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jueves, 9 de agosto de 2018

Una mujer en la Amazonia



Hablando de mujeres. En septiembre de 2004 apareció la primera edición del libro Libres. Ciudadanas del Mundo (Madrid, Santillana Ediciones Generales) escrito por Carmen Alborch, profesora titular Derecho Mercantil en la Facultad de Derecho de la Universidad de Valencia. Ha recibido numerosos premios por su lucha por la igualdad entre mujeres y hombres. En este libro Carmen Alborch losa la personalidad y el trabajo emprendido por algunas mujeres excepcionales. “Este libro no es solamente un compendio de hermosas historias o perfiles de muchas mujeres contemporáneas. Las protagonistas de este libro intentan ejercer la libertad en su vertiente pública y en su dimensión interior; son mujeres que anhelan y aspiran a esa libertad, y la ponen en relación con la dignidad y la diversidad humanas. Todas colaboran en la construcción de un mundo –de un mundo social también- en que la libertad de las mujeres, y consecuentemente de todos los seres humanos, es objetivo central”.  (“Introducción” escrita por la propia autora)
El primer capítulo del libro está dedicado a “Marina Silva. La esperanza verde”. Marina Silva es una ecología brasileña que “adorna su vida  con más de veinte premios y homenajes: su nombre apareció en la revista norteamericana Time como representante de los jóvenes del futuro en el mundo (Nueva York, 1995); recibió el premio Goldmann de Medio Ambiente en San Francisco (1996); fue una de las  «Veinticinco Mujeres en Acción en el Mundo por la Vida de la Tierra», del Programa de Naciones Unidas para al Medio Ambiente ((PNUMA, 2997) y la revista Miss Magazine  la nombró Mujer del Año en 1997. Desde 1998, la Universidad estatal del Vale do Acaraú concede el Premio Marina Silva a los mejores trabajos sobre medio ambiente. En el año 2003, la Fundación  Ecología y Desarrollo concedió a la Ministra de Medio Ambiente de Brasil, doña Marina Silva, el Premio Especial al Desarrollo Sostenible”.
Marina Silva nació el día 8 de febrero de 1958 en una de las “infinitas parcelas de selva húmeda (Amazonía) donde crecen los árboles de caucho, que son sangrados temporalmente de acuerdo con las técnicas tradicionales”. “Por aquella época comenzaron a oírse rumores: la selva estaba siendo asolada y en su hogar (el hogar de Marina Silva) se percibía la preocupación por la deforestación”. La Amazonía es “patrimonio de la Humanidad, porque de ella depende su vida”.
Marina querìa ser monja, pero ¿cómo una niña analfabeta y andrajora puede imaginar llegar a ser monja algún día?  Sin embargo, un día se le presentó la posibilidad de acudir a un colegio católico, aprender a leer y escribir, a saber de Dios y del mundo y ... a curarse la hepatitis. "Estuve dos años y ocho meses de novicia". Algó cambió en ella: descubrió que la vida ofrecía múltiple posibilidades y que era necesario combatir la injusticia.
Conoció a Chico Mendes,”el mítico activista brasileño, acosado por los pistoleros y mercenarios que finalmente lo asesinaron en la Navidad de 1988”.   “Siempre supo que podía morir por lo que defendía”. “Con frecuencia, Chico Mendes hablaba con los obreros y les explicaba por qué era necesario que  abandonaran su trabajo de deforestación. A veces conseguía que los empleados de los hacendados se pusieran de su parte; abandonaran su trabajo de deforestación; otras veces solo recibía agresiones o arrestos”. Eran a lo que se llamaban -y se llaman- empates.
“Marina acudía a los empates organizados por Chico Mendes –tenia veinte años- y ella misma recorría la selva en busca de hombres, mujeres y niños que quisieran hacer frente a la destrucción de la selva amazónica”. “Tenía 20 años, estaba preparada para los exámenes de ingreso en la Facultad de Historia de Rio Branco, tenía  novio y  … hepatitis”.
Marina Silva se casó con su novio e ingresó en la Universidad. Estaba embarazada, pero continuó asistiendo a las movilizaciones contra los grandes hacendados. Tuvo una hija y en hijo, pero acudía a la universidad, trabajaba como maestra en una escuela pública y en un convento; no faltaba a las reuniones del partido. Estaba luchando por un mundo mejor para sus hijos y también para los hijos de los que reprochaban su actitud. Su presencia  en la vida política podía aportar algo a la lucha contra la discriminación femenina. Algún tiempo después escribió un artículo en el que evaluaba la historia de la mujer en la selva. “La violencia y la maternidad infantil –el  30 por ciento de los partos en Acre se deben a niñas menores de 16 años- son problemas estructurales”.
Lula quiso que Marina figurara como candidata a senadora federal. En estos momentos, año 2018, Marina Silva se postula como candidata a la Presidencia de Brasil y ofrece “honestidad” y “diálogo”.
Considero que se trata de un resumen demasiado breve, pero confio que sea lo suficiente para exigir que se cumpla el objetivo numero 5 de los Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) y, al mismo tiempo, para empujar a conocer lo que nuestras grandes empresas están haciendo con lo que es el "pulmón" de la Humanidad: la Amazonia.

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