En 1993, cuando abrió sus puertas el Museo Internacional del Holocausto en Estados Unidos, el escritor y premio Nobel de la Paz Eliazer Wiesel afirmó que aquel museo era "una institución sobre la responsabilidad moral y la responsabilidad política". Según distintos observadores, Wiesel no se refería a la responsabilidad de los culpables concretos del desastre, sino a la responsabilidad de la ciudadanía ante el desastre. O dicho de otro modo, a las consecuencias derivadas de la ausencia de responsabilidad política en los ciudadanos, algo que, con anterioridad, había expuesto el eminente psiquiatra y filósofo alemán Karl Jarpers en la universidad de Heildelberg durante los meses de enero y febrero del semestre de invierno de 1945-1946 y que ha sido recogido en un texto titulado El problema de la culpa (editado en España en 1998).
Karl Jaspers tuvo el inmenso valor de preguntarse en voz alta lo que casi todo el mundo mascullaba en sus adentros: "¿Eran todos los alemanes culpables de las atrocidades del régimen nazi?" Es lógico pensar que el régimen de Hitler no podía haber funcionado con la voluntad de un individuo solo: la mayoría de la población debió colaborar con el mismo, unas veces de forma activa y otras pasiva. Después de la guerra, era corriente que la gente acusara a sus dirigentes de haberles llevado a hacer el mal mediante una especie de seducción demoniaca. Los alemanes no querían hablar de culpa, cuando ellos habían sufrido tremendos bombardeos, perdiendo sus seres más queridos y sus viviendas. Pero Jarpers creía en la necesidad de que Alemania realizase un examen de conciencia acerca de unos crímenes realizados con una planificación inhumana.
Como psiquiatra y filósofo, Karl Jaspers distingue cuatro tipos de culpa: culpa criminal, moral, política y metafísica. Mientras que las tres primeras son personales e intransferibles -únicamente la culpa criminal atañe a los tribunales de justicia; en la culpa moral y política el acusador es uno mismo- la culpa metafísica puede ser colectiva y heredada. La culpa metafísica está relacionada con la responsabilidad. En palabras de Jaspers, "hay una solidaridad entre hombres como tales que hace a cada uno responsable de todo el agravio y de toda la injusticia del mundo, especialmente de los crímenes que suceden en su presencia o con su conocimiento. Si no hago lo que pueda para impedirlos soy también culpable".
Para Jaspers siempre existe la posibilidad de oposición y se dio escasamente entre los alemanes, que de una forma u otra se aprovecharon de las ventajas que les ofrecía el régimen, mientras sus vecinos judíos eran deportados ante sus ojos.
Son unas precisiones -la sociedad en su conjunto también fue responsable- cuya actualidad sigue vigente. Y sobre las cuales será necesario volver a insistir.
3 comentarios:
Esta misma cuestión es aplicable al medio ambiente. Todos somos responsables, en menor o mayor grado, de su deterioro. No reaccionar ahora nos hace, ya no irresponsables, sino culpables ante nuestra conciencia y ante las generaciones venideras, que heredarán una tierra asolada por el egoísmo a ultranza de sus padres.
Al igual que existe delito por omisión de ayuda, existe una culpa inmensa que nos atañe a todos a consecuencia de nuestra inacción patente. El mundo puede cambiarse, pero hay que quererlo y, acto seguido, llevarlo a la práctica.
Observar y transigir los abusos de nuestro tiempo nos pasará factura. Puede darse el caso de que no quede nadie para juzgar.
Muchas gracias a los dos por vuestros comentarios. Estoy totalmente de acuerdo con vosotros.
Un saludo
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