¿Cuáles son los motivos por los que se está reduciendo a la servidumbre a toda una generación y, por tanto, envileciendo la vida de muchos millones de seres humanos que tuvieron la mala suerte de haber nacido en el lugar inadecuado? ¿Qué han hecho? ¿De qué crimen se les acusa?
Paul Krugman, premio Príncipe de Asturias en 2004 y premio Nobel de Economía en 2008, en uno de sus artículos periodísticos, habla de lo que llama "imprudencia de las élites". "Lo hace", escribe Joaquín Estefanía, "para refrescar a sus lectores las responsabilidades de quienes indujeron al error y ahora pretenden atribuírselo a otros. Las políticas que nos metieron en este follón dice literalmente [Krugman], no eran respuestas a las exigencias ciudadanas; eran, salvo muy pocas excepciones, políticas abanderadas por pequeños grupos de personas influyentes y, en muchos casos, las mismas que ahora nos dan lecciones a los demás sobre la necesidad de ponernos serios y ser austeros" . (Lo ha explicado muy bien y de forma muy sencilla Paco Roca, premio Nobel del Comic 2008)
"Al tratar de echar la culpa a la plebe, las élites eluden algunas reflexiones muy necesarias sobre sus propios errores catastróficos. La principal consecuencia es que al desviar la atención sobre los centros de gravedad de nuestras dificultades actuales, es que sirven para absolver a quienes nos introdujeron en ellas, se elimina toda posibilidad de aprender de la crisis. La moraleja es que hay que responsabilizar a quien corresponde, para dar una lección a esas élites; de lo contrario, harán más daño en el futuro inmediato.
El hecho es que se está aplicando una mezcla de culpabilidad y miedo que pretende dejar a los ciudadanos sin capacidad de reaccionar. Pero si no somos culpables, podemos blindarnos ante el miedo, es decir, como indicó Ivan Klima, "un notable intelectual checo que sufrió no solo la represión nazi, con su internamiento en un campo de concentración, sino también la estalinista, que prohibió sus obras y le impidió ejercer como escritor", podemos utilizar el miedo como "educador y heraldo de los cambios". Dignidad humana.
Durante un tiempo confiamos en el gobierno como representante nuestro -no nos iba demasiado mal- pero ahora que el gobierno ha abdicado de sus obligaciones y se ha vendido a quienes defienden a las élites, estamos aprendiendo que somos responsables de nuestro futuro.
La ciudadanía está practicando la solidaridad y la empatía, al mismo tiempo que participa en manifestaciones de protesta, practica la desobediencia civil y está buscando alternativas. El grado de partcipación de cada uno de sus miembros está relacionado con la libertad, la responsabilidad y, por tanto, su grado de dignidad humana. Sin embargo, es cierto que el futuro dependerá del número de "heraldos de los cambios" que están intentando que la economía esté subordinada a la democracia y no al revés.
NOTA. Los párrafos entrecomillados pertenecen al libro de Joaquín Estefanía, La economía del miedo, Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, Barcelona, 2011, págs. 44-45 y 15, respectivamente.
2 comentarios:
No sé cómo está realmente el patio, quiero creer que la reacción ciudadana es masiva, y que el pueblo está resolviendo, de manera solidaria, la difícil papeleta actual.
Estoy de acuerdo contigo, Lorenzo. Pero la situación es tan mala y se esta estropeando la vida de tantas personas, que, desde mi punto de vista, urge una solución.
Un saludo
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