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lunes, 10 de diciembre de 2012

Una política de la humanidad

     Sean cual sean las características de la especie humana, cada vez con más insistencia se indica la necesidad de una política que Daniel Innerarity, catedrático de Filosofía Politica y Social de la Universidad del País Vasco, ha llamado "política de la humanidad", porque debe de ser capaz de hacer frente a los actuales problemas que tiene la humanidad.

     Lo primero que debe tener en cuenta esa política es que es imposible  resolver problemas que afectan a todos, la humanidad  si no se modifica el vigente sistema económico-social. El único objetivo de este sistema es el crecimiento económico y, como una y otra vez se indica, ello lleva asociado el concepto de competitividad:  para crecer, desde el punto de vista económico, hay que aumentar el consumo, sobre todo, el consumo externo, y eso solo posible si se es capaz de competir con el resto de países que buscan el mismo objetivo.  En la teoría de juegos, la competitividad pertenece a los juegos de suma cero: uno gana y otro pierde, y ello no permite la solución de problemas que afectan a todos como el cambio climático y la gestión de los recursos naturales.(Son solo dos ejemplos)

     La solución se encuentra en modificar el eje alrededor del cual gira el sistema económico, es decir, cambiando de paradigma, mediante la sustitución del crecimiento económico por el de desarrollo humano. Ello lleva aparejada el cambio de la competitividad por la cooperación, por otra parte, coherente con la solidaridad y empatía del ser humano  y el carácter de sistema cerrado -recursos naturales limitados y limitado espacio para desechos- del planeta Tierra en el que vivimos. (Esta característica de sistema cerrado es común a todos los planetas, habitados y sin habitar).

     En palabras de Daniel Innerarity, "la lógica actual de competitividad internacional entre los Estados es incompatible con el tratamiento de los problemas globales y por eso mismo debemos avanzar hacia un modelo de cooperación".

     Sin embargo, la necesidad de sustituir la competitividad por la cooperación choca con los políticos acostumbrados a "un mundo de relaciones de fuerza no cooperativas" y, además, én estos momentos, supeditados al sistema económico imperante.

4 comentarios:

Luisa Hurtado González dijo...

Hola, ¿tienes alguna entrada relacionada con la "economía del bien común"?
Muchas gracias, Marisa

Camino a Gaia dijo...

En una palabra, aunque ya no podamos tener mas, consumir mas y producir mas, siempre podemos ser mejores de lo que somos. Debemos avanzar hacia el progreso cualitativo de la sociedad y de los individuos, frente al actual sistema cuantitativo que se derrumba ante nuestros ojos.
Un saludo

J. Felipe dijo...

Absolutamente de acuerdo. El crecimiento perpetuo y la competitividad parecen dos obsesiones de los gobiernos actuales. Hasta en España tenemos ya un Ministerio de la Competitividad. Y así nos va.

Con respecto a la Economía del Bien Común, recuerdo un artículo tuyo Juliana de no hace mucho tiempo. Por cierto que una de las referencias que tomo Felber, el promotor de la misma, fue el de la Constitución de Baviera, por cuanto contiene un artículo que dice que es obligación del Estado poner los recursos económicos del país al servicio del bien común de los ciudadanos. Como, de un modo u otro recogen la mayor parte de las leyes fundamentales de los países de nuestro entorno, como la propia Constitución Española. ¿Acaso no es tan facil como esto?

Un saludo.

Juliana Luisa dijo...

Hola Marisa, no solo tengo alguna entrada relacionada con la "economía del bien común", sino que, incluso, la he recomendado a más de una industria. De todas formas si quieres saber cómo funciona, te aconsejo ir a su página web, www.economia-del-bien-comun.org/

Como bien dices, Camino a Gaia, por encima de todo debemos intentar ser cada vez más humanos.

J. Felipe, de acuerdo contigo: cambiar competir por compartir y ser competente. Ya veo que recuerdas muy bien la "filosofía" de la "economía del bien común"

Un saludo a todos, por vuestros comentarios y por estar ahí.