía es una ciencia social, no una rama de la matemática, como ya he dicho.” En la economía hay variables que no suelen estar en los modelos econométricos, como la dignidad y la esperanza”.
Según el jurado, durante los últimos 20 años, “sus hallazgos –los hallazgos de estos investigadores- han mejorado dramáticamente la capacidad práctica para combatir la pobreza”. Se indica en la noticia que “en unos experimentos en Kenia con una ONG, Kremer (uno de los investigadores premiados) empezó comprobando que los libros de texto y las comidas gratis no ayudaban a mejorar los resultados escolares. En cambio, Banerjee y Duflo (los otros dos investigadores) concluyeron que lo más efectivo eran programas de apoyo a estudiantes, ayudantes para los profesores y centrarse en los niños con más necesidades”.
“Gracias al trabajo de Banerjee y Duflo, las tutorías de refuerzo se han extendido a 100.000 escuelas en la India, beneficiando a más de cinco millones de alumnos. Y estas investigaciones se han prodigado en áreas como la sanidad, el acceso al crédito 0 la adopción de técnicas agrícolas. En general, sus estudios certifican que ampliar el acceso a agua potable es una de las inversiones más rentables para los países en desarrollo”.
“Según sus conclusiones, poner más recursos o recortar el número de estudiantes por profesor tiene un impacto limitado en la educación. Por el contrario,  funciona mucho mejor si se establecen los incentivos adecuados para los profesores. […] Entre sus descubrimientos está que los microcréditos apenas sirven para aumentar la inversión o el consumo”.
Duflo destacó que “esta ciencia también debería aplicarse para la pobreza del mundo desarrollado, en especial tras la Gran Recesión”.

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