El contenido de este blog se ha cedido al dominio público: puede ser copiado, parcial o totalmente, sin previo permiso de la autora.


martes, 19 de febrero de 2019

Visados de oro


Según Wikipedia, el visado de oro es “un programa establecido en muchos países que permite obtener la ciudadanía o residencia en un territorio a cambio de una determinada inversión”.
Los visados de oro están desde hace décadas, aunque ha sido a partir de la crisis financiera de 2008 cuando más se han extendido. Países afectados por la deuda ocasionada  por la obligación de salvar a los bancos con dinero público vieron en este instrumento una fuente de recursos públicos.
En total, hay más de una veintena de países con procedimientos activos para conceder visados de oro. Incluso hay compañías privadas, dedicadas a llevar a cabo los trámites necesarios; alguna de ellas en el punto de mira de las autoridades por varias denuncias. Los visados de oro ofrecen oportunidades a los delincuentes, ya que les permite evitar la acción de la justicia
El Fondo Monetario Internacional (FMI) no cuestiona estos programas como una vía para obtener recursos fiscales, pero advierte que el principal riesgo para su continuidad es el descrédito que puede acumular el país, si se cuelan demasiados indeseables, Dadas las cantidades de dinero que se mueven por lo visados de oro, es imprescindible, dice el Fondo, garantizar que no esconden operaciones de lavado de dinero. (El País, 13 de febrero de 2016).
Los críticos de esta práctica se quejan de que los visados de oro son  injustos, ya que ofrecen oportunidades a los ricos que son denegadas a las personas sin dinero. En el vigente sistema económico-social no todas las personas son tratadas de la misma forma; no reciben el mismo trato los ricos que los pobres. Todos los problemas con que deben enfrentarse las personas que huyen de la guerra, del hambre o de los destrozas provocados en su país por el cambio climático no tienen nada que con las ventajas de que gozan las personas que tienen mucho dinero, gracias a los llamados “visados de oro”.
Además, los visados de oro han generado controversia en algunos países, debido a la falta de transparencia y  los escándalos de corrupción. Por ejemplo, un político austriaco dijo a un posible inversor ruso que podría tener la nacionalidad austriaca a cambo de una inversión de 5 millones de euros y una donación al partido.  Por otra parte, en un sistema económico que considera mercancía los bienes comunes, las autoridades de un país no tendrá inconveniente tramitar un visado de oro a un inversor que desea comprar,  por ejemplo, una playa o un bosque. Berna Gonzáles Harbour es autora de un trabajo titulado “La plaza del pueblo no de privatiza”, publicado en El País de 20 de octubre de 2016. En él empieza apuntando que Grecia estaba privatizando (debido a la crisis que estaba pasando) playas, además aeropuertos, la compañía ferroviaria estatal y el aeropuerto del Pireo. Y añade: “Esto no es nuevo. Lo nuevo es que si creíamos que era un problema ajenos nos habíamos equivocado”.
¿Qué piensa la Unión Europea de los visados de oro? El Parlamento Europeo y la Comisión Europea ya han expresado su preocupación por estas prácticas, por las repercusiones sobre el resto de la Unión especialmente en el caso de la ciudadanía, pues los titulares de la ciudadanía de un estado miembro obtienen automáticamente la ciudadanía de la Unión y, con ella, sus derechos y privilegios.  El Parlamento Europeo ya ha expresado su malestar en su Resolución de 2004.
“España es el país que ha concedido más permisos de residencia mediante este tráfico de visados y el que más dinero ha conseguido, por delante de Chipre y Portugal”. (Diario16, 11 de octubre de 2018)

No hay comentarios: