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domingo, 22 de septiembre de 2019

Clima


Se habla de la ralentización de la economía global, de crisis económica y de guerra comercial, pero nada de desarrollo sostenible. Cosas del neoliberalismo y la globalización. El objetivo principal, aunque no único, de esta “entrada”, es poner de manifiesto que el actual sistema económico-social nos lleva al precipicio, es incompatible con la búsqueda de un desarrollo sostenible.  Debo confesar que no voy a decir nada de lo que ustedes pueden haber leído en los periódicos. Pero, dado que el objetivo del vigente sistema es que consumos -para contribuir al crecimiento económico-, pero no pensemos –una pérdida de tiempo-, creo oportuno una repetición, no todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), sino solo el que se refiere a la necesidad de hacer frente al cambio climático. La ONU alerta de que el cambio climático está relacionado con la falta de disponibilidad de alimentos y el aumento (en frecuencia e intensidad) de las sequías, las inundaciones y los huracanes se hacen más graves.
Hace unos días, Luis Alfonso de Alba, enviado especial de la ONU para la cumbre a celebrar en Nueva York, explicaba que pretendía que dicha cumbre no fuera una cumbre de discursos, sino de una cumbre enfocada a identificar acciones concretas, dirigida de manera directa a los jefes de Estado o de Gobierno, a quienes se les pide que revisen sus compromisos de recorte de emisiones para que se logre que el incremento de la temperatura se quede en unos límites no tan catastróficos.
La secretaría general de la ONU ha pedido que en 2050 se alcance la neutralidad de carbono –que la cantidad de CO2, expulsada a la atmósfera sea igual a la capturada, por ejemplo, a través de los bosques-. No se trata de una petición arbitraria: está avalada por los informes del IPCC –las siglas en inglés del Panel Intergubernamental del Cambio Climático. Esta institución fue creada en 1988  por la ONU y la Organización Mundial de Meteorología (OMM), con el objetivo de  contar con una fuente rigurosa e imparcial de conocimientos sobre el  cambio climático y mantener actualizada la información sobre sus repercusiones medioambientales y socioeconómicas.
En octubre del año pasado, el IPCC difundió un informe que ha resultado determinante sobre los beneficios de intentar que el incremento de la temperatura global no sobrepase los 1,5 grados respecto a los niveles preindustriales. De Alba reconoce que, en algunos casos, como EE. UU., el compromiso se ha reducido, pero destaca a otros actores al margen de la Casa Blanca, como “los poderes locales y las empresas”.  El cambio climático no es un tema medioambiental, supondrá una transformación de la manera en la que producimos y consumimos.
El 27 de septiembre está prevista una gran convocatoria de protesta global, lo que se ha denominado “huelga mundial por el clima”. En España, se prevé que las manifestaciones  en las principales ciudades serán multitudinarias.  A ella se han sumado no solo ecologistas, sino también colectivos de toda clase, como el centenar de escritores españoles que se han adherido ya a un manifiesto de apoyo a la huelga climática.
El secretario general de la ONU, António Guterres, cree que “no existe aún voluntad política en la lucha contra el cambio climático”. “¿Quién paga los subsidios a los combustibles fósiles? Nosotros que somos los contribuyentes, y yo no quiero que el dinero de mis impuestos sirva para aumentar la acción devastadora de los volcanes o para acabar con los glaciares”.
Como nos enseñó Heráclito, hace 2.500 años todo cambia y nada permanece. En estos momentos, el mundo está cambiando a toda velocidad, empujado por fuerzas distintas. Por una parte, están las fuerzas del mercado y, por otra, el empuje de la sociedad civil, tercer sector social. La primera nos conduce al cataclismo, debido a que sus dirigentes desconocen las características del planeta Tierra en que vivimos: un sistema cerrado en el que no todo son mercancías.  Cerrado significa que solo intercambia con el exterior energía. El cambio climático es consecuencia de no obrar de acuerdo con las reglas de la Naturaleza.  

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