"Hace apenas treinta años la poblacióm humana se ha incrementadoen cerca de dos mil trescientos millones de almas. eso quiere decir que en las tres últimas décadas se han sumado al mundo bastante más gente de la vivía en él en 1920 [...] Como rsultado hoy somos seis mil cuatrocientos millones de personas y cada año se añaden a esta cifra unos ocho millones más (!el censo mundial se incrementa con casi un cuarto de millon de personas cada día!). Es un crecimiento galopante, sobre todo si tenemos en cuenta que hace dos mil años, cuando nació Cristo, el número de habitantes del globo probablemente no excedía los tres millones y que para doblar esa cifra hubieron de transcurrir cerca de mil setecientos años (en el siglo XX, en cambio, la población se dobló en solo cuarenta años). Seguramente en toda la historia ninguna otra especie ha sido tan abundantecomo los humanos hoy, al menos en lo que atañe a nuestra biomasa, al peso corporal. Proporcionar los reursos suficientes para satisfacer las necesidades del cuarto de billon de kilos de Homo sapiens que acumulamos es una tarea improba, que da lugar a una enorme presión sobre las ecosistemas del planeta" Según explica Miguel Delibes de Castro a su padre, el escritor Miguel Delibes en la conversacion recogida en La Tierra herida. ¿Qué mundo heredarán nuestros hijos? (Círculo de Lectores, 2005)
Otra persona muy preocupada por ese tema es Jeffey Sachs, autot de Economia para un planeta abarrotado (Ed, Debate, 2008) actualmente, se desempeña
como director del Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia y profesor de
desarrollo sostenible y de gestión y política en esa misma universidad; durante el período
2002 a 2006 fue director del Proyecto del Milenio de las Naciones Unidas y consejero
especial del secretario general de la ONU Kofi Annan en los objetivos de desarrollo del
milenio, las metas internacionales para reducir la pobreza, las enfermedades y el hambre
en 2015; lo que hace que el libro esté enriquecido por su experiencia en dichas institu-
ciones. Sachs, logra que el lector reflexione y se de cuenta que no todo está perdido, que
aún quedan muchas acciones por emprender en pro de conducir a la humanidad hacia
un desarrollo sostenible; solo depende de compromisos reales de todas las naciones, en
especial el aporte de aquellas desarrolladas
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