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sábado, 5 de enero de 2013

Privatización de los servicios de sanidad. Razón ideológica

     Como se indica en la entrada anterior, la razón por la cual se privatizan los servicios de sanidad no es de naturaleza económica, sino que reside en la actitud dogmática, el integrismo, de ciertos sectores políticos, que sin atender a la realidad, son partidarios del actual sistema económico, a pesar de que supone un grave retroceso en el proceso de humanización de la especie humana. (Según el diccionario de la RAE, "integrismo" es la "actitud de ciertos sectores religiosos, ideológicos o políticos, partidarios de la inalterabilidad de las doctrinas", generalmente, se puede añadir, por avaricia, codicia y/o egoísmo.

     Una de las instituciones multilaterales en las que se basa este sistema es el Fondo Monetario Internacional (FMI) que, junto con el Banco Mundial, ante los problemas creados por el sector financiero, obligó a la aplicación de su política de siempre, a pesar de su falta de efectividad y abundancia de fracasos: austeridad presupuestaria, que lleva implícita la privatización de todos los servicios públicos y la eliminación de cualquier tipo de subvenciones o ayuda gubernamental.

     Otro importante pilar del sistema lo constituye la Organización Mundial de Comercio (OMC). ¿Qué añadir a lo indicado en su Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS) en general y los servicios públicos, en particular? ¿Qué decir acerca de las instancias por las que fue creada la misma OMC? ¿Qué decir acerca de la consideración de la sanidad, el trabajo, el agua potable, los alimentos, etc. como mercancías, de las que solo podrán disfrutar quienes tengan dinero para pagarlas? ¿Qué decir de la naturaleza ademocrática de la OMC, que ha permitido que siempre haya estado gobernada por Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá y Japón ?

     El comercio internacional ciertamente necesita reglas, pero dichas reglas deberían dar prioridad a las personas por encima del fortalecimiento del poder empresarial. En este blog se han publicado algunas de las propuestas de reforma, a pesar de que están muy lejos de ser aprobadas, por no ser del agrado de los países ricos.

     Ahora, en Europa, el AGCS conducirá al desmantelamiento de un sistema, el Estado de Bienestar, que ha costado mucho trabajo implantar y ha aportado importantes e innegables beneficios.  Ahora los servicios públicos perderán su condición de "derechos" (no podrán ser reclamados por todos) para convertirse en "mercancías" (que solo algunos podrán comprar), por lo que no solo será imposible eliminar la pobreza y la desigualdad, sino que aumentará las diferencias entre ricos y pobres dentro de un mismo país.

     Para el Tercer Mundo, las cosas no eran muy distintas antes de crearse la OMC. El Banco Mundial y el FMI, abandonaron su objetivo inicial y se convirtieron en instituciones  que trabajaban a favor de las empresas de los países ricos, cuya cifra de negocios aumentaba con la liberalización.

     Ahora, países de la Unión Europea están obligados a tomar las medicinas que, de forma egoísta, han venido recetando a los países subdesarrollados.  ¿No recuerda esto al efecto boomerang?  El sistema económico, del que estoy hablando, no distingue entre países ricos y pobres: solo le interesa el dinero

3 comentarios:

J. Felipe dijo...

Sin duda. Es obvio que esta crisis es la consecuencia de la implantación, o su intento, de un modelo socioeconómico sujeto de forma absoluta a la doctrina liberal. O, mejor dicho, a la forma más ultra-ortodoxa de entender el liberalismo.
De ahí que, muy a pesar de lo que dicen sus representantes -tal es el caso de M. Rajoy-, estamos ante una crisis con un clarísimo cariz ideológico.

La desregulación de todos los sectores de la industria, las finanzas y el comercio, así como la desinhibición del Estado de sus competencias en todo lo que se refiere a los servicios públicos, responde a esa peculiar interpretación de los llamados monetaristas de la economía neoclásica que entienden que, al igual que la naturaleza actua de forma fehaciente conforme al orden natural, la economía ha de regirse por los mismos principios. Será esta la que se ejecute y reordene constantemente conforme al orden natural de las cosas.

Pero esta teoría falla estrepitosamente, por cuanto en la economía existe un factor externo absolutamente determinante como es la acción del hombre. El pensamiento humano esta sujeto a numerosos factores que pueden influenciarle tanto para bien como para mal y, por desgracia, conceptos como la avaricia, la codicia, la vanidad y el egoísmo parecen indisolubles de la condición de los seres humanos.

Y en eso estamos. Por tanto es necesario romper está dinámica suicida y está en manos de las personas, solo de las personas, la solución a tamaño despropósito.

Un saludo.

Juliana Luisa dijo...

Un excelente comentario. Más que un comentario es un lección de economía social. Los ciudadanos son los únicos capaces de romper esta dinámica; para ello, creo, que hay que cambiar la mentalidad de muchas personas y no desanimarse si se comete un error, en la confianza de que cualquier situación será mejor que la actual.

Muchas gracias por tu aportación.

Un saludo

Óscar Gartei dijo...

Hay que reeducar integralmente a la sociedad, preconizar valores radicalmente opuestos a los que hoy predominan y envenenan este mundo y esta humanidad. Es una auténtica locura lo que estamos haciendo, y que en pleno siglo XXI haya gente muriéndose de hambre, o por dolencias perfectamente tratables. Y al igual que esas muertes evitables son graves, más lo es que occidente permanezca indiferente, ofuscado por sus propios problemas -que se derivan exactamente de la misma enfermedad-: egoísmo.