Erich Fromm termina el libro El principio de la esperanza expresando su esperanza de que sea posible hacer humana a la sociedad tecnológica, pero la verdad es que, hasta ahora, poco o nada se ha hecho en este sentido.
En el momento en que las instituciones internacionales, con el beneplácito de los políticos de turno, fundamentalmente, en beneficio de las naciones ricas, convirtieron en mercancías todas las actividades humanas y, mediante la desregulación, separaron ética y economía, se puede decir que tuvo lugar el mayor avance en el proceso de deshumanización de la sociedad tecnológica. Ahora estamos sufriendo en "nuestras carnes" las consecuencias de esa deshumanización. Entre los "objetos perdidos" en este proceso, hemos perdido la democracia, surgida de la creencia de que todos, pobres y ricos, hombres y mujeres, blancos y negros, somos seres humanos libres. Ahora no hay seres humanos, solo hay mercados.
Quizá todo haya sucedido con demasiada rapidez: el ciudadano además de casi no tener tiempo para tomar conciencia de lo que estaba sucediendo, no estaba preparado para reaccionar. A continuación, unos párrafos de un artículo de opinión, publicado en el diario EL PAÍS, Responsabilidad generacional y presentado, a mi juicio, de forma muy acertada por Pau Solanilla en su blog "Espacio de Ideas", en una entrada que titula "Cuarentones ¿generación fracasada? La generación de la obediencia. Todo aquello por lo que NO luchamos ...":
"Crecimos al mismo tiempo que se desarrollaba el Estado de Bienestar, viendo cómo nuestras casas siempre se hacían más grandes, cómo los coches eran cada vez mejores, cómo casas y coches se multiplicaban",
Mi generación se ha limitado a hacer siempre lo que se suponía que debía hacer. Cuando nos dijeron que estudiáramos, estudiamos. Cuando nos dijeron que compráramos, compramos. Los más borregos entre los borregos, educados para cosechar las mieles de una felicidad anodina, ni siquiera hemos protagonizado un breve episodio luminoso. Por miedo, por una incapacidad para afrontar el sentimiento de culpa, o la responsabilidad, o sencillamente por pereza, nunca hemos hecho nada. Tan solo obedecer".
Pero esta vez el golpe ha sido tan fuerte que, según el autor del texto, esta generación "está cada vez más concienciada de que esta vez hay que hacer algo (...), dispuesta por fin a protagonizar el cambio". "Esto quiero pensar, que mi generación está ahí, con los más jóvenes, dispuesta por fin a protagonizar el cambio". "Todo lo demás es autocomplacencia o autoflagelación, ambos ejercicios legítimos, pero inútiles". (De esa inutilidad también habla Erich Fromm).
Ojalá seamos muchos los que pensamos como Juan Jacinto Muñoz Rengel, escritor, autor del texto. Me consta de la existencia -es posible que todavía no suficiente- de muy diversos grupos que están trabajando en ámbitos muy distintos, cada uno a su manera, para humanizar la sociedad, en el sentido más amplio de la expresión (algunos se han mencionado en este blog). Y en cuanto al paso, indicado por Erich Fromm, que se refiere "papel del ciudadano en las decisiones políticas", acabo de enterarme de la creación de un nuevo partido (en realidad, un grupo de personas) cuyo objetivo es conseguir que sea el ciudadano el que, en verdad, tome las decisiones políticas.
Para terminar y, al mismo tiempo, justificar mi aparente exceso de optimismo, debo indicar que hay situaciones en que es mejor errar que no hacer nada.
5 comentarios:
Hola, Juliana.
Se me ha pasado la lectura de éste artículo, he de darle toda la razón en los planteamientos que expone. Además añadiría: si no reaccionamos, los hijos de esos de la generación de los "40 años" serán aún más desfavorecidos, que ya creo lo están siendo. No podemos dejarnos engañar por cantos de sirenas y si no somos capaces de discernir lo que es en interés del pueblo, mal vamos. No se puede ir a ciegas con los gobernantes, ni permitirles todo.
Cordial saludo
Que así sea, Juliana, que así sea.
Es la hora de hacer, lo que sea pero hacer. Ya que, por ejemplo, en la situación actual el presidente del gobierno de la nación haya salido a hacer una declaración pública ante los acontecimientos y las noticias que etán surgiendo entorno a su partido, haya convocado a la prensa... en la habitación de al lado, es una verguenza y una falta de respeto al pueblo.
Y eso que iba a hablar de transparencia.
Un saludo.
Coincidemos los tres en que es necesario hacer algo. Para que, como decía Mayor Zaragoza, dejemos de ser súbditos (de un régumen feudal) y pasemos a ser ciudadanos (en democracia), debemos, como se dice em el artículo, trabajadores obedientes; necesitamos tiempo libre, entre otras muchas cosas, para infomarnos y formarnos con el objetivo de participar en las decisiones políticas.
Muchas gracias a los dos por estar ahí.
Un saludo
Muy bien: ya se han definido los "Ques", ahora solo faltan los "comos": ¿Como vamos a lograr los cambios necesarios en beneficio de nuestra generación y las posteriores?
Tienes razón, Zendir Haidar. Desde mi punto de vista, debe ser el ciudadano el protagonismo del cambio, no podemos esperar nada de los partidos políticos ni de lo que llamamos "mercados". En ese cambio se pueden distinguir una acción política que lleve a una sustitución de la democracia representativa por una democracia participativa o por consenso; y por otra un cambio personal: responsabilidad política (nada de "no me interesa la política) y un cambio en cosas relcionadas con el "pensar globalmente y hacer local", pertenecer a grupos de consumo, productos obtenidos a la menor distancia posible, de temporada, mejor si son de agricultura ecológica, no comprar nunca en un supermercado, tener cuidado con los fondos de pensiones (son el alimento de nuevas crisis, etc. etc.
Un saludo
Publicar un comentario