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jueves, 28 de septiembre de 2017

Nota optimista



En el suplemento Negocios de El País del 12 de septiembre de 2017 se publicó un trabajo de Rebeca Grynspan, responsable de la Secretaria General Iberoamericana, titulado “El cuarto sector; ¿otra economía es posible?”.  Grynspan  menciona que está ganando terreno el “producir con sostenibilidad ambiental y para el bienestar social”: en torno al 70% de los jóvenes aceptaría un salario más bajo a cambio de trabajar por una buena causa. “Es cierto que tienen (los jóvenes) la mirada fija en la pantalla del móvil  y dedican varias horas de su día a las redes sociales. Pero también quieren frenar el cambio climático, mitigar la creciente desigualdad, y vivir de acuerdo a una ética que no esté reñida con las ganancias”. Grynspan está hablando de “empresas sociales”. Señala que las empresas sociales “en muchos países suponen ya el 10% del producto interior bruto (PIB) y que emplean a una proporción considerable de trabajadores” y ello, añade, nos ayudarán a solucionar los principales problemas de nuestra era, permitiéndonos cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que todos los países del mundo se han comprometido a alcanzar para el año 2030”. Grynspan señala la necesidad de que la ciudadanía conozca  las oportunidades que ofrecen estas empresas (empresas sociales) y la necesidad de “ayudar a los distintos gobiernos a generar un ecosistema propicio para su crecimiento, con un marco regulatorio e instrumentos financieros adecuados”. Según ella, “se estima que para el año 2030, tres cuartas partes de las 500 empresas del mundo habrán desaparecido o habrán sido sustituidas por otras. Las empresas que sobrevivirán serán las que logren alinear sus intereses económicos con los valores de la sociedad”. Señala la necesidad de caminar hacia una “economía global renovada” Una economía más social, más justa y más sostenible. “Nuestra juventud lo demanda, pero sobretodo lo merece”.
El tema de las empresas sociales se ha convertido en uno de los temas más populares en muchas universidades. En España, la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) imparte un curso diseñado para fomentar la creación de empresas sociales y su posible financiación a través de la banca ética o el micromecenazgo.  En Internet existen muchas páginas dedicadas a este tema. Bill Drayton, Premio Príncipe de Asturias, es una de las figuras más destacadas del movimiento de la empresa social, es uno de los fundadores de Ashoka, una entidad que organiza encuentros que atraen a empresarios sociales de todo el mundo. Juan Cerro, fundador de Disruptivo.tv y promotor del emprendimiento social, es autor de un libro ¿Qué es el emprendimiento social? Negocios que cambian el mundo. La motivación del empresario social es “hacer el bien” en lugar de “ir bien.
Jeremy Rifkin, sociólogo, economista, escritor y asesor político, en su libro La sociedad de coste marginal cero considera que las empresas sociales pueden contribuir, de forma importante al “eclipse del capitalismo” (2014:325-330)”. En muchas de las economías industriales más avanzadas del mundo, estas empresas, como parte del sector sin ánimo de lucro, es el que genera más empleo: “es probable que estos porcentajes (empleo) aumenten a un ritmo constante en los próximos decenios a medida que el empleo pase de una economía de mercado muy automatizada a una economía social que requiere mucho trabajo humano. (Extraído de la revista Econométrica 6(3), julio de 1938, pág. 258).
Rifkin (2014: 332) indica que la proliferación de empresas sociales y organizaciones no gubernamentales hacen realidad el pronóstico de John Maynard, uno de los economistas más influyentes del siglo XX. Keynes imaginaba un mundo donde las máquinas habían liberado al ser humano de la dureza del trabajo en el mercado para que se pudiera dedicarse a actividades más nobles y elevadas; en la actualidad, a actividades relacionadas con la mejora del medio ambiente y aumento del bienestar social.
Afirma este sociólogo y economista que es previsible que ello de origen a “un orden económico tan distinto del capitalismo de mercado como este lo fue en su día de los sistemas feudales y medievales de los que surgió”. Todo depende de los ciudadanos, sobre todo de los jóvenes.

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