En la actualidad, cualquier problema en una región o país,
instantáneamente, se convierte en mundial.
Por ejemplo, el virus de la
gripe, el ébola, el mosquito zika..no afectan solo a un país ni siquiera a un
continente; la desigualdad económica
entre países o dentro de un mismo país conducen a problemas de migración o
puede ser origen de actos terroristas; las consecuencias del cambio climático
están siendo sufridas incluso para aquellos que nunca han emitido gases
contaminantes; problemas en el economía
de un país repercute en todos los demás;
etcétera
En el siglo XXI, no puede pensarse en una
solución militar, no solo porque ahora
las armas de que se dispone son extremadamente peligrosas, sino también porque,
como hemos visto en más de una vez, la
imposición militar como solución mayor no garantiza nada: la guerra además de no
resolver nada, es muy peligrosa para todos.
Si todos somos habitantes del mismo planeta y
todos los problemas son de todos, no
parece aceptable sentirse miembros de un solo país. Los problemas se podrán
resolver más fácilmente si todos nos consideramos ciudadanos del
mundo.
Sin duda, se dan las condiciones para que se
cumpla el sueño de Cicerón (Marco Tulio Cicerón, político, filósofo, orador y
escritor romano que vivió desde el año 106 al 43 antes de Jesucristo). “Crear
un mundo de ciudadanos cosmopolitas que conviven con las mayores posibilidades
de libertad y que se guían por unas normas éticas que aspiran a la justicia”.
Según Arnold Toybee, historiados británico
que vivió entre 1889 y 1979, “LA Humanidad quizás tenga que elegir entre dos
alternativas extremas: suicidarse o aprender a vivir en lo sucesivo como una
familia única”.
Jeremy Rifkin, en su libro La civilización empática. La carrera hacia
una conciencia global en un mundo en crisis (2010.14) dice: “Quizá la
cuestión más importante a la que se enfrenta la Humanidad es si podemos lograr
la empatía global a tiempo para salvar la Tierra y evitar el derrumbe de la
civilización”.
Se consideraron ciudadanos del mundo Albert Einstein (1879.2953) , el científico
más conocido y más popular del siglo XX, alemán de origen judío; Bertrand
Russell (1872-1970), británico, filósofo, matemático, escritor, activista social,
Premio Nobel de Literatura. Thomas Paine, intelectual inglés y revolucionario
americano, uno de los Padres Fundadores de Estados Unidos, decía: “Mi país es
el mundo y mi religión hacer el bien”.
En la actualidad, son claros
defensores del concepto de ciudadanos del mundo, Martha C. Nussbaum, (1947- ) filósofa galardonada con el Premio Príncipe de
Asturias 2012; y Jesús Mosterin, (1941-
) filósofo español, desde 1996 Profesor de Investigación del Instituto
de Filosofía de CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas); David
Held (1959- ) sociólogo, catedrático de Ciencia Política en la London School of
Economic. De todos sus libros, ha sido traducido al español el titulado La democracia y el orden global. Del Estado
moderno al gobierno cosmopolita (1997, Barcelona, Paidós) del que books.google ofrece una vista previa.
Colaborador de David Held es
Daniele Archibugi, uno de los promotores
de la creación de un Parlamento Mundial de elección directa, que trabaja en el
Consejo Nacional de Investigación italiano en Roma y miembro del Consejo asesor de la revista
Papeles de Relaciones Ecosociales y Cambio Global, editado por el Centro de
Investigación para la Paz (CIP-Ecosocial) de Madrid.
Ciudadano del mundo se sentía
mi padre, inspector veterinario, fallecido en 1974.
Continuaré con este tema en
otras “píldoras para pensar”. Me parece muy importante.
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