En un reciente artículo periodístico, José María Ruiz Soroa, abogado, recuerda el análisis que Pierre Rosanvallo, intelectual e historiador francés, hace del constante aumento de la desigualdad económica y social que se viene registrando en las sociedades occidentales desde 1970. ¿Qué ha pasado?
Aunque los exitosos han convencido al resto de los ciudadanos de que "se lo merecen", es decir, que sus escandalosas retribuciones son debidas a su capacidad y no a un pacto de la élite en el poder, la realidad es que se deben a una especial organización social.
¿Cómo se explica que determinadas "habilidades" -relacionadas con el deporte y las finanzas, que no aportan nada al bienestar de la población- merezcan retribuciones muy superiores no solo a la media sino incluso a las que recibe, por ejemplo, un investigador, un médico o un profesor universitario, cuyo trabajo puede proporcionar grandes beneficios a la Humanidad? ¿Qué especiales cualidades tiene el gestor de una entidad bancaria que ha abandonado el cargo dejando en la ruina a la entidad de que era responsable? ¿Por qué, hace unos años, en empresas tan exitosas o más que muchas de las actuales, la desigualdad de retribuciones entre trabajadores y directivos fuera mucho menor que ahora? (Indica José María Soroa que sin darnos casi cuenta se ha pasado de una escala de retribuciones de 1:6 a otra de 1:300).
Existen múltiples razones para afirmar que en este proceso juega un importante papel el sistema económico-social que se ha implantado durante las últimas décadas. Únicamente dos ejemplos:
a) El trabajo es una mercancía que los directivos de las empresas pueden comprar al precio más bajo posible. No existe, sin embargo, ninguna limitación para la remuneración de los directivos, quizás porque, según el sistema, no realizan ningún trabajo.
b) ¿A qué se debe la diferencia de resultados de españoles y finlandeses en el informe PISA? Está demostrado que no se debe a que el coeficiente intelectual de los finlandeses sea superior al de los españoles, sino a un diferente sistema de enseñanza: centros públicos con profesores muy motivados y valorados socialmente. Mientras que, en el sistema económico-social vigente, la educación es una mercancía de la que se encarga la empresa privada; en consecuencia, solo podrá tener una buena educación quien tenga dinero para pagarla. Otra, muy importante, fuente de desigualdad.
En relación con lo anterior, Adela Cortina, en el artículo Aporofobia, ya mencionado, indica, (según ella, siguiendo a Kant en su obra La paz perpetua) la existencia de "tres tipos de ética, encarnados en tres tipos ideales: la ética de los demonios estúpidos, la de los demonios inteligentes y la de las personas amén de inteligentes, justas y solidarias". De la descripcion de las características que definen cada tipo, se llega a la conclusión de que los occidentales nos estamos comportando como demonios estúpidos, como seres sin sensibilidad moral, carentes de inteligencia y, por tanto, incapaces de vislumbrar las consecuencias de nuestro comportamiento.
Las consecuencias las indicó Kant y, en la actualidad, son expuestas por un número cada vez mayor de analistas políticos. En palabras de Adela Cortina, "hasta un pueblo de demonios, sin sensibilidad moral, preferiría la paz a la guerra, la cooperación al conflicto, la colaboración a la exclusión, con tal que tengan inteligencia". Una inteligencia que en Occidente hemos renunciado a usar en los últimos años.
3 comentarios:
Excelente exposición.
Tal vez nos falte mucha, pero que mucha inteligencia emocional. Nos hemos comportado como unos snobs que sólo valoramos a las personas por el "tanto tienes, tanto vales" y así nos va. La educación es fundamental y, como dices, mientras un profesor universitario gana una miseria, un investigador se ha de ir con una beca de miseria, un peón de albañilería, un electricista o un pintor han ganado o ganan más que los que han dedicado media vida a prepararse para luego preparar a futuras generaciones.
Cordial saludo
La razon .. nosotros queremos mas. Pero no Nos damos cuenta a precio fe que.
Inma:
Perdona, pero en ningún momento quise comparar a un profesor o a un investigador con un peón de albañilería, un electricista o un pintor, oficios para mí muy respetables; me refería a las personas que desarrollan "habilidades" relacionadas con el deporte y las finanzas y a ciertos directivos de empresa.
Sin embargo, estoy de acuerdo contigo en eso de "tanto tienes, tanto vales" consecuencia de un sistema que se basa en la consideración del ser humano como "máquina de calcular" y que ha conseguido que forme parte de nuestra cultura, hasta tal punto que se considera propio de la naturaleza humana aspirar solo a ganar mucho dinero.
NERI mOy:
Desde mi punto de vista, lo que dices es ciero y es consecuencia de la educación recibida. Con la ayuda del pensamiento crítico podemos darnos cuenta de que el precio es elevadi.
Muchas gracias, para mí son importantes vuestros comntarios. Un saludo
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