La estrategia ReArm Europe que impulsa la Comisión Europea está abriendo en algunos países el debate de recuperar el servicio militar obligatorio. Este debate es una manifestación de la cultura de la militarización que se está pretendiendo introducir en las sociedades europeas.
Las tensiones en la relación transatlántica, la guerra de Ucrania y el auge de movimientos ultranacionalistas en Europa suponen un gran desafío para los valores de paz, derechos humanos y democracia en los que se fundamenta la UE, que se creó para la paz tras dos guerras mundiales y millones de muertos en su territorio, con el objetivo de que tal horror no se volviera a repetir. Y en este proceso de construcción y afirmación de la paz la mayoría de los países de la UE eliminaron la mili. Su hipotética recuperación sería un paso atrás que debemos evitar.
El servicio militar obligatorio participa de esa militarización del discurso público de que la guerra es una solución viable a los problemas internacionales, en oposición al fomento de la cultura de paz, en la que destacan como elementos troncales la diplomacia y la construcción de relaciones basadas en lo cooperación, la confianza y la empatía entre ciudadanos, comunidades y naciones.
Reinstaurar el servicio militar en España implicaría destinar importantes recursos económicos y humanos para ello. Tendría una incidencia directa en áreas prioritarias como la sanidad, la educación y los servicios públicos. Y su aceptación parece sudosa, ya sea por la ausencia de una amenaza militar directa o por la experiencia histórica con el servicio militar. La mili es un elemento del pasado ya superado, y una parte significativa de la sociedad se opone a su reintroducción. El movimiento pacifista está convencido de que hay alternativas para avanzar hacía la paz. (Fuente: Un Paso atrás que debemos evitar, Manuel de la Rocha Rubí, presidente del Movimiento por la Paz (MPDL). El País,9 de abril de 2025).
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