Ha recibido un correo electrónico de un amigo, invitándome a leer una noticia publicada en el periódico EL MUNDO: Las fábricas chinas se marchan a África. La noticia me ha parecido lo suficientemente interesante como para interrumpir los comentarios acerca del informe al Club de Roma, Factor 4. Duplicar el bienestar con la mitad de los recursos naturales.
En la noticia se indica que el Banco Mundial, a través de un informe, titulado Todo sobre empleos: de Asia a África, había indicado: " Ha llegado el momento de que África profundice en la manufacturación y se apodere de unos 85 millones de empleos potenciales ya que los salarios reales están creciendo en China y las empresas de ese país buscan fuera para recolocarse". El periodista dice que "según el Banco Mundial, la productividad en las empresas etíopes 'bien dirigidas' es similar a la china y vietnamita, sin embargo, pagan una cuarta parte de los salarios chinos y la mitad de los vietnamitas, siendo los costes salariales, lo que incluye impuestos y cotizaciones sociales, 'aún inferiores'. Entre los ejemplos que menciona el Banco Mundial considero interesante destacar el caso de una empresa etíope que ha abierto su mercado la Unión Europea. "Especializada en producir flores, su éxito ha dado trabajo a cincuenta mil persona". En resumen, "Banco Mundial urge al continente subsahariano a aprovechar la 'erosión' que produce en el fábricas chinas el incremento de los costes laborales y el aumento de la regulación laboral".
Esta práctica, conocida con el nombre de "deslocalización", ya ha sido empleada por los países industrializados y ampliamente analizada por distintas personas y colectivos. Por ejemplo, María Novo, en su libro En desarrollo sostenible. Su dimensión ambiental y educativa, (pág. 75) indica: "En realidad, tiene duras repercusiones para los trabajadores de los países ricos que, en muchos casos, pierden sus empleos, y para los nuevos asalariados de los países pobres, que adquieren empleo pero han de renunciar a muchos de los derecho y conquistas sociales del Norte antes de haber podido acceder a ellos".
Uno de los muchos foros en los que se ha analizado este proceso es el seminario "Ecología y subdesarrollo", organizado en Barcelona por la Fundació Alfonso Comín en abríl-mayo de 1993. Uno de los participantes en ese foro fue Eduardo Galeano, quien, a través de la descripción de casos concretos, mencionó las consecuencias del traslado a países suramericanos -entonces preferidos por los países industrializados- de grandes empresas "atraídas por los salarios enanos y la libertad de contaminación". Uno de los ejemplos se refiere, precisamente, al cultivo de flores.
"Colombia cría tulipanes para Holanda y rosas para Alemania. Empresas holandesas envían los bulbos de tulipán a la sabana de Bogotá, empresas alemanas envían esquejes de rosas a Boyacá. Holanda recibe los tulipanes, Alemania recibe las rosas y Colombia se queda con los bajos salarios, la tierra lastimada y el agua muda y envenenada. La socióloga colombiana María Cristina Salazar está investigado las arrasadoras consecuencias de estos juegos florales en la era industrial: la sabana de Bogotá se está secando y hundiendo, los insecticidas y los abonos químicos, aplicados a gran escala, están enfermando a las obreras y a las tierras de Bayacá". (Ecología solidaria, Ed. Trotta/Fundació Alfonso Comín, 1996, Madrid, págs.55-62)
En el mismo foro, y en varias ocasiones, se recordó un memorándum interno del Banco Mundial, firmado por el que era su economista jefe, Lawrence Summers. El informe que, al parecer, debía ser interno, pero cayó en manos de un periodista y, a fines de 1991, fue publicado por la revista The Economist y el diario The New York Times. "Según el documento, el Banco Mundial debía estimular la migración de las industrias sucias hacia los países menos desarrollados, por tres razones: la lógica económica, que aconseja volcar los desperdicios tóxicos sobre los países de menores ingresos; los bajos niveles de polución de las países más despoblados; y la escasa incidencia de cáncer sobre la gente que muere temprano".
7 comentarios:
Con estas prácticas todo el mundo sale perdiendo, a excepción de las empresas que mueven el dinero. Deberían estar prohibidas, pues atentan contra la naturaleza y contra la humanidad, y dejan bien claro la catadura moral de nuestra sociedad.
Esto hace aguas por todos los rincones, estamos locos por permitit el libre comercio. Las exportaciones sin un control racional y las importaciones descontroladas esta acabando con aquello que un dia fué un orgullo: LA GLOBALIZACION , hoy es un fracaso tal y como está constituida. Las instituciones son las culpables de todos estos males que azotan a una civilizacion que se llama a sí misma racional.
Como habréis visto el Banco Mundial alienta estos comportamientos, lo mismo que hace la Organización Mundial de Comercio. El FMI contribuye predicando (más bien, obligando) a hacer en los países del Tercer lo que está haciendo ahora con nosotros.
Solo los ciudadanos podemos cambiar a un mundo distinto. Lo dicen todos los expertos.
Un saludo a los dos
Hola, Juliana! Hace tiempo que sigo tu blog y realmente ofrece píldoras para pensar un futuro mejor, que son cada vez más urgentes y necesarias. Las reflexiones de este post me las he llevado, con tu permiso, a un nuevo blog que hemos iniciado yo y otra amiga periodista: Carro de combate. Se trata de denunciar el trabajo esclavo, las consecuencias de la cadena productiva en el sistema capitalista global y, en general, los sinsentidos de nuestro modo de producción:
http://www.carrodecombate.com
Entendemos que consumir es un acto político... Espero que os guste y si os inspira, nos encantará que nos escribais. Polemicemos y creemos...
Besos!
He leido la página que indicas y me ha parecido muy buena. He hecho un comenterio en el que te indico que puedo darte más casos.
Un saludo
Muchas gracias, Juliana! Lo leeré, y te seguiré leyendo.
Un abrazo
Muchas gracias a tí.
Un abrazo
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