Como se ha indicado en la entrada anterior, el sociólogo Enrique Gil Calvo sugiere como modelos de participación ciudadana dos tipos de movilización, la convencional y la no convencional e incluye dentro de la primera, entre otras cosas, la participación, directa o indirecta, en reuniones o debates. ¿Por qué se dice que, además de modificar algunos comportamientos de los gobiernos que se consideran injustos e inadecuados, este tipo de movilización puede conducir a un cambio de mentalidad? ¿Es necesario un cambio de mentalidad?
En un libro titulado El cambio de mentalidad. La promesa del siglo XXI (Editorial Centro de Estudios Ramón Areces, 2001), su autor Willis Harman, indica que "estamos inmersos en una de las transformaciones más críticas de la humanidad: el cambio del sistema de valores de la sociedad occidental" y señala la importancia del diálogo, a través de reuniones y debates.
Willis Harman empieza el libro analizando el cambio de paradigma que, en astronomía, tuvo lugar gracias a las ideas de Copérnico, para, a continuación, recordar un pequeño libro de Lewis Mumford publicado en 1956, The Transformations of Man, en el que éste, tildado de "último humanista del siglo XX" y "erudito entre los eruditos", señala que "obviamente, siempre están sucediendo pequeños cambios y, sin embargo, parece que en la historia hay determinados períodos en los que la sociedad atraviesa un cambio más fundamental, que involucra a todas las instituciones e incluso a los aspectos más básicos de la cultura", y recuerda que no ha habido más de cuatro o cinco "transformaciones" de este tipo a lo largo de toda la historia de la civilización. La más reciente es la que marcó el final de la Edad Media.
Aunque, en un principio, pueda parecer producto de la prepotencia que, generalmente, exhibe Occidente, la afirmación de Willis Harmam de que estamos "inmersos en una de las transiciones más críticas de la humanidad", puede ser cierta.
Muchos estudiosos, entre ellos el profesor Gil Calvo, indican que la actual crisis no es solo financiera, sino, además, ecológica y moral. Es decir, que no solo afecta al sector financiero, sino a aspectos básicos de nuestra cultura como es la consideración de que la economía es una actividad humana a la que no incumbe la ética o el desconocimiento de las neuronas espejo (crisis de valores) y la obsesión por ignorar las limitaciones que impone el carácter cerrado de nuestro planeta (crisis ecológica). Puesto que solo se puede hacer frente a estas crisis involucrando a "todas las instituciones" y a "los aspectos más básicos de la cultura", quizás estemos atravesando un "cambio fundamental".
Fundamental o no fundamental, la historia de la vida del ser humano es la historia de una continua evolución hacia distintas formas de hacer y de pensar cada vez más humanas; evolución, desde luego, no lineal, sino jalonada de importantes y peligrosos retrocesos. Sea o no necesario un "cambiofundamental, no es aventurado decir que estamos en uno de esos períodos de retroceso, no hace falta nada más que observar el desprecio que, principalmente en la actividad económica, se hace de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Según Willis Harman, una de las mejores formas de llevar a cabo un cambio de mentalidad es, como ya se ha dicho, el modo de participación que Gil Calvo califica de convencional.
Nota de optimismo. Willis Harman subraya que "ni el poder político, ni el económico, no el militar puede compararse al poder de un cambio de mentalidad".
4 comentarios:
Cambio de mentalidad provodado por el consumismo descontrolado de los últimos veinte años. Las generaciones de entre los 30 y 50 años han visto cómo los modelos que tenían establecidos en sus esquemas se han desvanecido y ahora hay que readactarse a la nueva situación. Será complicado cambiar, pero no imposible. La historia, como bien expones, está llena de cmbios y giros copernicanos....
Cordial saludo
pd.: gracias por tu comentario en el post sobre el artículo de Vincent.
Frenemos el consumo....con nuestros actos indivuduales les fastidiaremos el negocio!!! Cada vez somos más
Claro que se ha producido un cambio de mentalidad. Quizá no tan acentuado como el que pudiera darse a final de la Edad Media como mencionas en tu artículo pero sí que es obvio que la avaricia y la codicia que emana de unas buenas condiciones de vida ha causado un efecto tan hondo en las personas, tras un largo periodo de desarrollo como lo ha sido la segunda mitad del SXX, que nos ha conducido a la crisis actual.
Y ahora, después de tanto desatino puede que entre otras muchas personas se este produciendo un nuevo cambio en sentido contrario. aunque lenta, muy lentamente, más en cualquier caso de lo deseable.
Espremos que así sea.
Gracias por vuestros comentarios. El cambio de mentalidad, en un principio, nos parece difícil, pero después quizás no lo sea tanto. ¿Será porque he leido alguna cosa que me ha insuflado esperanza? Puede ser.
Un saludo y mis mejores deseos
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