En una entrada anterior, indiqué que la técnociencia, practicada en los laboratorios de grandes empresas y bastantes universidades dentro del actual sistema económico, no tiene por objetivo aumentar la calidad de vida de las personas, sino que se dirige hacia aquellas aplicaciones que "las empresas consideran que, con una adecuada propaganda, pueden proporcionar mayores ganancias"
Entonces, recordé un artículo periodístico, Cuéntame un cuento/ y 3, escrito en 2008 por el sociólogo José Vidal Beneyto que fue director del Colegio de Altos Estudios Europeos Miguel Servet dependiente de la UNESCO. En ese artículo, Vidal Beneyto aborda el tema de la "transformación de la práctica informativa en propaganda directa, en industria de la mentira, al servicio de los poderes económico-políticos". Puesto que esa transformación sigue vigente, me ha parecido oportuno mencionar los ejemplos citados en ese artículo, según Vidal Beneyto, ejemplos de campañas inspiradas y organizadas por "Edward Bernays, sobrino de Freud emigrado a Estados Unidos y venerado como padre fundador de las relaciones públicas".
Un ejemplo se refiere a la campaña "promovida por General Motors, Firestone y Standard Oil para acabar con los tranvías en las ciudades americanas y sustituir su transporte por autobuses y coches particulares. Con éxito total". Otra es "la que tuvo como objetivo que las mujeres pudieran fumar en público, pagada por American Tobacco, que en menos de 18 meses duplicó el uso del cigarrillo en EE. UU". Y, la última, "la que puso en marcha la Oregonians Food & Shelter Association oponiéndose a la limitación de los productos químicos en agricultura, que supuso desde el primer año para las sociedades Chevron Chemical, Dupont y Western Agricultural Chemicals un aumento de más de 80% de sus beneficios".
Para terminar, escribe Vidal Beneyto: "¿Cómo es posible, se preguntan Noam Chomsky y Edward S. Herman en Manufacturing Consent que un genocidio de tal magnitud haya quedado impune? Y, ¿cómo es posible, me pregunto yo, que su cómplice intelectual [Edwards Bernays] siga siendo honrado en tantas escuelas de relaciones públicas, comercio y publicidad?".
Ahora, vistas las consecuencias, en Occidente, si intenta disminuir el número de coches que circulan por las ciudades promocionando el uso de la bicicleta; se ha firmado un Tratado Antitabaco -a pesar de la de la presión en contra ejercida por la industria del tabaco-; y se ha regulado el uso de productos químicos en agricultura, al mismo tiempo quela agricultura ecológica está experimentando un gran auge.
En este escenario, las tabacaleras han dirigido se actividad propagandística hacia los países del Tercer Mundo y las grandes agroindustrias se han trasladado a países con escasa o nula legislación medioambiental, ocasionando graves problemas de salud. Todo lo anterior aunque, como decía Vidal Beneyto, "el marketing y sus técnicas no autorizan el asesinato ni pueden justificar las matanzas".
3 comentarios:
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Trasladado esto a la políica, lo estamos comprobando todos los días. Llevamos, durante muchos meses, años ya, intentando entender cómo es posible que ante tal grado de negligencia por parte de la clase política española y europea que está dando al traste con las aspiraciones, el presente y el futuro de nuestra sociedad, el pueblo no se levante con contundencia en su contra. Cuando, incluso, parafraseando al 15M, resulte más que evidente que estamos no ante una crisis sino ante una fenomenal estafa. Pues bien, resulta ya de una obviedad fuera de toda discusión que si los medios de comunicación, especialmente los grandes, llamense estos prensa, radio y televisión -sobre todo este último, esa maldita caja tonta-, se pusiera del lado de los afectados o lo que es lo mismo la inmensa mayoría del pueblo sin duda tendría la capacidad suficiente para movilizar a este en la forma necesaria para cambiar tan precaria situación.
Por desgracia, desde que los medios de comunicación dejaron de estar, en su mayor parte, en manos de periodistas, para ser propiedad de personas ajenas al medio e incluso de fondos de inversión sin cara ni nombre, el periodismo dejó de cumplir su función primordial, informar, enseñar y entretener y ha quedado al servicio, como esa misma clase política, de sus espurios intereses.
Lo vimos ayer, cuando el presidente de la Comunidad de Madrid, ante las fotografías aparecidas de su homólogo gallego junto a un conocido narcotraficante, decía que habría fijar límites a la libertad de expresión. O lo que es lo mismo, como venimos advirtiendo hace tiempo... acabar con la democracia.
Un saludo y discúlpame Juliana, por haber estado algún tiempo alejado de estos foros. Poco a poco, espero poder recobrar el ritmo habitual.
Felipe:
Ya se por mi última visita a su blog qie han empezado a incorporarte a esta reunión de amigos. Me alegro.
Sin duda los medios de información no están cumpliendo con lo que todos creemos que es su obligación en una sociedad democrática. Claro que hace tiempo que no estamos en una democracia; por eso mi insistencia en cambiar el modelo y dejar a un lado la democracia representativa, que lleva tiempo no siendo democracia.
En cuanto a la actividad propagandística, he tropezado con una cadena que en medio de las noticias y como si fuera una vez, el locutor se pone a hacer propaganda de un reloj que lleva (supongo que prestado)
Gracias por estar otra vez ahí. Mis mejores deseos. Un saludo
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