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martes, 16 de octubre de 2018

Reducción de dióxido de carbono



He leído en el periódico El País  una noticia titulada “La lucha contra el CO2 en el transporte divide a Europa”.  El CO2, dióxido de carbono, es el gas de efecto invernadero que más contribuye al calentamiento global de larga duración y  dada la extrema importancia que tiene el cambio climático, me  he considero oportuno comentar el contenido de esa noticia.
La noticia empieza diciendo: “Europa afronta dividida una de las batallas cruciales en la lucha contra el cambio climático: eliminar el dióxido de carbono (CO2) del transporte por carretera, que acumula cerca de un cuarto de las emisiones de la UE”.
¿Qué es el cambio climático? Se está hablando tanto de él que probablemente diga lo que ya todos ustedes saben. Perdonen, pero es que “adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos” es  uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) aprobados el 25 de septiembre de 2015 por los 195 miembros de Naciones Unidas. Una muestra de la importancia del fenómeno del cambio climático para llegar a un mundo sostenible es el hecho de que en la colección de 11 libros que presentado el periódico El País y la FAO sobre “El estado del planeta”, el número 2 estaba dedicado al cambio climático. ¿Es a irreversible? ¿Qué podemos hacer?
“Si, con nuestras acciones, provocamos alteraciones graves en el clima o en otro aspectos de su funcionamiento, seremos nosotros quienes suframos las consecuencias. Ellos, el planeta y sus océanos, de una forma u otra, seguirán aquí. En realidad somos nosotros, los humanos, quienes estaríamos en riesgo de desaparecer. […] Estamos configurando un clima en el que no podremos seguir viviendo. O al menos, no como lo hemos hecho hasta ahora”. En el fondo lo que está en juego es el futuro de nuestros hijos y el de los suyos.
Expuestas, muy brevemente, las consecuencias del cambio climático, vuelvo a la noticia. ”La  ambición en la lucha contra el calentamiento global de Alemania –que durante las negociaciones previas al Acuerdo de París de 2015 formó un bloque de presión con los EE. UUU. de Barack Obama y la China de Xi-Jinpink- se ha desdibujado. Y ahora lidera el bloque de países de la EU que quieren ralentizar el proceso de recortes de emisiones de CO2 (el principal gas de efecto invernadero) del transporte por carretera por el temor de dañar a la industria automovilística”. ¿Se merece la industria automovilística ese temor? Sin duda, no. La industria automovilista se destaca por la multitud de trampas, de todo tipo, que ha hecho para ocultar la magnitud y composición de las emisiones emitidas por los coches que sacan a la venta. Además del caso de Volkswagen, la respuesta del sector ante el número de muertes debidas a la contaminación atmosférica y el acuerdo entre varias compañias para no aplicar tecnologías que permitían reducir las emisiones, hoy mismo nos enteramos que “la policía registra las oficias de Opel por el fraude del diésel”. Ese fraude es el protagonizado por Volkwagen hace unos años.
Otra excusa del Gobierno de Angela Merkel es la pérdida de puestos de trabajo. No entiendo el cambio de actitud de Alemania. ¿Cuándo puestos de trabajo se perderán debido a la inteligencia artificial?  
Eurpnews, en una noticia tituada "Urge limitar el calentamiento global a 1,5ºC", informaba que el 13 de octubre miles de manifestantes habían salido "a las calles de París presionando al gobierno francés y a la comunidad internacional para exigir más políticas contra el cambio climático. Unas movilizaciones que también se han convocado en Ginebra y Bruselas". Además se decía: "Necesitamos una transición global con respecto a cómo nos desplazamos, producimos, consumismos y comemos. Desde la energía a la planificación urbana y agrícola para reducir las emisiones". Se está demostrando que solo los ciudadanos podrán hacer efectiva podrán hacer efectiva esa transición.

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