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martes, 22 de mayo de 2012

El G-8

     En noviembre de 1975, bajo la égida de Estados Unidos, se reunieron los mandatarios de los seis mayores países industralizados -Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Italia y Reino Unido- para analizar las perturbaciones económicas que produjo la crisis del petróleo. Así, nació el G-6, que en 1996 se convirtió en G-7 con la incorporación de Canadá y, en 1997, en G-8 con la de Rusia. El objetivo del G-8 era "analizar, conjuntamente, una vez al año, la marcha de la economía mundial y tomar las medidas más convenientes a la creación de riqueza y ...a sus intereses". (José Vidal-Beneyto "Impugnación al G-8")

     "Este club de privilegiados, que representa el 15 por ciento de la población del mundo y totaliza cerca del 60 por ciento de la producción del planeta, aspira a gobernar, bajo la batuta de Estados Unidos, todas las decisiones importantes. La invocación de la condición democrática de los Estados que lo componen no vale, pues esta legitimación les ha sido otorgada para cuestiones nacionales, no para asuntos del mundo".("Impugnación al G-8").

     La toma del gobierno del mundo por instituciones ademocráticas, del que el G-8 es parte, implica una debilidad de la democracia, falta de calidad de la misma. "Los ciudadanos no se sienten representados por quienes toman las decisiones últimas, por quienes se reúnen y marcan las tendencias, los caminos por los que va a discurrir la Humanidad. (...), es un proceso que no hemos elegido los ciudadanos, que no hemos votado y que, no haciéndolo, nos perjudica como ciudadanos (aunque algunas veces nos alegre como consumidores). Lo principal es que nos distancia de la participación ciudadana, nos anestesia de lo público, de lo colectivo". (Hij@, ¿qué es la globalización? La primera revolución del siglo XXI ). Esa falta de democracia fue una de las razones por las que el movimiento social alternativo se manifestaba en todos los lugares en lo que se celebraban sus "cumbres".

     En 1999, año en que celebró sus puesta de largo en Seattle, este movimiento, después de haber recogido 25 millones de firmas, exigió y consiguió del G-8 que se comprometiera a anular la ilegal e injusta  deuda de los 40 países más pobres de la Tierra. Al año siguiente en la reunión en Okinawa (Japón) este movimiento insistió en lo mismo, al igual que lo hizo en Génova en 2011; pero, en esta ocasión, los miembros de G-8 ya no se disculpan por su incumplimiento, sino que afirman que las circunstancias obligan a abandonarlo.

      Este año la reunión se ha celebrado en Camp David (Maryland) para "huir de las protestas". ¿Qué temas se han analizado? En el periódico EL MUNDO se dice: "La cumbre celebrada en la residencia presidencial de Camp David, en las afueras de Washington, ha finalizado con el acuerdo entre los líderes de los países más industrializados de que el camino contra la crisis pasa por "el crecimiento y la creación de empleo" como la principal prioridad" al tiempo que se continua el proceso de reformas estructurales [entiéndase, privatizaciones, reducción del gasto público, etc.] para reducir la deuda". Prácticamente lo mismo se puede leer en EL PAÍS y en LA VANGUARDIA. 

     Esos son los problemas que el G-8 considera más importantes en relación con la economía mundial. Nada acerca de la necesidad de regular el sector financiero para evitar estas crisis, nada de buscar (que las hay) soluciones para  que no sean los ciudadanos los que deben rescatar a los bancos, nada sobre el cambio climático, nada de los problemas de hambre que afectan a miles de millones de habitantes de la Tierra, tanto en los países del Sur como los países del Norte, ....  Nada de nada; solo austeridad y, si acaso, crecimiento económico.

5 comentarios:

Diego Escribano dijo...

Resulta tan lamentable como inquietante que algunos sigan empeñados en aplicar las mismas recetas.

Lorenzo Garrido dijo...

HdP, eso es lo que son nuestros dirigentes.

Juliana Luisa dijo...

Pero el movimiento social alternativo (altermundista)hacia algo (creo que sigue haciendo), y nosotros ... Conviene seguir hablando.

Un saludo

Óscar Gartei dijo...

El G8 y muchos otros organismos de nuestro tiempo, con sus respectivos dirigentes, acabarán ganándose el título honorífico de criminales y terroristas, y la historia los juzgará en consecuencia. Si por avatares del destino no es así, el dinero acumulado y las maldades emprendidas no los salvarán de la corrosiva caricia de la muerte y de sus legiones de anélidos voraces. Así pues, para mí pagarán tarde o temprano sus barbaridades, y me alegraré por ello.

Juliana Luisa dijo...

Estimado Elemento Cero, tampoco se trata de ser vengativos.

Un saludo