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jueves, 3 de mayo de 2012

Un mundo imposible

     En contra de lo que debería ser, en la  nave espacial Tierra,  que según el economista Kenneth Boulding, representa el comportamiento de nuestro planeta, existe unos pocos pasajeros de primera viajan cómodamente, con toda clase de lujos, y un gran número que casi no tiene donde sentarse y no le llegan los servicios básicos de alimentación y sanidad con el agravante de que los ocupantes de los lugares más cómodos no están satisfechos y con el deseo de tener cada vez más están destrozando partes esenciales de la nave, algo que, sin duda, conducirá a que el viaje termine para "todos" los seres humanos.

     ¿Qué significa eso de que "están destrozando parte de la nave" y eso de que "conducirá a que el viaje termine para todos"? Significa que a pesar de que un habitante de Bangadesh traza una huella ecológica (muy por dejado de la que le correspondería), los habitantes más ricos han aumentado tanto la suya, que la huella ecológica media de todos los seres humanos es de 1,2 planetas Tierra. Desde los años 80, nuestro modelo de producción y consumo supera las posibilidades de regeneración de la biosfera. Ello no puede seguir así; estamos en un mundo imposible.

     Ante esta situación lo más sabio sería:

     - Intentar disminuir la huella ecológica de los habitantes que tienen valores más elevados, algo que no es difícil disminuir si se cambian algunas mentalidades y empiezan a conceder más importancia al ser que al tener. Con ese cambio, correctamente aplicado, aumentará, además, el bienestar de todos. Será necesario que como medida de progreso se abandone el Producto Interior Bruto (PIB), porque en él no existe ningún factor relacionado con ese bienestar.

     - No olvidar que en la nave espacial Tierra no habrá paz, si entre sus pasajeros existe una gran diferencia en el consumo de recursos y disponibilidad de espacio para los desechos. ¿Por qué?  Por una parte, porque los pasajeros de tercera clase empezarán a rebelarse y, por otra, porque la empatía de, cada vez una mayor proporción, de los pasajeros de primera les empujará a actuar.


     Para terminar, habría que señalar la necesidad de que "todos" los grupos humanos colaboren en la búsqueda de soluciones (solidaridad, no egoísmo; cooperación, no competición; vida social, no consumismo; calidad, no cantidad y productivismo). En la nave espacial Tierra todos somos tripulación. Ya se están haciendo importantes propuestas y algunos grupos han empezado a ponerlas en práctica.

 

   

2 comentarios:

Óscar Gartei dijo...

Me gusta la metáfora de la nave espacial y concuerdo con lo expuesto. Es insostenible el modelo actual, detalle que repetimos hasta la saciedad, pero unos pocos se empeñan en mantenerlo vivo porque les conviene. Entonces habrá que desposeerlos del poder de decidir, ya que al fin y al cabo son minoría, y reconducir esta locura a la razón. No concibo que en un mismo planeta, unos mueran por culpa de la obesidad y otros por el hambre. Hay un problema de concepto.

Juliana Luisa dijo...

Tienes razón al decir que son una minoría, pero una minoría con muchos poder, mientras que la mayoría en buena medida no ha empezado a hacer uso de su espíritu crítico.

Gracias y un saludo