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lunes, 11 de mayo de 2020

Ventajas de la pandemia


Según datos de la OMS, desde el año 2000 la mortalidad de la malaria ha descendido un 60% en el mundo, mientras que el sida ha quedado ya en una enfermedad crónica para los que no consiguen acceso al tratamiento. Por el contrario, la polución provoca ya casi cinco veces más muertes que estas dos dolencias juntas. Es  lo que se llaman muertes evitables.
En el periódico El País del 22 de junio de 2018 se publicó un trabajo que llevaba por título “93.000 personas han muerto por la polución en diez años”. Ese trabajo empezaba con la siguiente sentencia de la bióloga Cristina Linares, Investigadora de la Escuela Nacional de Sanidad, elegida este año para formar parte del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas: “Hay que restringir el tráfico. No es una propuesta, sino un llamamiento desesperado a la acción”. A continuación, se presentan los resultados de tres investigaciones que analizan datos del período 2000-2009, facilitados por el Instituto Nacional de Estadística y el Ministerio de Medio Ambiente.
1.-Solo el dióxido de nitrógeno ha sido culpable de 6.085 muertes evitables cada año en España, según uno de los trabajos, publicados en la revista especializada Environment International
2. A los 6.085 muertes anuales por dióxido de nitrógeno se suman 499 por ozono troposférico, según un segundo estudio publicado en Atmospheric environment. El ozono a nivel del suelo -ingrediente de las nieblas tóxicas características de las megalópolis- se forma por una reacción con la luz solar de las emisiones de vehículos e industrias. El exceso de ozono genera problemas respiratorios, como el asma, y puede provocar enfermedades pulmonares.
3. Un tercer trabajo, publicado el año pasado en la revista especializada Envirionmental Pollution cifró en 2.683 las muertes prematuras anuales debidas a la contaminación por partículas en el aire, también procedentes de los tubos de escape.
Los estudios citados solo tienen en cuenta la mortalidad a corto plazo, dejando fuera los casos de cáncer
Julio Díaz, jefe del departamento de Epidemiología de la Escuela Nacional de Sanidad, «se muestra atónito por la falta de concienciación de las autoridades y de la sociedad en su conjunto ante el problema de la contaminación. Este científico propone reforzar el transporte público, multiplicar los aparcamientos disuasorios en las afueras y evitar que los coches entren en la ciudad».
¿Cómo ha reaccionado la industria automovilística? De momento, algunas de esas industrias –recuérdese el caso de Volkswagen- han hecho trampas para aumentar las emisiones sin que se notase. Y, por otra parte, ocho días después el mismo periódico en el que se publicó el trabajo anteriormente señalado, iba acompañado de un cuidadoso folleto de 98 páginas.  Pura propaganda para evitar descenso de ganancias económicas.
En mi libro Imaginar y crear el futuro (2ª ed, Madrid,Bubok, 2017:34), menciono que José Vidal-Beneyto, catedrático de Sociología, en su columna periodística en El País del 16 de febrero de 2008, después de relatar la propaganda promovida, con gran éxito, por General Motors, Firestone y Standard Oil para acabar con los tranvías en las ciudades americanas y sustituir su transporte por autobuses y coches particulares, se preguntaba: "¿Cómo es posible que un genocidio de tal magnitud haya quedado impune?
Una ventaja de las cuarentenas y del derivado "freno económico" ha sido la mejora significativa de la calidad del aire y la reducción drástica de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Un informe de Carbon Brief ha indicado que entre diciembre y febrero en China se registró una caída del 37% de los niveles de dióxido de nitrógeno, más un descenso del consumo de carbón del 36% y una reducción en la actividad de las refinerias de petróleo. Los satélites de la Agencia Espacial Europea (ESA) revelaron en una semana una caída de dióxido de nitrógeno del 40% en China y reducciones significativas tambien en el norte de Italia, como consecuencia de la paralización económica.
A falta de datos sobre el impacto en Estados Unidos y la Unión Europea, los expertos estiman que este año podría registrarse la primera caída global de emisiones de dióxido de carbono desde la crisis financiera de 2008.
En conclusión. El cambio climático ha conducido a una pérdida de biodiversidad y la pérdida de diversidad a la pandemia del coronavirus. Para hacer frente a esa pandemia se ha hecho uso de las cuarentenas o "confinamiento", que ha provocado un gran descenso de la movilidad y actividad industrial, es decir, de las emisiones de efecto invernadero, origen del cambio climático y causa de contaminación que ha causado la muerte de muchos ciudadanos.
¿No será necesario modificar nuesto modo de vida, ir hacia un modo de vida más humano y sostenible?
  

domingo, 10 de mayo de 2020

Cambio climático y pandemia


Desde hace muchos siglos la humanidad viene sufriendo el azote de enfermedades infecciosas. Hoy, en pleno siglo XXI, un minúsculo virus puede colapsar el planeta entero: no solo  afecta a la salud de las personas, sino también, al transporte, la economía y la política mundial.
El coronavirus de Whuan nos recuerdan que, desde hace tiempo,  se sigue avisando de la llegada de un virus pandémico con consecuencias  globales. Aunque personalmente, no he tenido ocasión de leerlo, creo que puede interesar consultar el libro de José Antonio López, Virus: ni vivos un muertos.
Interesante es recordar que una importante consecuencia del cambio climático es la pérdida de diversidad biológica. Pues bien, ”los virólogos están demostrando que cuando disminuye la biodiversidad de un entorno, algunos tipos de virus no solo se adaptan a las nuevas condiciones, sino que son aupados a una especie de posición dominante. Y si estos virus dominantes se encuentran cerca de una aldea o un campo de cultivo, salta al ser humano con facilidad”.
En palabras de la bióloga estadounidense Felicia Keesing   la biodiversidad tiene un “efecto diluyente”, es decir,  reduce el peligro de aparición de nuevas enfermedades infecciosas.  Para evitar pandemias es necesario preservar la biodiversidad.  O sea, existe una clara relación entre el cambio climático y la pandemia del  coronavirus.
Domingo  Jiménez Beltrán, exdirector de la Agencia Europea de Medio Ambiente y asesor del Observatorio de la Sostenibilidad, apunta:  «Mi impresión  es que tanto el CC (cambio climático) como el ahora CV (coronavirus) nos han cargado de razón para cambiar nuestro modelo de producción y de consumo, incluido nuestro modelo de turismo». […] «El coronavirus se suma al cambio climático como argumento  insoslayable para el necesario cambio total y hacia mejor, hacia un sistema más sostenible y gobernable que, además, tiene ventajas no solo ambientales, sino también, socioeconómicas».
Sostiene Jiménez Beltrán que, lejos de retrasar la acción, el coronavirus ha incrementado lo que él mismo llama “el climax para el cambio”. En el libro de Miguel Delibes y Miguel Delibes de Castro La Tierra herida. ¿Qué mundo heredarán nuestros hijos? (2005:164) se puede leer: “Todos los expertos coinciden en que la ciencia es incapaz de predecir el mundo que vendrá, porque depende en gran medida de las decisiones que, individual y colectivamente, tomemos los humano”. Es decir “la historia está en nuestras manos»,
Será posible que la tragedia diaria nos impida ver en estos momentos más allá. Después del confinamiento decretado para hacer frente a la pandemia de coronavirus, ¿cambiaremos finalmente nuestra actitud frente al cambio climático y a las emisiones de CO2 y de NO2 o nos olvidaremos de ello hasta nuevo aviso?  Las penurias económicas derivadas de la pandemia de Covid-19 ¿serán capaces de que demorar la acción contra el cambio climático y ralentizar la transición energética? ¿Será el coronavirus más fuerte que los ciudadanos?
Páginas web consultadas

viernes, 17 de abril de 2020

No es sano


Ante los  muchos proyectos de investigación, prácticamente todos ellos públicos, que están trabajando para encontrar vacunas o tratamientos que hagan frente al COVID-19, una treintena de organizaciones se han unido para reclamar al Gobierno, en una carta abierta impulsada por "No es Sano", que adopte medidas que salvaguarden toda esa inversión pública. Piden que, cuando los resultados de la investigación pasen de las institucones públicas a las compañías privadas -para que desarrollen y comercialicen los tratamientos- se garanticen unos precios justos. 
A continuación, una copia de la carta abierta, enviada al Gobierno el día 15 de abril de 2020. 

Exmo. Sr. Don Pedro Sánchez Pérez-Castejón, Presidente del Gobierno,
Exma. Sra. Doña Carmen Calvo Poyato, Vicepresidenta primera y ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática,
Excmo. Sr. Don Pablo Iglesias, Vicepresidente segundo del Gobierno,
Exmo. Sr. Don Salvador Illa Roca, Ministro de Sanidad,
Exmo. Sr. Don Pedro Francisco Duque Duque, Ministro de Ciencia e Innovación.

La pandemia ocasinada por el COVID-19 ha puesto al límite un Sistema Nacional de Salud (SNS) cuya respuesta a las necesidades de la población resulta fundamental.
Necesitamos un sistema sanitario público fuerte con la Atención Primaria como base, sobre el que no pesen ni recortes ni restricciones, que permita  responder a las necesisades de la población y en el que el personal sanitario cuente con los recursos necesaros para que los pacientes puedan recibir la atención requerida en cada momento y estar bien preparados para abordar emergencias sanitarias.
Recuperemos una sanidad universal que llegue a todas las personas porque el virus no entiende ni de lugar de residencia ni de procedencia. Las pandemias y epidemias son problemas de salud pública que afectan a toda la comunidad, sobre todo a las personas más vulnerables, y desde la atención sanitaria universal deben ser resueltas. Por ello, para hacer efectivo el derecho a la salud no podemos dejar a nadie atrás y debemos asegurar la mejor atención, así como materiales, tecnologías sanitarias y medicamentos accesibles, eficaces y seguros y a un precio que garantice su asequibilidad
En la innvación está también la clave, tanto en lo que se refiere a la prevención a través de las vacunas, como en el desarrollo de los medicamentos que van a tratar la efermedad. Las agencias de investigación deben de responder a las necesidades en salud de la población y no solo a la rentabilidad. La COVID-19 es un ejemplo de lo necesaria que es la investigación en enfermedades infecciosas y bacterianas, y en salud pública y comunitaria, entre otras. Por ello, resulta urgente evitar la excesiva concentración de los recursos en unas pocas enfermedades e incrementar la financiación en una I+D biomédica diversificada y reequilibrada, que cuente con ensayos clínicos independientes de la industria, apostando por la innovación impulsada en el espacio público y reconociendo sus aportaciones económicas y de recursos humanos en cualquier colaboración que se lleve a cabo. Son muchas las iniciativas de investigación que se están impulsando a escala global, desde Europa y también en España, para desarrollar vacunas, medicamentos y diagnósticos lo antes posible.
 El acceso a todas las personas que lo necesitan tiene que estar asegurado. Esto solo se consigue evitando los monopolios y la exclusividad de las licencas en caso de transferirse un medicamento al sector privado. Además, se deben impulsar otras medidas socialmente responsables que salvaguarden el interés general, la asequibilidad y el precio justo de los productos.
En este contexto, la buena gobernanza, la transparencia y la rendición de cuentas serán más que nunca el mejor instrumento para asegurar la mejor toma de decisiones basada en las evidencias clínicas, los costes de desarrollo y producción, la seguridad y la eficacia de los medicamentos y tecnologías sanitarias que se pongan a disposición de la población. Esto incluye garantizar los abastecimientos de los medicamentos y asegurarlos recurriendo a las licencias obligatorias recogidas entre las flexibilidades de los acuerdos ADPIC.
De esta experiencia hemos aprendido lo necesario que es invertir en salud y las repercusiones que tiene tensionar nuestro sanitario tanto en términos de recursos como humanos. esto no puede volver a ocurrir, pero la buena noticia es que contamos con todo lo necesario para seguir siendo uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo.

sábado, 21 de marzo de 2020

El coronavirus y la economía neoliberal


Para entender muchas de las cosas que pasarán por culpa del coronavirus hay que tener en cuenta que,  como ya he dicho en otra ocasión,  el vigente sistema económico funciona para las grandes empresas multinacionales y no para los ciudadanos. A continuación, algunos textos que ponen de manifiesto algo de lo que sucederá o ha empezado a suceder, en este sentido. Antes debo confesar que me faltan conocimientos  para realizar un buen análisis de la situación.
Empiezo por la reunión del G-7 (Estados Unidos, Canadá, Alemania, Reino Unido, Italia, Francia y Japón) que tuvo lugar hace unos días. Según el texto que he leído, se reunieron para “evitar que la pandemia del coronavirus derrumbe la economía  mundial”. “El FMI y el Banco Central Europeo, entre otros, están listos para inundar la economía con miles de millones de euros o dólares”. “El desafío es titanesco si se quiere evitar que la economía mundial entre en una nueva recesión como la de hace 12 años”.
“Los efectos de la crisis de 2008 están en todas mentes. En ese entonces más de 27 millones de trabajadores perdieron entonces sus empleos en las economías más avanzadas.  Esta vez podría ser mucho peor. El ministro de economía francés dijo […] que el país registrará un crecimiento negativo este año, un escenario que se repite por casi todos los países del viejo continente afectados ahora por el coronavirus, que a su vez son las principales economías (Alemania, Francia, Italia, España)”.
“Prueba de la gravedad de la situación. En China, segunda economía mundial, la producción industrial de los primeros dos meses del año se desplomó en -13,5%. Su peor caída en 30 años”.  ¿Por qué no se dice nada de los ciudadanos?                                                    (Fuente:  http://www.rfi.fr/es/economia/20200317-pa%C3%ADses-del-g-7-en-pie-de-guerra-para-enfrentar-al-coronavirus)

En otro texto periodístico (https://www.elsaltodiario.com/coronavirus/domar-bce-lagarde-tratado-maastritch-mercados-ganar-covid19) he leído: “Christine Lagarde y el Banco Central Europeo (BCE) dicen  haber sacado toda su artillería y exigen una rápida actuación a los Estados miembro para atajar la crisis del coronavirus. La presidenta del BCE acaba de anunciar que comprará 120.000 millones de euros de deuda de los Estados y seguirá inyectando dinero en el mercado, aunque dejará los tipos de interés como estaban”. 
“Pero es mentira, no han sacado toda su artillería, tienen un arma realmente potente que no sacan porque hacerlo sería intervenir los mercados y saltarse el propio Tratado de Maastricht. Restar, o inyectar sin esperar nada a cambio, dinero directamente a los gobiernos para que lo gasten en tomar medidas efectivas para responder a la emergencia sanitaria del virus y los efectos económicos que pueden llevar a un país como el nuestro a una nueva recesión económica. Es hora de romper la norma que imposibilita que el BCE no le preste, o inyecte sin esperar nada a cambio dinero a los Estados”.
“Sacar la artillería que realmente tiene el BCE es irrumpir en el placentero sueño en el que lleva metido en el sistema financiero europeo desde que se creó la Unión Europea. La artillería del BCE rompería el monopolio que tiene la banca sobre la distribución del dinero, sobre el crédito y, especialmente, sobre el gran negocio que supone especular (o refugiarse) en la deuda pública de los países cuando lo están pasando mal,   como ya hicieron en los años que siguieron al crac de 2008. No lo hacen porque existe un ‘articulo’, una norma diseñada por el capital financiero, que prohíbe que el BCE ayude realmente a los gobiernos de Europa. Es hora de romper esa norma”.
“Cuando Lagarde o Draghi habla de inyectar dinero en la economía lo que quieren decir es que crean dinero, se lo dan a los bancos y estos son los que deciden si lo prestan al país y a qué tipo de interés. Si deciden no prestarlo, no invertirlo, meterlo en fondos de inversión meramente especulativos o guardarlo en un paraíso fiscal es decisión del banco”.
“ […] el BCE ha estado inyectando dinero sin cesar, pero poco llega a lo economía real no especulativa, prácticamente nada llega a los Estados[-…] podría haber servido para reactivar la economía desde abajo, para crear empleo público, para fortalecer, en vez de privatizar, nuestro sistema de salud público”.
La “maquinita del dinero” ha servido para “mantener con vida un sistema financiero moribundo, para limar los balances, para evitar que pierdan y puedan seguir repartiendo dividendo a sus accionistas, pro los de abajo los ha mantenido en un estado d precariedad constante”. […] Es hora de domar los mercados y poner el BCE a disposición de la gente”.
Al tratarse de “píldoras para pensar” no me parece oportuno extenderme más, lo que no quiere decir que no vuelva a hablar de este tema. Termino con una frase que no recuerdo quien la dijo: “Pero que un virus que, de momento, ha matado menos que otras gripes comunes haga tambalear la economía la economía mundial nos indica que quien está enferma es esa economía y el sistema que la sustenta”.