Según el diccionario de Acción Humanitaria y Cooperación al Desarrollo, empoderamiento es el "proceso por el cual las personas fortalecen sus capacidades, confianza, visión y protagonismo como grupo social para impulsar cambios positivos de las situaciones que viven". La Real Academia de la Lengua ha introducido en su última edición (vigésimo tercera) las palabras "empoderar" y "empoderamiento". "Empoderar" significa, según ese diccionario, "hacer poderoso o fuerte a un individuo o grupo".
¿Necesitamos los ciudadanos europeos ser empoderados? ¿Por qué?
Porque, en las últimas décadas, a los ciudadanos se les ha indicado que los gobiernos y los mercados resolverían sus problemas. Por una parte, los gobiernos -democráticos- proporcionarían a todos, dentro de un concepto de equidad, los servicios más necesarios: servicios públicos. Por otra parte, los mercados permitirían tener dinero -no importaba a qué precio- para satisfacer sus necesidades y, con frecuencia, sus caprichos. Y, al final, ha resultado que se ha convertido la democracia en un sistema feudal, se han incumplido todas las promesas realizadas, se ignoran las potencialidades del ser humano y las características del planeta Tierra, etc.etc.
Ese empoderamiento ciudadano pasa por no esperar a que los gobiernos y
los mercados -en este momento, solo los mercados porque los gobiernos
han decidido obedecer las indicaciones de éstos renunciando a ejercer lo
que eran sus obligaciones- resuelvan todos sus problemas.
La ciudadanía necesita ser empoderada, para que se sienta capaz de pensar, de organizarse, y hacer uso de las características que tiene como miembro de la especie humana, en definitiva, ser consciente de su fortaleza y sabiduría para dejar de pertenecer al modelo de elección racional en favor del modelo de elección pública.
Ello supone, lo que indica Jeremy Rifkin en su libro El fin del trabajo como solución al aumento de desempleados debido a un uso intensivo de las Técnicas de la Información y la Comunicación: fortalecer el tercero y cuarto sectores sociales, este último base de lo que se llama economía social.
A tenor de lo que he leído en un periódico, son cada vez más las personas que empiezan a, como decía Josep Ramoneda, "sentirse partícipe de proyectos que ilusionen y no solo carne de cañón de la impotencia política frente al dinero". Sin embargo, no hay que menospreciar la presión, que los mercados y las instituciones, que los avalan, son capaces de ejerce para que, después de la crisis, volver a imponer el tipo de economía y sociedad que tantos beneficios económicos les ha proporcionado hasta ahora. Por esa razón es tan importante llevar a cabo un empoderamiento que conduzca a un cambio de mentalidad.
4 comentarios:
Estoy de acuerdo en casi todo. Sin embargo pienso que ese empoderamiento no es suficiente. También es necesario y urgente tener muy clara cuales son las causas físicas de la situación actual y los tremendos retos a los que nos enfrentamos.Recomiendo encarecidamente la lectura de este post de Antonio Turiel, doctor en Físicas e investigador.
http://crashoil.blogspot.com/2012/09/las-guerras-del-hambre.html
Camino a Gaia:
He leído despacio el post que me indicas Estoy de acuerdo con todo lo que se dice.
Desde mi punto de vista el empoderamiento de los ciudadanos es necesario para que tomen conciencia de su responsabilidad y se sientan capaces de dejar a un lado gobiernos y mercados.
Muchas gracias por tu recomendación.
Un saludo
Esto es indudable Juliana. La cuestión es como conseguir eso cuando son los principales medios de comunicación quienes, en virtud a sus intereses, criminalizan cualquier opinión o manifestación que vaya en contra del dogma neoliberal causante de la situación actual.
Pero a la vista de como vienen desarrollándose los acontecimientos, el grado de crispación social y el, cada vez, mayor número de personas que a traves de otros muchos medios ponen en entredicho esa teoría apoyándose en las causas reales de la crisis y las consecuencias históricas de la aplicación de dicho dogma, creo que podemos er algo más optimistas y confiar en que el rumbo de tamaño desastre pueda desviarse del futuro aterrador que nos depara.
Un saludo
J. Felipe
Estamos en unas condiciones que inducen al pesimismo, no obstante, como tu, me niego a darme por vencida; es lo que alguien (no recuerdo quien)denominaba optimismo de la voluntad.
Muchas gracias por tus aportaciones. Siempre son útiles
Un saludo
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