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lunes, 19 de marzo de 2012

Salir de la crisis

     No pasa ni un solo día en que algún experto recite, con el tono de una persona que transmite gran sabiduría, la cantinela de que para salir de la crisis no es buena una exagerada austeridad; es necesaria la austeridad para pagar la deuda, pero no olvidando el crecimiento económico, dicen.

     Sin considerarme una experta, sino solo una ciudadana que piensa, he aquí mi opinión sobre el tema.

     El crecimiento económico exige consumo interno y externo. Para aumentar el consumo interno, los ciudadanos necesitan dinero, es decir, no estar en el paro.

     Mediante la creación de puestos de trabajo no sólo se puede activar el consumo interno, sino también el consumo externo, es decir, aumentar las exportaciones. Puesto que todos los países están obsesionados con el crecimiento económico, todos quieren exportar. Es necesario aumentar la competitividad, en otras palabras, hay que ofrecer productos más baratos, mejores o que ningún otro país ofrezca. En un principio, parece que lo más sencillo es ofrecer productos más baratos, pero para ello, también lo más sencillo es bajar los salarios. Sin embargo, entonces, los ciudadanos tendrán menos dinero y consumirán menos. A mi juicio, un círculo vicioso, que no sé como se podría romper. Otro círculo vicioso, lo constituye el hecho de que para que un país exporte es necesario que otro importe; es un juego de suma cero, uno gana si otro pierde.  

     También se pueden ofrecer productos más baratos, haciendo caso omiso -hasta donde sea posible- de los daños al medio ambiente consecuencia del proceso de producción. Externalizar los costes medioambientales, dicen los expertos. Miguel Delibes y su hijo hablaban de ética intrageneracional y ética intergeneracional; esa externalización es una falta de ética de los dos tipos.

    Algunos hablan de la necesidad de que el dinero fluya, se mueva. El problema en este caso reside en que desde que se instauró el actual sistema económico, el dinero siempre se ha movido en un solo sentido, el que va de los pobres a los ricos: los ricos se han enriquecido y los pobres empobrecido.

     Desde mi punto de vista, no terminan aquí los problemas. Para aumentar la producción y, por tanto, crecer económicamente, hay que aumentar el consumo de recursos naturales, algunos de ellos bienes comunes de la humanidad, y nos guste o no nos guste, éstos son limitados. Un obstáculo insalvable.

     Otra cosa. El ser humano no es ni una máquina de calcular ni un robot. Además de inteligencia tiene sentimientos y, por naturaleza, es un ser dotado de empatía, un ser con grandes y muy diversas potencialidades. Salvo que esté drogado o hipnotizado, no se siente bien consumiendo y trabajando para poder consumir.

     ¿No son éstos motivos suficientes para modificar el actual sistema económico? ¿Qué piensan ustedes? ¿Creen que es correcta la descripción anterior? Es importante que indiquen su opinión, porque no se puede curar ninguna enfermedad si se parte de un diagnóstico que no es correcto.

7 comentarios:

Lorenzo Garrido dijo...

Excelente artículo, tienes toda la razón. El sistema falla y es absurdo mantenerlo. Cuando hablas de la empatía dices que el ser humano es empático porque experimenta sentimientos. Lo malo es que estos sentimientos pueden ser negativos: el odio, la venganza, la envidia, etc, forman parte de los sentimientos humanos.

Anónimo dijo...

Creo que lo has expuesto de forma que no cabe más que añadir pequeñas pinceladas. Muy bueno.
El actual sistema está muerto y los que no quieren enterrarlo, por los grandes beneficios que les reporta, acabarán en el mismo lugar que lo hicieron los grandes tiranos de la historia. La humanidad repite patrones. Tal vez no nos guste mucho el remedio para acabar con ellos (¿Revolución pacífica?), en fin...veremos.

cordial saludo

J. Felipe dijo...

Lo que planteas en tu artículo Juliana, es del más absoluto sentido común. De hecho la empírica demuestra que ante la única crisis de similares caracterísiticas a esta que se ha dado en los últimos cien años, La Gran Depresión, Roosevelt conisguió sacar a los EE.UU. de la misma "aparcando" la deuda y con fuertes dosis de inversión pública. Por contra Europa, se enroscó -como está ocurriendo ahora-, en estas mismas políticas de recortes y austeridad, dejando de lado el crecimiento económico y aquello acabó en la Segunda Guerra Mundial.

¿Se puede aparcar ahora la deuda y actuar de similar modo? Claro que sí. Primero habría que desglosar la procedencia de dicha deuda pero, en cualquier caso, solo se trataría de aumentar los tipos de interés de los créditos subyacentes y alargar los plazos por 10, 20 o hasta 30 años.

Esto no es ningún disparate, de hecho hay políticos dentro de los partidos mayoritarios en España que, en petit comité, afirman que es perfectamente viable. Luego la pregunta siguiente es "¿porqué no se hace? Y la respuesta igualmente sencilla: porqué no hay voluntad política de ello.

Juliana Luisa dijo...

Lorenzo Garrido, para mí inteligencia es una cosa y empatía otra; lo mismo que inteligencia y sabiduria son cosas distintas. El hombre puede tener sentimientos negativos, pero también tiene la facultad de controlarlos, en eso consiste el proceso de humanización. Eso es lo que creo.

Inma, Desde mi punto de vista, en el siglo XXI es el ciudadano el que debe solucionar el problema; alguien dijo que el siglo XXI será el siglo de los ciudadanos o no será. Otra cosa es que, hasta ahora, nos hayamos comportado como un niño pequeño al que le dan todo hecho y sólo se le ide que sea obediente Coincido con él. Por múltiples razones ni los políticos ni los mercados están en condiciones de hacer nada; y los ciudadanos tenemos más poder del que creemos. Por otra parte creo que la evolución a otro sistema debe ser -y puede ser- pacífica. Otra cosa sería un retroceso y no solucionaría nada. Como he dicho a Lorenzo es lo que pienso. Es necesario dialogar e, inmediatamente, empezar a actuar.

J. Felipe, estoy de acuerdo contigo. La UE obedece al FMI sin anaizar si la soucion es buena o mla; y hay muchos specilistas que dicen que no tiene nuevos adelantos en teoría económica.
Dicho esto, no creo que, solucionado el problema, debe seguirse con el mismo sistema económicos, en atención al medio ambiente y el mismo ser humano; es un sistem que no tiene en cuenta los límites del planeta y nos lleva al precipicio, además de ser injusto e inhumano.

Muchas gracias por vuestros comentarios. Mi contestción no es, ni mucho menos un reproche, es un sincero deseo de dialogar para mejor actuar.
Un saludo

José Ramón Fernández de la Cigoña Fraga dijo...

El sistema debería de evolucionar hacia un consumo más racional, pero es necesario que la demanda interna se reactive. Uno de los problemas que hizo que estallase la crisis fue el uso de la vivienda como un bien especulativo. El Estado debería de haber regulado incrementando fuertemente la carga fiscal a los propietarios de más de dos viviendas (siendo generoso podemos permitir que los ricos tengan un chalet en la plaza sin incrementar sustancialmente su carga fiscal). Pero en su momento no se hizo y ahora se dan pasos muy pequeños para que los grandes tenedores de viviendas que son la banca realicen sus perdidas y ofrezcan el stock de viviendas que posen a precios asequibles.

Los ciudadanos no necesitamos de tanto para vivir dignamente, pero el problema es la acumulación desmesurada que realizan algunos de recursos, mientras otros no tienen ni un techo donde cobijarse.

Lorenzo Garrido dijo...

Pero que el ser humano tenga la facultad de controlar los sentimientos negativos no quiere decir que los controle. De hecho, es claro que ahora lo que prima es el egoísmo, el primero yo y si queda algo, para mis amigos. O sea, la avaricia. No creo que el hombre sea naturalmente empático, de esto ya hemos hablado y pienso que es nuestro punto de desacuerdo. Cosa que está muy bien, porque si todos pensáramos lo mismo estaríamos perdidos.

Juliana Luisa dijo...

Gracias por vuestro comentarios, aunque como, dice Lorenzo, no estemos de acuerdo en algunas cosas.

El negocio de los bancos, suponiendo que sean honestos, es prestar dinero aunque duden o estén seguros de que será difícil que les paguen. Lo mismo hicieron en la época en que tenían mucho dinero, petrodólares, y no podían hace negocio en Occidente: acudieron a los países en desarrollo o subdesarrollo les convencieron que necesitaban dinero y que se lo iban a prestar, en principio, a muy bajo interés (El Banco Mundial hizo algo parecido: obras faraonicas no gratuitas). Los países se endeudaron,como ahora nosotros; y acudió en su ayuda, el FMI, como ahora en nuestro caso; y el FMI recetó las mismas políticas que nos ha recetado a nosotros, a pesar de que se ha demostrado, por muchos economistas y por experiencia, que no son, precidamente, los más correctos.

¿Me perdonáis esta "perorata"? No intento convencer, sino exponer mi punto de vista. Por favor, seguir expresando vuestras opiniones; no dejemos de dialogar.