En el periódico
El País del 30 de diciembre de 2017
he leído un “publirrepartaje” de Coca-Cola,
en el que, después del título “Aliados del desarrollo Social” se añade:
“Impulso al empleo y a la actividad local, promoción de la cultura y el deporte,
compromiso con la sostenibilidad … El impacto de Coca-Cola en la economía y el
bienestar social en todo el territorio” español.
En este
trabajo, se indica que Coca-Cola “se ha marcado como meta “proteger los
recursos hídricos con el fin de preservarlos para generaciones futuras”; además,
señala que “utilizará la capacidad de trasformación de sus marcas para generar una cultura del reciclaje entre
proveedores, clientes y consumidores; menciona su aportación al “arte, cultura,
deporte”; y no olvida señalar su convencimiento de que “el mundo sería un lugar
mejor con el empoderamiento de las mujeres como motores del progreso económico
y social”. “Tratará que las mujeres ocupen, al menos, el 40% de los puestos directivos”.
En un
apartado titulado “Sostenibilidad y lucha contra el cambio climático” indica
que “el 100% de la electricidad que consumen todas las plantas y oficinas del
país provienen de fuentes de energías renovables”, que “entre 2010 y 2016 Coca-Cola en España ha logrado reducir un 70% su huella
de carbono” y que Coca-Cola se ha comprometido a que el 100% de sus principales
ingredientes agrícolas y materias primas provengan de recursos sostenibles”.
Sin embargo,
hay algo que no soy capaz de entender: la forma como la “mayor parte del gasto de
los consumidores españoles en productos de Coca-Cola, también beneficia a la
actividad económica nacional. … De cada uno de esos euros, 82 céntimos
permanecieron en el país en forma de ingresos en los hogares, las empresas
locales y el propio Estado”. ¿Ignorancia mía?
Se me ha
ocurrido resumir este publirreportaje para poner de manifiesto, por una parte, cómo
la publicidad está en todas partes: esmerados
folletos que nos regalan cuando compramos el periódico, que nos introducen en
el buzón para la correspondencia, que interrumpen las noticias y todos los
programas de televisión, incluso en los programas para niños, etc.; y por otra
parte, para hablar de las grandes empresas multinacionales y poner de
manifiesto que en ellas no es todo de color de rosa, como se indica en la
propaganda.
En El libro negro de las marcas. El lado
oscuro de las empresas multinacionales, ya mencionado, sus autores, K. Werner y H- Weiss, describen (2002:482-
283) algunos de los más importantes lados oscuros de Coca-Cola. “El 20 de julio
de 2001, el sindicato colombiano Sinaltrainal presentó en Florida, con el apoyo
del estadounidense Ubtd Steel Wrkerd of Amrica y el International Labor Rights
Fund, una demanda contra Coca-Cola y sus socios. Según se afirma en la demanda,
escuadrones se la muerte paramilitares, que habían cometido asesinatos,
secuestros y torturas contra miembros del sindicato, lo habían hecho como entes
de la empresa demandada. Cinco
sindicalistas fueron asesinados y otros 65 fueron amenazados de muerte.
En total, más de 1.800 miembros de los sindicatos fueron asesinados en Colombia en la última década”. No fue
Colombia el único lugar donde Coca-Cola tuvo problemas de este tipo.
“Según la
emisora británica BBC, Coca-Cola contaminó en el año 2003 grandes superficies
agrícolas en el sudeste indio con productos químicos altamente tóxicos y en
parte cancerígenos, como el plomo y el cadmio. Además, se reprochó a la
multinacional su exagerado consumo de agua, que provocó una sequía con
consecuencias catastróficas para la agricultura local. En las protestas contra
la multinacional fueron detenidas 300 personas”.
Como ya he
indicado en la entrada antes señalada, la ONG Amnistia internacional ha informado de que, en la actualidad y por
un procedimiento análogo al empleado por Coca-Cola, se están cometiendo
crímenes contra ambientalistas y activistas proDerechos Humanos: en los dos
últimos años ha contabilizado 437 muertes violentas.
La bebida de
color marrón que vende Coca-Cola además
de no ser aconsejable desde el punto de vista ético, es poco saludable: crea
adicción, “veneno en pequeñas dosis”, decía mi profesor de Químicofísica,
Universidad de Murcia.
2 comentarios:
Y con esto, está todo dicho. Ahora bien, muchos seguirán mirando para otro lado.
Sin duda, muchos seguirán mirando para otro lado, pero confío que algunos tengan en cuenta quién es realmente Coca-Cola. Sin duda no es la única gran empresa la que se comporta de ese modo. ¿Qué pasa, ahora, en el Amazonas?
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